El MWC: Un pastel muy apetitoso para el ayuntamiento de Barcelona, que no quiere dejarlo escapar bajo ningún concepto, aunque para ello deba mirar a otro lado y desentenderse de promesas pasadas cuando eran momentos electorales.
Miércoles 27 de febrero de 2019
En 2015 y durante la huelga de los técnicos de Movistar y las distintas contratas y subcontratas, la actual alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, se comprometió a que el ayuntamiento no mantendría contratos con empresas que precarizaran a sus trabajadores.<+[https://www.izquierdadiario.es/Dos-ciudades-la-Barcelona-del-MWC-y-la-de-los-trabajadores?id_rubrique=2653]
En aquel momento aquella proclama se dirigía concretamente a Telefónica a través de Movistar y a la celebración del Mobile World Congress, el evento estrella en Barcelona, donde llegó a decir que no se renovaría si se daban dichas condiciones de precariedad en las contrataciones.
Pero nada ha cambiado y durante la presentación del congreso de este año, John Hoffman, consejero delegado de GSMA entidad organizadora del evento junto a Fira de Barcelona, anunció que la GSMA tiene un contrato para organizar el MWC hasta 2023 en su actual ubicación, eso sí, en un entorno estable y seguro.
Este año, el MWC ha creado alrededor de 14.000 puestos de trabajo, 700 más que el año pasado, expondrán 2.400 empresas y asistirán 107.000 asistentes de 200 países diferentes, que supondrá un impacto económico de 473 millones de euros, 8 millones más que el año pasado. Pero todos estos números solo engordan las ganancias de unos pocos.
Detrás de esta cortina de opulencia tecnológica y comercial se esconden millares de empleos precarios y sexistas. UGT a través de su secretaria de Política Sindical Nuria Gilgado presentó días atrás el informe Precarious Work Congress, que revela casos alarmantes.
Son condiciones que vulneran la ley de igualdad, que perpetúan los estereotipos de género y que siguen cosificando a la mujer como mero objeto. Son trabajos mal pagados y discriminatorios. Lo que más se necesitan son camareros y azafatas. El sueldo es de 9,77 euros brutos, por debajo de lo que marca el convenio interprovincial de hostelería y turismo de Barcelona y se exigen jornadas de hasta 12 horas, y entre otros requisitos una: “gran tolerancia al estrés y a grandes volúmenes de trabajo”.
En el caso de las azafatas el salario es de 7,2 euros brutos/hora, eso sí, han de tener una altura mínima de 1,75cm, sino el sueldo baja a 6,2 euros y en el caso de azafatas que atienden zonas vip se les exige también no rebasar la talla 36/38, llevar falda corta, vestir medias finas, maquillaje obligatorio y zapatos de tacón de 5 centímetros. La diferencia de sueldo para toda la feria podría llegar a acercarse a los 50€.
Algunas ofertas de trabajo que hacen agencias especializadas y que se publican en portales digitales, piden que las azafatas sean “listas”, dice Gilgado.
Un año más, la UGT anunció que denunciaría las ofertas de trabajo discriminatorias y abusivas ante la Inspección de Trabajo, aunque la opacidad de las empresas y la corta duración del MWC impide su persecución, aseguró que "las ofertas desaparecen cuando quedan cubiertas, y eso hace que no se pueda hacer un seguimiento preciso. Muchas veces cuando quieren investigar, el evento ha terminado y se hace difícil tomar medidas”.
Sin embargo, Gilgado ha reclamado, como en años anteriores, que la matriz del Mobile, la multinacional GSMA, se implique en evitar casos de sexismo y explotación laboral, “igual como lo deberían hacer las instituciones, Generalitat y Ayuntamiento de Barcelona “.
En el punto 5 del mencionado informe elaborado por Gigaldo se habla de la exigencia de la derogación de las reformas laborales llevadas a cabo por PSOE y PP. Quizás habría que recordar que dichas reformas pudieron ir adelante gracias a la nula oposición de las direcciones de las grandes centrales sindicales mayoritarias CCOO y UGT, que actuaron como medio de contención y cortafuegos ante cualquier intento de movilización por parte de los trabajadores y trabajadoras.
La paz social, el miedo, el mal menor, herramientas de una casta sindical pactista que vive de espaldas a la realidad y solo se gira para la foto.
No basta con argumentar que las empresas de contratación son opacas, o que la corta duración de un evento impide la tramitación de denuncias, estas empresas de contratación temporal trabajan todo el año, no solo para el MWC y si requieren un control exhaustivo, deberán tenerlo, sino llegaremos al MWC de 2020 o a cualquier otro evento y estaremos denunciando una semana antes las condiciones de precariedad laboral y sexismo en estos acontecimientos.