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Red Internacional
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EINSTEIN Y SOCIALISMO. ¿Por qué socialismo? Einstein nos lo explica

¿Por qué el socialismo? Einstein, el gran físico del Siglo XX, nos lo explica.

Domingo 17 de abril de 2016

No es la primera vez que una mentalidad de renombre opina acerca del modelo capitalista y las implicaciones de su modo de obtención de riqueza, la desigualdad, la pobreza, el ecocidio y el fin de una civilización sustentable.

En 1949, Albert Einstein, una de las mentes más brillante del siglo XX, escribió un ensayo en que crítica al capitalismo y con ello manifiesta una inclinación hacia un socialismo no burocratizado como el de la entonces Unión Soviética. Los planteamientos hechos por estas personalidades vienen a cuestionar el capitalismo de las últimas décadas evidenciando las problemáticas en las que estamos inmersos.

Einstein, una crítica al capitalismo

En el artículo publicado en 1949 en Monthly Review Einstein comienza planteando que “¿Debe quién no es un experto en cuestiones económicas y sociales opinar sobre el socialismo? Por una serie de razones creo que si.” En los párrafos siguientes Einstein hace una reflexión al respecto.

Parafraseando a Einstein, existe en la naturaleza una serie de leyes que rigen el comportamiento del universo, desde lo más pequeño hasta lo más grande. Desde ese punto de vista, la física se ha encargado de explicar cómo funcionan esas leyes. Por otro lado, en cuestiones económicas y sociales, deben existir a la par leyes que rijan el devenir de la sociedad. Sin embargo, en cuestiones económicas, existen una serie de factores que van más allá del libre devenir de alguna ley de mercados, es decir, mucha de la riqueza de las naciones viene precisamente de la conquista y explotación de otras.

Bajo este contexto es que Einstein menciona que el socialismo del futuro debe superar la fase depredadora de las épocas pasadas de la humanidad y las leyes económicas deben apuntar en la dirección de un socialismo no burocratizado.

En 1939, Einstein envió una carta al presidente Roosevelt en la cual explicaba la importancia de desarrollar la fisión nuclear del Uranio. Esto contribuyó a la creación del proyecto Manhattan que desarrolló la bomba atómica. Einstein quedó perplejo y arrepentido de haber enviado la carta a Roosevelt después de que en 1945 estallaran las bombas atómicas en Hiroshima y Nagasaki. Desde entonces, Einstein temió que la siguiente guerra mundial, una guerra nuclear, terminara con la civilización entera. La posible guerra nuclear fue quizás la razón que influyera a Einstein para redefinirse en términos de un socialismo ético dejando atrás los modelos económicos que favorecieran el uso de las armas (y por consiguiente las guerras), para abrirse paso en los nuevos mercados.

Analizando el devenir social y el papel del hombre dentro de una sociedad cada vez más tecnificada es que Einstein plantea que la supervivencia del hombre o de pequeñas comunidades de manera completamente independiente ya no es posible como en otras épocas de la humanidad. “Se ha alcanzado una comunidad planetaria de producción y consumo. Una producción y consumo desmedidos que Einstein cataloga como Anarquía Capitalista es la verdadera fuente del mal de la sociedad contemporánea”. A continuación Einstein explica con sus palabras lo que cualquier estudioso del Capital de Marx sabría acerca de las implicaciones del Capitalismo:

“La situación que prevalece en una economía basada en la propiedad privada del capital está así caracterizada en lo principal: primero, los medios de la producción (capital) son poseídos de forma privada y los propietarios disponen de ellos como lo consideran oportuno; en segundo lugar, el contrato de trabajo es libre.

Por supuesto, no existe una sociedad capitalista pura en este sentido. En particular, debe notarse que los trabajadores, a través de luchas políticas largas y amargas, han tenido éxito en asegurar una forma algo mejorada de "contrato de trabajo libre" para ciertas categorías de trabajadores. Pero tomada en su conjunto, la economía actual no se diferencia mucho de capitalismo "puro". La producción está orientada hacia el beneficio, no hacia el uso. No está garantizado que todos los que tienen capacidad y quieran trabajar puedan encontrar empleo; existe casi siempre un "ejército de parados". El trabajador está constantemente atemorizado con perder su trabajo.

Desde que parados y trabajadores mal pagados no proporcionan un mercado rentable, la producción de los bienes de consumo está restringida, y la consecuencia es una gran privación. El progreso tecnológico produce con frecuencia más desempleo en vez de facilitar la carga del trabajo para todos. La motivación del beneficio, conjuntamente con la competencia entre capitalistas, es responsable de una inestabilidad en la acumulación y en la utilización del capital que conduce a depresiones cada vez más severas. La competencia ilimitada conduce a un desperdicio enorme de trabajo, y a ése amputar la conciencia social de los individuos que mencioné antes.

Considero esta mutilación de los individuos el peor mal del capitalismo. Nuestro sistema educativo entero sufre de este mal. Se inculca una actitud competitiva exagerada al estudiante, que es entrenado para adorar el éxito codicioso como preparación para su carrera futura.”

Finalmente, Einstein concluye que ante el análisis del sistema capitalista, a grandes rasgos, la solución es lógicamente una Economía socialista acompañada hacia el establecimiento de una educación enfocada hacia metas sociales. Es decir, un modo de producción enfocado en las necesidades de la misma sociedad y no en la ganancia, una economía planificada con compromiso social entre sus individuos.

No obstante, aclara que una economía planificada no es un socialismo y que hay que lidiar con los problemas que implicaría el establecimiento de una burocracia, haciendo una crítica al régimen burocratizado de la URSS.

¿Por qué socialismo? A. Einstein.