Estamos hablando de los y las trabajadoras precarizados de distintos rubros, como comercio, gastronómicos, repartidores, no sindicalizados, monotributistas, etc. No hay vacunas para los y las que salen a trabajar todos los días.
Miércoles 9 de junio de 2021 09:20
La Izquierda Diario entrevistó a trabajadores esenciales de distintos rubros para saber qué piensan sobre el plan de vacunación y cómo ven la gestión del Gobierno en esta segunda ola.
La alta circulación del virus expone en mayor medida a los sectores de trabajadores que todos los días usan el transporte público, donde no hay protocolos adecuados, ni garantías sanitarias para desarrollar su labor. El sistema de ART a nivel nacional reconoce 16 muertes por día por Covid, tras contagiarse en el trabajo o en el transporte publico. Esto solo para contabilizar los trabajadores con ART, es decir los trabajadores en blanco.
Las estadísticas muestran una realidad que el Gobierno nacional no reconoce, que son los contagios y muertes por covid 19 en los lugares de trabajo. Desde todos los gobiernos solo se subraya que la propagación del virus depende de la responsabilidad individual de la población, vulnerando una vez más a los trabajadores de la economía informal.
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Atravesando esta segunda ola de la pandemia que parece interminable, a la vez vemos cómo colapsan los hospitales por segunda vez. Esto da lugar a los debates en distintos sindicatos y sectores de trabajadores precarizados sobre la necesidad de reclamar a los gobiernos la ampliación del plan estratégico de vacunación a otros esenciales, además de la necesidad cde un IFE para quienes se quedaron sin trabajo, monotributistas y demás trabajos informales donde no exite la posibilidad de obras sociales y ART.
La última semana del mes de mayo la UTA llamó a un paro de 48hs en el interior del país reclamando un aumento salarial y vacunas para chóferes que se exponen al virus día a día. El comité de emergencia provincial declaró después de una semana la llegada de 31 mil dosis, el viernes 4 de este junio comenzó la aplicación de la primera dosis a trabajadores de actividades esenciales como petroleros, transportistas y empleados de las cooperativas eléctricas en la provincia de Neuquén. El gobernador Omar Gutiérrez saludó a los sindicatos por haber sido parte de la recopilación de datos para que el plan de vacunas pueda llevarse a cabo.
¿Pero qué sucede con el resto de los y las trabajadoras que son esenciales, que no tienen sindicatos y que no son parte de ningún listado de vacunación?
La Izquierda Diario entrevistó a distintos trabajadores donde expusieron su visión sobre el plan de vacunación.
- “Trabajar en pandemia la verdad en mi caso, fue difícil al principio en el tema de adaptarme al home office, de separar lo laboral con lo personal al estar con mi hijo en el mismo espacio. Y también me pasó que me descontaron plata de mi aguinaldo por falta de horas de trabajo cuando recién estaba probando el sistema y obviamente no funcionaba bien” expresó una trabajadora de un Call Center.
- “Los ifes que era la ayuda del gobierno, fue pagada sólo a algunos y a destiempo. En el caso de la salud, el plan que supuestamente se estaba preparando en los tiempos de cuarentena para que no colapsen, tengamos una mejor atención y también ellos más seguridad y mejores condiciones de trabajo no funcionó ya que no había ni siquiera insumos necesarios y ni hablar de que los trabajadores de salud no cuentan ni contaron con un salario digno. Me parece obviamente terrible que se siga privilegiando los negocios millonarios antes que el derecho humano a la salud y más en una pandemia. Nosotros no podemos afiliarnos a un sindicato, no estamos en ninguna lista de vacunación”.
- “Cuando volvimos al local estaba muy preocupada por el tema de los contagios, más porque soy madre y no quería llevar el virus a casa, siempre traté de cuidarme y de tomar todos los recaudos. Lamentablemente la empresa tampoco toma los protocolos que debería, creo que por el tiempo que pasó ya debería estar más adelantado el plan, quisiera estar vacunada lo más pronto posible, pero veo que es un gran negocio, y se termina lucrando con la necesidad y la salud de las personas” nos manifestó una trabajadora de un shopping local.
- Una trabajadora de pedidos ya nos dice “nos parece una falta de respeto a les trabajadores esenciales, nosotros abastecemos de alimentos, elementos de higiene, etc, a personas aisladas que solo pueden usar el delivery, yo creo que deberíamos estar vacunados ya”.
- Por otro lado Camilo también de pedidos ya nos decía “los trabajadores de reparto como muchos precarios, estamos totalmente sin ningún derecho ni amparo, no tenemos obra social ni ART, y el gobierno nunca dejo de privilegiar las ganancias de las empresas ante esta situación, es urgente no solo acceder a las vacunas, sino a un plan integral que contemple a los precarios y desempleados que en esta pandemia fueron los más golpeados”.
Las vidas trabajadoras importan
Mientras los Gobiernos se jactan y festejan con bombos y platillos el nuevo plan masivo que se lanzó esta semana con la llegada de 371.400 vacunas Sputnik V dosis 1 en todo el país cuando la realidad nos dice otra cosa, solo el 31,4% de la población está vacunada, estamos hablando de 14.000.000 de dosis en las 24 jurisdicciones. De las cuales 10.970.220 personas recibieron la primera dosis y 3.014.525 ambas dosis.
El plan de vacunación aún no llega a la juventud que el último tiempo se volvió esencial en distintos rubros. No hay un plan integral de ayuda económica como un nuevo IFE para dar respuesta a las necesidades de millones en el país que se quedaron sin empleo o tienen un trabajo informal, estamos hablando del 40% de la población que hoy está bajo la línea de pobreza. Es urgente que se prioricen las necesidades del pueblo trabajador, como la salud pública, el empleo con derechos y viviendas dignas para las familias que no pueden alquilar. El negocio de las patentes y los derechos intelectuales de las vacunas demuestran una vez más que los gobiernos ponen por delante los negocios, mientras la desigualdad se profundiza aún más.
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Por eso desde la RED de trabajadoras y trabajadores precarizados insistmos con la necesidad de un plan que contemple un IFE de $ 40.000 para todos los sectores que perdieron sus ingresos. También es hora de una medida elemental como la centralización del sistema de salud y el aumento de su presupuesto para evitar el colapso en hospitales. Exigimos con fuerza que se liberen las patentes y no quedar atrapados en los negociados de los laboratorios, que son los que se quedaron con las ganancias de las vacunas. Para llevar estos reclamos y que nos escuchen es necesario organizarnos en nuestros lugares de trabajo y en los barrios para decir bien fuerte que nuestras vidas también valen.