Las elecciones para renovar al Comité Ejecutivo de la Sección 10 del SNTE serán próximamente.
Martes 9 de mayo de 2023
En el sexenio pasado, el magisterio nacional enfrentó masivamente la reforma educativa neoliberal de Enrique Peña Nieto y los partidos del Pacto por México (PRI-PAN-PRD), que atentaba contra nuestros derechos laborales y la educación pública.
Aunque prometió cancelarla para ganar nuestros votos, con una nueva reforma AMLO conservó la mayor parte de la anterior. Eliminó la odiada evaluación de permanencia pero mantuvo un régimen laboral de excepción para el magisterio con la Unidad del Sistema para la Carrera de Maestras y Maestros (USICAMM).
Ésta nos somete a un esquema de evaluaciones como condición para aumentar nuestros raquíticos salarios o promocionarnos, lo cual nos divide entre maestros de “primera” y de “segunda”, además de que les sigue negando a los egresados normalistas el derecho a una plaza automática y basificable.
A pesar de la supuesta revaloración del magisterio, el aumento salarial que se nos otorga cada año es menor a la elevada inflación, por lo que nuestro poder adquisitivo se sigue deteriorando. Al mismo tiempo, aumenta la carga laboral y se vienen recortando los periodos de descanso.
En el ámbito pedagógico, se nos impuso un nuevo plan de estudios, que entrará en vigor el próximo ciclo escolar. Con una retórica “humanista”, éste pretende distanciarse del enfoque individualista y utilitario del plan anterior.
Pero, como de costumbre, para su elaboración no se tomó en cuenta a las maestras y maestros que estamos frente a grupo, pero sí se nos exige “aterrizarlo” con el diseño de los programas analíticos.
Sin embargo, poco o nada ha cambiado en la realidad de la llamada Nueva Escuela Mexicana. Ante el deterioro de los planteles, el hacinamiento en las aulas y las múltiples carencias, el gasto público destinado para la educación es muy insuficiente.
Además, no se toma ninguna medida efectiva para abatir el rezago y la deserción escolar, así como para hacerle frente a la creciente violencia en las escuelas, como sería dotarlas a todas de orientadores, psicólogos, docentes de educación especial, médicos y de todo el personal necesario.
Trazar el camino hacia la democracia sindical en la Sección 10 del SNTE y más allá
Quienes dirigen al SNTE, tanto a nivel nacional como en la mayoría de los estados del país y la CDMX, asumiéndose como el “ejército ideológico de la 4T” han avalado todo esto y jugado un rol muy importante para mantener pasivo al magisterio.
Es por ello que, desde la agrupación Nuestra Clase, nos dirigimos a lxs miles de colegas que formamos parte de la Sección 10 del SNTE, a lxs que no están sindicalizadxs y a lxs que aún se están formando como docentes, para dialogar con ustedes sobre cuáles son las demandas por las que necesitamos organizarnos y luchar, qué tipo de sindicato requerimos y qué podemos hacer frente a la próxima renovación del Comité Ejecutivo Seccional, para que se exprese la voluntad real de las y los docentes de la CDMX.
Sabemos que la elección de nuestros representantes sindicales seguirá estando amañada, para favorecer a los charros y mantener al magisterio de la CDMX bajo control. Por lo pronto, sabemos que hay tres planillas formadas por distintos sectores de la actual dirigencia sindical de la 10, que van divididos: la Verde (vinculada al actual secretario general, Gustavo Vera), Red Blanca y Team Blanca. Además, al parecer se está formando otra, con el color del actual partido de gobierno. Por otro lado, la CNTE conformó la planilla Roja, pero que no es resultado de un proceso amplio de discusión y organización desde las bases.
Por eso pensamos que la única forma de conquistar una verdadera democracia sindical es poniendo en pie un gran movimiento, escuela por escuela y en las calles para echar a los charros y recuperar a nuestro sindicato como herramienta de lucha.
En ese sentido, ponemos a su consideración las siguientes propuestas:
En lo económico-laboral
- Aumento al presupuesto educativo. El pretexto que siempre ponen las autoridades para negarnos recursos es la “falta de presupuesto”; sin embargo, éste podría salir de los miles de millones de pesos que se destinan al pago de la deuda externa, la Guardia Nacional, la militarización y los megaproyectos, además de impuestos progresivos a las grandes fortunas.
- Aumento salarial de emergencia. Para cubrir nuestras necesidades y recuperar el poder adquisitivo, necesitamos aumentos salariales por arriba de la inflación y que se incrementen automáticamente de acuerdo a la misma.
