Mientras el país está en llamas por las quemas intencionales, el Gobierno nacional entrega más beneficios al extractivismo. Malabares oficiales para disfrazar una política ecodestructiva.
Valeria Foglia @valeriafgl
Viernes 2 de octubre de 2020 15:52
Quemas, desmontes, fumigaciones, explosión de cerros, saqueo y contaminación del agua… El agronegocio y la minería a cielo abierto no detuvieron su derrotero de destrucción ni siquiera en cuarentena. El país en llamas, pelado de flora y fauna, contaminado y consumido no bastó para que Alberto Fernández desista de seguir profundizando un rumbo que ya había anunciado durante su campaña electoral. Aunque tardó un poco más que Macri, este 1º de octubre, a diez meses de Gobierno, el Frente de Todos anunció la baja de retenciones a los sectores del agro y las mineras. ¿La excusa? El supuesto de que generan empleo y llenan de dólares las arcas del Estado.
Ahora parece que se pueden bajar retenciones al agronegocio y la megaminería por derecha o por la causa nacional y popular, mirá... 🤔
— Myriam Bregman (@myriambregman) October 2, 2020
La reducción de las retenciones para el complejo sojero será de 33 % a 30 % en octubre, y según el ministro aumentarán paulatinamente en noviembre (31,5 %), diciembre (32 %), para finalmente volver al 33 % en enero. En tanto, para el sector minero se fijará un tope de 8 % para las retenciones a partir de la reglamentación de la Ley de Solidaridad Social y Reactivación Productiva.
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Los anuncios estuvieron a cargo Martín Guzmán, ministro de Economía, acompañado por Luis Basterra (Agricultura, Ganadería y Pesca) y Matías Kulfas (Desarrollo Productivo), que presentaron un paquete de medidas con el objetivo de fomentar la producción y el ingreso de dólares a las reservas del Banco Central a través de la exportación de los sectores agropecuario e industrial. Para que no quedaran dudas, de la conferencia participaron los popes del empresariado extractivista: el titular de la UIA, Miguel Acevedo, el presidente de la cámara aceitera, Gustavo Idógoras, Dardo Chiesa de Confederaciones Rurales, Alberto Carlocchia de la Cámara Minera y José Martines, presidente de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires e integrante del Consejo Agroindustrial.
Este verdadero festival de extractivistas y remate de beneficios a la crema del agronegocio y la industria contrasta groseramente con las bolsas de mercadería podrida que el Gobierno bonaerense, también del Frente de Todos, arroja a la zanja en Guernica tras la negativa a ingresar al predio por parte de las familias que defienden su derecho a la vivienda y rechazan el desalojo y la represión. También en el marco de una pobreza que ya superó el 40 %.
Después de conocerse índices de pobreza e indigencia escalofriantes el gobierno anunció la rebaja de retenciones a las mineras y al agronegocio. Y a los bancos que siguieron ganando con las leliq, les aumentan la tasa de interés que prestan al central del 19% al 24%.
— Nicolas del Caño (@NicolasdelCano) October 2, 2020
Guzmán aseguró que buscan “propiciar la recuperación económica de nuestro país”. Junto al estímulo y la compensación a “pequeños productores de soja y cooperativas”, con una inversión de $ 11 550 millones para el sector, también "se reducen hasta fin de año las alícuotas para las ventas al exterior de grano de soja, así como para sus principales derivados”. Sin embargo, el “nada solidario” sector del campo acumula dólares a la espera de una devaluación e incluso exige una baja mayor de retenciones.
