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Red Internacional
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DESPIDOS. Porque #ChileDespertó organicémonos contra los despidos

Durante esta semana, el Ministro de Hacienda, Ignacio Briones al igual que Piñera salieron a alarmar respecto a la situación económica del país, con un clara caída en el crecimiento para el cuarto trimestre del año. Una excusa perfecta para criminalizar la protesta y descargar la crisis sobre la clase trabajadora.

Martín López

Martín López Trabajador del Litio

Viernes 29 de noviembre de 2019

Tanto el gobierno como el ex Presidente del Banco Central Vittorio Corbo, responsabilizan a la protesta buscando criminalizar las históricas movilizaciones que se comenzaron a desatar desde el 18 de octubre en adelante. A la vez Alfonso Swett, presidente de la Confederación de Producción y Comercio no descarta que el desempleo aumente a dos dígitos nivel país.

Esto último para nosotros no es una sorpresa, más allá de que hoy buscan responsabilizar a los miles que han salido a las calles contra la represión y este régimen heredado de la dictadura pinochetista, las familias trabajadoras nunca se han visto beneficiadas ni siquiera en los momentos de bonanza económica, y es que los empresarios durante décadas sólo han visto cómo se asegurar sus bolsillos y millonarias ganancias, empujando a las y los trabajadores a ser objetos de los costos de producción. Para esto, el estallido social que lleva más de 40 días es una excusa perfecta, que cabe como un anillo al dedo, para que el Gobierno y los empresarios puedan profundizar su plan precarizador, que ya venía arrastrando Piñera desde el año 2018, en que los despidos fueron la tónica dentro del mundo del trabajo, sumando a todos los planes y paquetes de reformas estructurales que el Gobierno quiso imponer previo a las jornadas históricas de la rebelión chilena. Todo esto mientras se discute el proyecto de la reforma tributaria, que busca reducir impuestos, aumentar las ganancias y utilidades de los grandes empresarios.

Esta vez la mano se viene cargada nuevamente contra las familias trabajadoras, y no sólo bajo la excusa de despidos por los “golpes” al crecimiento producto de las movilizaciones, sino también como modo de represalia contra las y los trabajadores que se han movilizado para reclamar lo que miles hemos reclamado en las calles.

La política de los empresarios para amedrentar a las y los trabajadores a través de despidos

A comienzos de noviembre y sin aún avizorar las consecuencias económicas que traería para los empresarios y el Gobierno las jornadas de movilización, ya los despidos eran tónica en algunos lugares de trabajo como medida de amedrentamiento y disciplinamiento para las y los trabajadores. Así lo denunció la CUT, el 5 de noviembre a raíz de los 500 despidos de trabajadores y trabajadoras de la industria del salmón en Quellón, por haber sido parte de las manifestaciones, en ese momento la Vocera de la Coordinadora Social de la localidad arremetió contra la complicidad de los dirigentes sindicales pro industria en los despidos, al mismo tiempo que para defender los puestos de trabajo se dispusieron a levantar un petitorio donde la demanda central es la reincorporación de todos los despedidos, como los problemas de contratos por faena que estaban afectando la estabilidad de las familias.

En Valparaíso las cifras también son brutales, hasta ahora habrían más de 1.900 despidos, ante los cuales el Gobierno local busca responsabilizar a quienes se han manifestado del desempleo. En otra tónica de persecución y práctica antisindical, la Radio Bío Bío de los hermanos Mosciatti, despidieron a una decena de trabajadores del medio, justo un día después de que el Sindicato de Radio Bío Bío haya demandado a la empresa por los reemplazos durante la huelga de octubre, como también un ataque a las y los trabajadores que cuestionaron la línea editorial del medio durante las movilizaciones de la rebelión chilena, dentro de los despidos la mitad son trabajadores afiliados al Sindicato.

En la ciudad de Antofagasta, la suerte para las y los trabajadores no es distintas, como se expresa en los despidos en el Colegio Providencia contra docentes que se han movilizado, lo que se suma al anuncio de despidos de los trabajadores de la empresa SGS, Bureau Veritas y los despidos ya efectuados en la bodega de la empresa ADELCO, todas ubicadas en el barrio Industrial La Negra de Antofagasta. Además se suman los anuncios de despidos en el sector comercio como en el sector de trabajadores públicos de la ANEF.

Porque #ChileDespertó no a los despidos, defendamos nuestros puestos de trabajo

Durante las semanas de movilización, sobre todo en los días de paro nacional, las y los trabajadores mostraron la fuerza que tenemos, como también el profundo cuestionamiento que existen a las diversas formas de precarización laboral y de vida de millones en el país. Y es que este cuestionamiento trajo consigo un aumento en las expectativas de la clase trabajadora, ejemplo de esto son los recolectores de basura quienes paralizaron contra las condiciones precarias de trabajo, los 400 trabajadores subcontratistas de ENAP quienes marcharon contra las malas condiciones, los y las trabajadoras de Metro Stgo quienes se opusieron a que la empresa descargue sobre estos los costos de reparación, lo mismo con las manifestaciones de las trabajadoras de Líder y del Mall. En Antofagasta, los trabajadores de la industria de SGS y Bureau Veritas paralizaron para el paro del 26 de noviembre.

Es decir, hay disposición de sectores de la clase trabajadora a luchar, y de mantener un cuestionamiento a las condiciones de miseria a las que han arrojado a nuestra familias durante estos últimos 30 años de herencia pinochetista, entre ellos el Código Laboral de José Piñera, pilar fundamental para sostener el sistema neoliberal, es decir, la instauración de una economía de libre mercado, basada en los fundamentos neoliberales, en la privatización y el fortalecimiento de las empresas, con el fin de desposeer de cualquier poder que tuviesen las y los trabajadores, para relegarlos en el fondo, a un rol más bien secundario en la sociedad.

Ante esto es necesario,la defensa férrea de nuestros puestos de trabajo, por la estabilidad de nuestra familias, debemos terminar con esta herencia de la dictadura, mecanismos que los empresarios y sus políticos históricamente han utilizado para mantener sus ganancias a costa de nuestra vidas, no podemos permitir que dejen más familias en la calle utilizando las leyes impuestas por la dictadura y ninguna otra fórmula que implique sacarnos de nuestros puestos de trabajo. Para ello es necesario levantar una gran campaña activa contra los despidos, en defensa de los puestos de trabajo en la perspectiva una seria lucha por la reincorporación de todos los y las despedidas.