En las últimas semanas fue el propio rector de la universidad, el kirchnerista Gustavo Crisafulli, quien encendió la luz de alarma: “la UNCo pierde a 80 de cada 100 estudiantes que ingresan”. Más de la mitad de los ingresantes abandona durante el primer año de estudio. Se trata de datos oficiales que ya habían sido reflejados en informes al comienzo de su gestión. El porcentaje supera la media nacional.
Alicia Mella Profesora en Letras
Sábado 20 de septiembre de 2014
Crisafulli afirma que uno de los factores que inciden en el abandono de la universidad es la falta de “recursos financieros” de los estudiantes. No dice ninguna novedad. Se trata de un Universidad con su sede central en la ciudad de Neuquén. En una de las provincias más ricas de nuestro país por sus recursos naturales, el poder adquisitivo del salario se desmorona mes a mes a causa de la "adaptación" de los precios al "boom" de Vaca Muerta. Efectivamente, cada vez es más caro sostener un alquiler. Los estudiantes de familias trabajadoras, se ven obligados a abandonar la universidad para poder mantenerse. Si a eso se le suma que cada vez hay peores ofertas horarias de cursada, un sistema de becas que nadie conoce, y sólo 40 residencias universitarias, el panorama se completa. ¿Cómo puede acceder a la universidad un hijo de peones rurales del interior neuquino, por poner un ejemplo? Es prácticamente imposible.
Más cerca de las petroleras, más lejos del pueblo trabajador
La gestión de Crisafulli asumió con un discurso demagógico, contra la "ineficiencia" de quien le entregó el mando, Teresa Vega. Cierto. "Ineficiencia" es lo mínimo que se podría decir. Pero la verdad es que, en lo esencial, habrá continuidad. Vega fue, entre otras cosas, la autora del pacto UNCo - YPF. Ese pacto, firmado el mismo año que el acuerdo YPF - Chevron, al igual que el pacto con la Total Austral, es la punta de lanza de la subordinación de la universidad a los intereses de las petroleras. Mientras unos vendían nuestros recursos naturales, las autoridades de la universidad hacían lo propio con los recursos intelectuales. Pero... ¿qué fue lo primero que hizo Crisafulli? Precisamente, junto a los decanos de las Facultades de Ingeniería y Ciencias Económicas, Salvador Canzonieri y Pablo Alá Rué, fue a reunirse con las autoridades de YPF, "principal socio" de la universidad. Por más discurso "soberano" que sostengan, todo acuerdo de colaboración con YPF, es hoy un acuerdo de colaboración con la Chevron, su "principal socio", y hasta con los accionistas "buitres" de YPF (como el Black Rock o el Third Point). La universidad marcha al ritmo de las petroleras: laboratorios nuevos en geología, para que las empresas que usan el "fracking", y decadencia de las carreras humanísticas, poco "rentables".
Mientras la principal preocupación del rectorado sea coquetear con las petroleras, la deserción y el desencanto de los estudiantes, seguirá en aumento.