×
×
Red Internacional
lid bot

Educación. Presidenta Confederación de Padres y Apoderados integra “equipo educación” del imputado Piñera

Erika Muñoz, quien lidera la Confepa, organismo que agrupa a colegios particulares subvencionados, formaría parte del equipo del precandidato presidencial de la derecha, quien hace pocos días aseguró que su gobierno no entregaría educación gratuita para todos.

Miércoles 29 de marzo de 2017

La Confederación de Padres y Apoderados de Colegios Particulares Subvencionados (Confepa) irrumpió principalmente en el año 2015, en el marco del proyecto de reforma educacional del gobierno de la Nueva Mayoría y diversas movilizaciones estudiantiles, como un organismo opositor a la demanda de educación gratuita como derecho universal. Actualmente, su cabecilla, Erika Muñoz, integraría el “equipo de educación” del precandidato presidencial de la derecha, Sebastián Piñera.

Muñoz se hizo conocida por liderar movilizaciones en contra de la reforma educacional y de la ley de inclusión, que proponía “terminar con el lucro, selección y financiamiento compartido”. Pero, su oposición no apunta a una crítica del proyecto educacional del gobierno por su insuficiencia ante las demandas del movimiento estudiantil y porque mantiene intacta la educación de mercado; al contrario, su postura es opuesta a la legítima demanda de educación gratuita para todos como un derecho social y universal. La Confepa está a favor de mantener el mercado educativo de las instituciones particulares subvencionadas, y no está de acuerdo con la demanda histórica de los estudiantes.

Pese a que se intentó hacer creer que no había relación entre el organismo, y su líder, con políticos derechistas, en variadas actividades convocadas por la Confepa asistieron parlamentarios UDI y RN. Muñoz, pese a bajarle el perfil y decir que “invitaban a diputados”, en general, solía (y suele) codearse con parlamentarios de este sector político y plantear la misma línea respecto a la demanda de gratuidad para todos: que no habría libertad de elección, que los niños se verían afectados, que el Estado decidiría por todo, etc.

En distintas oportunidades fue interpelada sobre el origen de los recursos para costear viajes a regiones, foros y “coffe break” bastante “elegantes”, folletos con papel couché, página web producida, entre otras cosas, a lo que respondía que provenían de los centros de padres de diversos colegios, pero que la Confepa no era financiada por ningún sector político. Más allá del tema dudoso del financiamiento, lo cierto es que existe una estrecha relación entre Muñoz y la Confepa, con quienes se oponen férreamente al derecho universal de poder educarse, bajo un discurso de “libertad de enseñanza”, que en verdad no es más que proteger la educación privada, sus negocios y lucro.

Es decir, su crítica a la reforma educacional de la Nueva Mayoría- proyecto estructuralmente neoliberal y que mantiene intacto el negocio educativo- no es en defensa de la educación como un derecho para todos, no es en la misma vereda de miles de estudiantes y jóvenes, sino que es porque la reforma- por muy insuficiente que es- se plantea “a favor de fortalecer la educación pública”, lo que pone en alerta a todos aquellos que defienden las instituciones privadas de educación y su negocio.

No por nada, la Presidenta de la Confepa hoy integraría el “equipo de educación” del precandidato presidencial de la derecha e imputado por casos de corrupción, Piñera, quien hace unos días afirmó que no entregaría educación gratuita universal y que potenciaría los créditos, “beneficios” y otras medidas parche que sólo apuntan a mantener los pilares de una educación de mercado heredada de la Dictadura, y protegida por todos los gobiernos de turno.

La verdadera “libertad de enseñanza” de la que tanto habla Muñoz es realmente el derecho garantizado de todos los niños, niñas y jóvenes a poder educarse, gratuitamente y de calidad, sin importar de qué sector social provengan. Hablar de “libertad” cuando en verdad sólo se apoya la continuidad del modelo educativo de mercado es sólo defender los intereses de quienes durante décadas se han beneficiado a costa de un derecho social humano.

La educación debe ser un derecho social universal, garantizado por el Estado y los gobiernos de turno, no un nicho para que algunos realicen negocios y obtengan ganancias. La libertad para los jóvenes está en poder educarse, sin trabas ni obstáculos, y sin que sus familias tengan que costear algo al respecto (como en los colegios particulares subvencionados a través del “financiamiento compartido”). Está en la demanda histórica del movimiento estudiantil de educación gratuita para todos y todas, y no en el proyecto de la Nueva Mayoría, ni en los planteos de la derecha chilena que hoy defiende Muñoz y el organismo que levantó, y que sólo pretenden mantener una educación que está lejos de ser un derecho.