Las centrales sindicales deben romper con el gobierno y defender los intereses de los trabajadores y del pueblo pobre.
Martes 6 de enero de 2015
Fotografía:Reuters
Durante la campaña electoral vimos a la CUT actuando como puntero electoral de Dilma Rousseff. Por su parte, Força Sindical llevaba a Aécio Neves en andas. Las demás centrales sindicales oficialistas se repartían entre las dos candidaturas patronales. Todos estos burócratas sindicales – que viven de privilegios como los altos funcionarios, políticos y empresarios – presentaban pretextos para apoyarlos. Para la CUT, Dilma Rousseff en su segundo mandato “escucharía” las reivindicaciones de las centrales sindicales y de los trabajadores, contra el “otro lado” que era el “de los patrones”. Para Força Sindical, Aécio Neves se comprometía a revisar el factor previsional teniendo en cuenta las necesidades de los trabajadores en cuanto asumiese.
Ahora, frente al hecho concreto de las medidas de “reforma previsional y laboral en cuotas” de Dilma Rousseff, ¿qué hace falta para que los dirigentes de las principales centrales sindicales convoquen a reuniones y asambleas de base para preparar un verdadero plan de lucha contra este ataque? ¿Qué hará la CUT “contra su gobierno” que ataca a los trabajadores en sus derechos sociales mínimos? O bien Força Sindical, que fue oposición a Dilma Rousseff, ¿qué espera para preparar movilizaciones contra esta reforma?
Está a la orden del día la organización de los sindicatos y activistas combativos y antigubernamentales, de la CSP-Conlutas y la Intersindical, para preparar reuniones, asambleas de base y plenarios de representantes electos que definan un plan de lucha y un programa contra la reforma previsional, contra el fin de los derechos sociales y laborales y por las reivindicaciones de los trabajadores, la juventud y el pueblo pobre. Junto con los movimientos sociales combativos – Movimiento de Trabajadores Sin Techo (MTST), el Movimiento Pase Libre (MPL), entre otros – esas centrales deben movilizar a sus bases para exigir a las grandes centrales sindicales (y sus alas internas, como la corriente CUT Pode Mais) medidas prácticas que impongan una lucha seria, firme y determinada contra el gobierno de Dilma, los políticos y empresarios y en defensa de los intereses de la clase trabajadora y el pueblo pobre.
