El Estatuto Laboral Juvenil, uno de los principales proyectos de Piñera en conjunto con Chile Vamos, viene directamente a precarizar a la juventud trabajadora; entregando mayor flexibilidad laboral, beneficiando a los empresarios y atacando a las y los jóvenes que trabajan y estudian.
Lunes 28 de enero de 2019
Este proyecto, presentado por Nicolás Monckeberg, no sólo fue apoyado por la derecha de Chile Vamos, si no que también por sectores del Frente Amplio como la diputada Gael Yeomans, quien salió a respaldar su postura argumentando que “le plantearon al Gobierno la necesidad de realizar modificaciones en el proyecto”. Sin embargo, sabemos que Piñera no está dispuesto a realizar cambios, por lo que esta posición sólo posibilitó que fuese aprobado por la Cámara de diputados en julio del año pasado.
El rol tibio que cumplió la oposición permitió que se pudiera llevar a cabo este proyecto, apoyando la agenda represiva de Chile Vamos, sin ocupar sus tribunas para llamar a movilizaciones en las calles, ni convocando a estudiantes y a las y los trabajadores para rechazar en conjunto en las calles esta política que sólo busca retrocedes con derechos laborales ganados hace muchos años, como los descansos dominicales o festivos, el derecho a la indemnización por años de servicios, entre otros.
Todo esto en el marco de la crisis del empleo, en donde la tasa de desocupación juvenil ha ido aumentando, alcanzando un 16,1% entre jóvenes de 18 y 24 años, y por otro lado, se encuentra un 11,9% entre personas de 25 y 29 años registrados en el primer trimestre del año pasado.
Este escenario podemos verlo de manera muy crítica en Valparaíso. Según datos entregados por la ENE la tasa de desocupación en la región aumentó hasta un 7,0%, lo cual significa a 63, 9 mil personas sin trabajo entre el último trimestre del 2018, en donde la mayoría son jóvenes, que ante la necesidad de tener ingresos económicos, recurren a trabajos inestables como la venta ambulante o trabajos eventuales, como es el caso de muchos trabajadores del puerto. Ante esta situación la municipalidad del Frente Amplio de Sharp no ha entregado una salida concreta que pueda solucionar este problema.
La necesidad de trabajo estables y mejores condiciones laborales ha levantado consigo importantes movilizaciones en Valparaíso, como pudimos verlo en el agitado paro portuario que durante un mes se manifestó en contra de las precarias condiciones de trabajo de Von Appen y sus multimillonarias ganancias a costa de esta.
Esta lucha, no sólo se volvió parte de los trabajadores sino que también de los estudiantes, organizando en conjunto una gran fuerza combativa que frenó los ingresos de los empresarios del puerto por 33 días, cuestionando profundamente el régimen empresarial, en donde los empresarios como Von Appen privatizan todas ganancias producidas por los trabajadores portuarios, que bien sabemos, podrían solucionar la crisis de la educación pública y pagar miles de becas de gratuidad, para que estudiantes de la clase trabajadora puedan estudiar, así como poder solventar derechos básicos como el pre y post natal de las trabajadoras portuarias eventuales y terminar con el trabajo eventual tercerizados y los sueldos de hambre.
Pero para esto necesitamos una organización entre estudiantes, trabajadores y sectores populares que exprese la fuerza imparable de la clase trabajadora, tomando como ejemplo la unión obrero estudiantil que se impulsó en el paro portuario y sus lecciones también; ninguna confianza en los empresarios ni en sus burócratas conciliadores que sólo nos lleva a ganadas parciales para contener la fuerza de la movilización y que no nos permite avanzar.
Es necesario que toda la clase trabajadora luche por la expropiación de todas las concesionarias que se enriquecen en el puerto, y al mismo tiempo, exija la estatización del puerto bajo gestión de las y los trabajadores, para que sean los mismos trabajadores quienes administren los ingresos. ¡Todas las ganancias para las y los trabajadores!
Por lo cual también se vuelve necesario construir un proyecto político diferente al de la actual oposición, que no posibilite políticas que golpeen a la clase obrera, que permita forjar un programa que enfrente a los capitalistas y que permita construir un partido revolucionario de la clase trabajadora, con una estrategia de ruptura con el capitalismo que busque levantar un gobierno de las y los trabajadores y que en su proceso, impulse una fuerza militante que le haga frente a la agenda represiva de Piñera y a todos los ataques hacia la clase trabajadora.