La migración es una realidad que se ha instalado en los últimos años en el país, pero que lamentablemente va acompañada de precariedad, inestabilidad y dificultad para regularizarse.
Lunes 5 de febrero de 2018

Hace pocos días atrás murió Sergio Hurtado Ponce, un trabajador de la construcción que vivía hace más de tres años en Chile, pero trabajaba en condiciones de precariedad, sin contrato, ni medidas de seguridad. Su salario eran 15 mil pesos diarios. Sergio cayó de más de 10 metros de altura en la obra en que trabajaba, no contaba con sus papeles regularizados, situación que viven más de 100 mil personas. Sergio era colombiano, tenía 53 años y 8 hijos.
En el caso de la obra donde trabaja Sergio, son decenas de otros migrantes en la misma situación de precariedad e informalidad, quienes además trabajan en pésimas condiciones, contando con solo un baño totalmente insalubre, sin contrato ni seguridad. Según una investigación de CIPER, en la obra no había perfeccionista de riesgos, ni se utilizaban cascos, arnés u otra medida de seguridad. Según el dueño de la empresa fue "mala suerte".
La situación de Sergio no es aislada. El Movimiento Acción Migrante ha señalado que entre 100 mil y 150 mil migrantes se encuentran en situación de indocumentados en el país, y que en el ámbito laboral, son los sectores de la construcción y los servicios donde más se pueden detectar problemas de irregularidad e informalidad. Es por eso que las organizaciones migrantes vienen planteando que se necesita una nueva Ley de Migración, basada en un enfoque de derechos humanos.
A este problema, se suma el aumento del racismo y la xenofobia. La socióloga María Emília Tijoux ha señalado que en Chile se trata la migración como un problema y que el racismo es una dura realidad “Tenemos más de 600 mil inmigrantes en Chile, sin embargo la recepción y significación que se hace de esa inmigración es racista, porque sino no podríamos entender que a estos hombres y mujeres que vienen a trabajar a Chile -porque en sus países han sido expulsados, perseguidos, empobrecidos, que no traen capital económico, y los capitales culturales que traen son vistos negativamente- sean vistos negativamente por la sociedad chilena” indicando que “el racismo está inscrito en la historia de Chile”.