- Trabajo extraclase dentro de la jornada laboral. Que el tiempo que dedicamos a la planeación, las evaluaciones, atención a padres de familia, etc., sea remunerado y dentro de nuestro horario laboral. Por ejemplo, con cuatro horas frente a grupo y dos de servicio por día, para trabajar seis horas, cinco días a la semana, con salario de tiempo completo. Tiempo de formación y actualización docente dentro del horario laboral, o mediante años sabáticos
- Retorno al esquema solidario de pensiones. Nuestro sindicato, en unidad con otros sectores, debe luchar por el rescate del ISSSTE, el IMSS y el esquema solidario de pensiones, por echar abajo las AFORES, la reducción de la edad de jubilación y de los años de cotización. Cálculo de pensiones mediante el salario mínimo, no mediante las UMA.
- Eliminación del SICAMMRecuperación del sistema escalafonario, plazas automáticas basificables a todxs lxs egresadxs normalistas. Basta de autoritarismo en las escuelas. Elección democrática de directivos por la comunidad escolar.
- Plantillas escolares completas. No sólo de docentes, sino de personal de asistencia y apoyo a la educación, médico escolar, psicología y orientación educativa.
- Basificación de todas y todos los trabajadores de la educación.
- No a la reducción de los periodos de descanso.
En lo educativo
- Proyecto educativo construido desde las escuelas. El nuevo plan de estudios recupera fraseología progresista; sin embargo, no es suficiente si el conjunto del sistema educativo esta deteriorado y es profundamente burocrático y autoritario, y si no se toma en cuenta a las maestras y maestros. Debemos luchar en unidad con madres y padres de familia por un proyecto educativo nacional, que rompa con el esquema empresarial, de alto nivel académico, discutido democráticamente y votado desde las escuelas, zonas, regiones y entidades, con el concurso de especialistas de las normales, la UPN y las universidades públicas.
- Acceso irrestricto a la educación media superior y superior. Una parte de la práctica educativa que se impone en las escuelas secundarias y preparatorias es ajustar a lxs jóvenes a resolver exámenes estandarizados, degradando la educación. Tenemos la fuerza para echar abajo a CENEVAL y sus pruebas que niegan el derecho a la educación, destinando su presupuesto para construir más escuelas de estos niveles.
- Construcción de más escuelas, reapertura de turnos vespertinos, infraestructura digna, con todos los servicios y equipamiento escolar. Para reducir la cantidad de alumnos por grupo y contar con los mejores recursos para abatir el rezago educativo y mejorar la educación pública.
En lo político
- Abrogación efectiva de la reforma educativa.
- Organización democrática desde las escuelas. Mediante asambleas regulares, para la toma de decisiones por parte de la comunidad escolar. Representantes sindicales que sean rotativos, que respondan al mandato de base y sean revocables en todo momento.
- Impulsar la unidad con otros sectores de trabajadores. Para fortalecer mutuamente nuestras luchas, por mejores condiciones laborales y de vida, impulsando la coordinación con trabajadores estatales, industriales y de servicios, muchos de los cuales son los madres y madres de nuestros alumnos. Por la afiliación masiva de las y los docentes de escuelas privadas al SNTE, considerando que en su gran mayoría carecen de derechos laborales.
- Comisiones de mujeres en las escuelas. Impulsadas desde el sindicato, abiertas a todas las compañeras que quieran participar, como espacio para el intercambio y la generación de iniciativas para hacerle frente a la opresión de género, en un gremio mayoritariamente femenino.
- Confianza en nuestras propias fuerzas. Tenemos derecho a ser escuchadxs, pero también a que sean resueltas nuestras demandas. Por lo que hemos visto durante éste y los anteriores sexenios, no podemos confiar en que éstas se resuelvan simplemente en mesas de diálogo. Los partidos políticos del Congreso NO nos representan. Es necesario unirnos y organizarnos democráticamente, desde las bases, con independencia política del gobierno y los partidos –tanto oficialistas como de oposición-, para luchar por nuestras demandas.
- Democratización del SNTE. Mediante la organización democrática desde las bases para la lucha por la expulsión del charrismo sindical. Por la independencia política de nuestro sindicato respecto al Estado.
- Unificación de las Secciones 9, 10, 11 y 60 del SNTE.
- No a la militarización. Nuestro sindicato debe pronunciarse y actuar contra la militarización del país, reclamando sus recursos para educación y salud.