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Red Internacional
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Sueldo Mínimo. Por un salario digno, nuestras vidas valen más que sus ganancias

La CUT negocia sin la consulta total de los trabajadores, mientras el Ministro del Trabajo Nicolás Monckeberg plantea aterrizar el salario a la realidad de la economía y la productividad, y los empresarios se oponen rotundamente a un sueldo de $420.000 pero ¿con cuanto vive una familia promedio? ¿La inflación cuanto se come del salario? ¿Sabrán que la mayoría de trabajadores que reciben el salario mínimo son mujeres, el sector más precarizado? ¿Cómo pueden plantear la inviabilidad si los últimos años vienen incrementando su taza de ganancias? Tiempos mejores para los empresarios, sueldos de hambre para el pueblo trabajador.

Emerson Morales Trabajador de la Industria

Jueves 5 de julio de 2018

Hace 4 años la Nueva Mayoría llegaba a un acuerdo incrementando de $210.000 a $225.000 el salario mínimo en el año 2015, para subir escalonadamente los siguientes años hasta llegar al salario actual de $276.000 una burla, pero además en esa gestión, impulsaron la Reforma Laboral de Bachelet, que fue el desvió de las movilizaciones y los conflictos de la clase trabajadora en el periodo 2013-2017. Donde la CUT, con Bárbara Figueroa del Partido Comunista, fueron parte importante del freno de ese despertar y a la vez impulsor de la “modernización de las relaciones laborales” logrando obstruir más el derecho a huelga con la implementación de los servicios mínimos que no solo dejó más limitaciones a la forma histórica de presión que tenemos como trabajadores y trabajadoras, la huelga, sino además garantías para los empresarios y sus ganancias frente a conflictos con sus trabajadores.

Los empresarios alegan que no es viable el aumento que propone la CUT, que la suma es mucha, que de acuerdo a la economía hay que ser responsables con las políticas públicas que regulan el salario, tanto para el sector público, como privado y que el primer factor para el aumento es el crecimiento y la productividad. El Gobierno, desde el Ministerio de hacienda hasta del trabajo, parten de lo “inviable” de llegar al salario que se plantea, frente a esto aun no entregan su propuesta al reajuste pero algunos expertos declaran que no alcanzaría los $350.000 de aquí a 4 años.

El estancamiento salarial es una realidad para el pueblo trabajador, así lo reafirma la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) que encuentra “inaudito” pese a la recuperación de la economía y de la taza de ganancia, el mínimo incremento del salario, donde por cierto la juventud recibe los sueldos mas precarios.

Frente a la precarización de la vida, un salario mínimo debe ser acorde a la canasta familiar básica ($450.000) que son las necesidades de la inmensa mayoría de la clase trabajadora, pero no basta con solo subir el ingreso mínimo, es necesario además la reducción de la jornada laboral a 6 horas y 5 días a la semana para no dejar la vida en el trabajo mientras se enriquecen los empresarios. Sin afectar el sueldo de los trabajadores, si no que afectando las ganancias millonarias de los capitalistas, porque nuestras vidas valen más que sus ganancias y nosotros somos los que damos vuelo, a la rueda del "progreso" en el país.

En este escenario la mujer trabajadora es la más perjudicada frente a la feminización del trabajo, tanto nacional como a nivel internacional. Frente a esto se hace clave levantar comisiones de mujeres en los lugares de trabajo, para discutir el cómo lograr mejoras sustanciales en los empleos, articulando las luchas y demandas de la mujer trabajadora.

Ante esto el gobierno y los empresarios no quieren cambios, Monckeberg le echa la culpa a los trabajadores por negociaciones desproporcionadas. Una hipocresía total teniendo en cuenta que ellos jamás ganaran ese valor/hora de trabajo y que sus sueldos son a consta del trabajo ajeno. Exponen que no serán viables las empresa, frente a esto, que se abran los libros de contabilidad, para que los trabajadores vean que se hacen con los dineros y utilidades y lograr desenmascarar la farsa de que si ganan los empresarios, también gana el trabajador, ya que en la realidad es todo lo contrario, los que ganan son ellos y siempre quieren que la crisis caiga sobre nuestros hombros.

Es necesario que la CUT rompa con el gobierno de los empresarios, el aumento del salario no debe ser a cuatro años, lo necesitamos ahora si de verdad se quiere salir de la línea de la pobreza como lo manifiesta Bárbara Figueroa. Debe armarse un plan de lucha y romper con la estrategia del dialogo con el ejecutivo, que solo nos mantiene en las mismas condiciones y empezar a confiar en nuestras propias fuerza organizando desde la base a la clase trabajadora por el derecho a un salario digno.

A nivel internacional tenemos varios ejemplos como en Argentina, donde una de las demandas centrales de la campaña electoral del Frente de Izquierda y de los trabajadores fue el lema “6 horas de trabajo, 5 días, para que todos tengan trabajo, sin rebaja salarial y que el mínimo cubra la canasta familiar” que tuvo una gran acogida por el pueblo trabajador argentino.

El derecho al trabajo es el único derecho que tiene el trabajador y trabajadora en una sociedad fundada sobre la explotación, pero aun así los empresarios instan a bajar los salarios, para aumentar sus ganancias, para precarizar aún más las condiciones laborales, donde el código laboral actual mantiene el subcontrato, los limites en la huelga y la nula respuesta ante los cierres de empresas como Maresk y Cial y los despidos masivos en el norte donde FCBA del Magnate Luksik deja a familias en la calle.