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Premio al extractivismo
Con un Gobierno que hace oídos sordos a las protestas en las calles y al activismo virtual contra el acuerdo para instalar megagranjas porcinas, los incendios intencionales en el delta del Paraná, Córdoba y otras provincias, no resulta tan insólito que beneficien a los sectores extractivistas. Y eso pese a una narrativa que apela en ocasiones a la crisis climática y ecológica, que en vistas de las políticas concretas que se impulsan no es otra cosa que un saludo a la bandera en días festivos, como en ocasión de la presentación del deslucido Plan de Políticas Ambientales, que pretende “combatir” la crisis ambiental con educación, en una reunión donde no se habló contra el acuerdo porcino ni el rechazo al pago de la deuda fraudulenta que usan como excusa para desatar aún más el extractivismo.
Control de daños y división de tareas parecen ser la apuesta del Gobierno: por un lado, el ministro Juan Cabandié y Leonardo Grosso, titular de la comisión de Ambiente de la Cámara de Diputados, que pasan de Zoom en Zoom con jóvenes activistas y trazan un diagnóstico de la grave situación ambiental en el país y en el mundo, de la que todos seríamos igualmente responsables. Por el otro, el tridente del extractivismo representado por Guzmán-Kulfas-Basterra, al que se suma el aliado histórico de Grosso, el canciller Felipe Solá, principal impulsor del memorándum de entendimiento con China para habilitar el establecimiento de decenas de factorías de cerdos en el país, con potencial pandémico y contaminante incluido.
Ahora, yo digo, el Ministro de Ambiente tuiteando #BastaDeQuemas y el Presidente tuiteando #SeraLey. ¿Quién les avisa que de ellos más que contribuir a un tuitazo precisamos hechos concretos de gobierno? https://t.co/akytJguA9y
— Verónica Odriozola (@VeroOdriozola2) October 1, 2020
Mientras los “verdes” del Frente de Todos militan una inofensiva ley de educación ambiental, hacen malabares para denunciar al agronegocio en general sin señalar las ventajas y los avales que su propio Gobierno otorga a este sector de la mano del área económico-productiva. Son los mismos que en diciembre reclamaban el veto a la modificación de la ley 7722 que protege el agua de Mendoza… y que el Frente de Todos había negociado con el radicalismo.
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Pero este teatro no es gratuito. Los nuevos beneficios a los sectores que arrasan el país despertó el rechazo de ambientalistas. Y es que, más allá de poses y retórica verde de algunos funcionarios, cada vez queda más claro que no hay forma de defender la “casa común” con quienes la destrozan por puro afán de ganancia.
No parece muy inteligente bajarle las retenciones a la soja y a la minería metalífera en la peor crisis Ecológica y sistémica de la modernidad.
— Enrique Viale (@EnriqueViale) October 1, 2020
Se profundiza la ceguera epistémica. No hay caso https://t.co/CD4AM8jLBB
— Maristella Svampa (@SvampaM) October 2, 2020
No parece muy acertado bajarle las retenciones a la soja cuando el país se prende fuego por el avance del agronegocio. pic.twitter.com/K7eQCJyeXG
— Mauro Fernández (@mnfernandez) October 1, 2020
Los dueños del agronegocio después de que dieran marcha atrás con la expropiación de Vicentín, hicieran la vista gorda con los incendios intencionales y les bajaran las retenciones para que liquiden.
Esto también se nota mucho. pic.twitter.com/mGDynvLLF3— Andrés Linares (@andreslinaresss) October 2, 2020
Los sojeros que retuvieron la cosecha se beneficiaron con un aumento del 20% del precio del poroto. Ahora el gobierno se prepara para premiarlos con una baja de las retenciones.
La meritocracia de los especuladores— Guido Lapa (@guidolapa) October 1, 2020
Le bajan retenciones a la soja y a la minería pero las toallitas todavía tienen IVA
— La Barbie Científica 💚 (@Bcientifica) October 2, 2020
Este gobierno en unos días le bajó las retenciones a la soja y a la minería en una de las peores crisis ecológicas y de incendios de nuestro país. Y ahora a los bancos les aumentan la tasa de interés que prestan al central del 19% al 24%. Siempre ganan los mismos.
— Luca Bonfante (@LucaBonfante98) October 2, 2020