El ministro de Hacienda pidió inversiones y se disculpó por las medidas económicas pasadas. Ganancias millonarias y jugosas indemnizaciones le parecen poco al macrismo.
Mónica Arancibia @monidi12
Martes 31 de mayo de 2016
El ministro de Hacienda, Alfonso Prat-Gay, solicitó ayer disculpas a empresarios españoles por las políticas económicas del gobierno kirchnerista, comenzó su disertación pidiendo un aplauso "porque la Argentina está de vuelta". Lo hizo en un encuentro organizado por Nueva Economía Forum.
Para el ministro Prat Gay, el “maltrato” hacia los empresarios fueron las abultadas ganancias que tuvieron las empresas españolas en Argentina, como el caso de Telefónica, durante la década pasada, o el pago en concepto de “indemnización” a Repsol por YPF o el salvataje que hizo el Estado de manos del grupo Marsans en Aerolíneas. En el caso de estos grupos, ambos dejaron una herencia de escasa inversión con un deterioro de las empresas.
Los “abusos” del kirchnerismo
Prat-Gay planteó que es necesario “reestablecer los lazos bilaterales”, luego de los “abusos de todo tipo" cometidos por gobierno de Cristina Fernández y criticó la “nacionalización” en 2012 del 51 % de las acciones de YPF, que estaba en manos de la española Repsol.
El ministro cuestiona la compra por parte del kirchnerismo del 51 % de YPF, pero lejos estuvo de ser un disparate para los empresarios de Repsol. El Gobierno anterior los premió con la entrega de bonos por más de 5.000 millones de dólares como indemnización, una suma que en 2014 (fecha de pago) significaba tres veces lo que se utilizaba por año para otorgar todas las asignaciones universales por hijo. El pago fue un premio para los vaciadores.
Otro caso de vaciamiento fue el de Aerolíneas administrada por la empresa española Marsans. Cristina Kirchner anunció en 2008 que se vieron obligados a estatizar, y lo cierto de esas declaraciones es que ningún empresario local quería comprar la empresa por las deudas que dejaron los empresarios españoles allí. Marsans dejó una deuda de casi mil millones de dólares y una estructura vaciada y colapsada que perdía un millón de dólares por día a pesar de haber recibido una ayuda de 750 millones de dólares del Estado Español y de 900 millones de la Secretaría de Transporte que en ese momento la dirigía Jaime.
El kirchnerismo salió en defensa de los empresarios y liberó a los españoles de sus deudas estatizando la empresa sin exigirles que rindan cuentas por la falta de inversión y los pasivos que dejaron. Tiempo después, el grupo español inició juicio ante el Ciadi (tribunal encargado de resolver controversias internacionales en materia de inversiones dependiente del Banco Mundial) para reclamar una compensación económica por U$S 1.600 millones por la expropiación de Aerolíneas Argentinas y el año pasado el gobierno anterior y la Fiscalía antilavado (Proselac) denunciaron ante la Justicia federal una maniobra del grupo español Marsans para "vender" el juicio que tenían al fondo buitre Burford Capital.
Aguas y Saneamientos Argentinos, también fue nacionalizada por el Gobierno anterior y era manejada por la francesa Suez y la española Agbar. Los empresarios también iniciaron juicio ante el Ciadi por el cese del contrato y el año pasado el tribunal falló a favor de los ex administradores resolviendo que la Argentina tenía que pagar 405 millones de dólares al grupo francés Suez y la empresa española Aguas de Barcelona (Agbar), ex concesionarias de Aguas Argentinas y Aguas Provinciales de Santa Fe.
Súplicas al capital extranjero
El ministro imploró a los empresarios por inversiones porque la Argentina necesita 125 mil millones de dólares (el equivalente al 25 %del PBI) para "crecer fuertemente" e invitó a los empresarios españoles. También les ofreció comprobar "de primera mano" las posibilidades de inversión que ofrece la Argentina porque hay “grandes oportunidades” en sectores donde las empresas españolas son muy competitivas como el turismo, las energías renovables o las infraestructuras.
El Gobierno de Cambiemos está dispuesto a seguir suplicando al capital extranjero para que la lluvia de inversiones lleguen, pero hay que develar que la salvación no llega de la mano de estos inversores. Los capitales extranjeros invierten en países donde encuentren ganancias superiores a las que obtienen en sus países de origen, así lo hicieron varios años en China o actualmente en México que cuenta con salarios inferiores a los chinos. Es decir, están a la caza de mejores condiciones de explotación, donde haya salarios miserables mejor, donde puedan expoliar los recursos naturales o en búsqueda de ganancia financieras rápidas.
Los capitales que el Gobierno espera exigirán mayores garantías de rentabilidad, y para eso Cambiemos viene realizando todos los deberes, devaluación que abarata los salarios en dólares, fin del cepo para que puedan enviar sus utilidades en dólares a sus casas matrices, pago a los fondos buitres, entre otras. Sin embargo, esto aún no generó que la lluvia llegue y las pocas inversiones anunciadas no alcanzan para revertir la declinante tendencia económica. Como apuntó Bercovich no son disculpas lo que hay que decirle a los empresarios, sino “de nada”. De nada por las ganancias que se fugaron y por los años de dependencia y saqueo.
Mónica Arancibia
Nacida en Bs. As. en 1984. Es economista. Miembro del Partido de los Trabajadores Socialistas. Coedita la sección de Economía de La Izquierda Diario.