Bernardo Larraín, presidente de la SOFOFA, planteó a El Diario de Cooperativa, que el Estado compre acciones de empresas en crisis, para salvarlas en el marco del COVID-19. Como ocurrió también en la crisis de 2008, la salida para los empresarios es recibir platas del Estado, con tal de seguir a flote, mientras ministros como Raúl Figueroa, se niega a condonar el CAE a estudiantes que no tienen cómo pagar aquella millonaria deuda: Prioridades.
Jueves 26 de marzo de 2020
El día de ayer, El presidente de la Sociedad de Fomento Fabril (Sofofa) Bernardo Larraín Matte, expresó su preocupación y mal pronóstico hacia su gremio, respecto de la crisis que atraviesa el mundo y nuestro país en el marco de la pandemia del COVID-19. Esto en conversación con El Diario de Cooperativa, donde planteó que: "La prioridad es sobreinvertir en la emergencia sanitaria, en la liquidez para las pymes, sobreinvertir en la protección del empleo”.
Sin embargo, podemos ver que la prioridad para los empresarios no es la protección de los lugares de trabajo, pensando en las millones de familias que de aquello dependen, sino, la mantención de sus empresas y sus enormes ganancias. ¿Por qué no entregan licencias laborales masivas a todas las y los trabajadores de sectores no esenciales? ¿Por qué no re-convierten sus fábricas para producir respiradores, mascarillas, guantes y todos los elementos que hacen falta para enfrentar está crisis? Pues primero, está el deber de asegurar que sus cifras no caigan tan bajo.
Al respecto, Larraín mencionó que: “ha habido instrumentos en la crisis del 2008 donde se tendían puentes transitorios, donde se ponían en garantía acciones y esas acciones, cuando la empresa salía (de la crisis) el Estado recuperaba la inversión”. Es decir, los empresarios estudian la posibilidad de que el Estado los financie para no caer en el terrible escenario de irse a quiebra o perder algo de sus exorbitantes ganancias.
Sin embargo, hoy las prioridades y las necesidades son otras. No hay personal o implementos en los hospitales públicos, las y los trabajadores de sectores no esenciales siguen trabajando a pesar de que se recomienda aislamiento social preventivo. Y peor aún, no se realizan test masivos gratuitos a la población, para realizar un aislamiento planificado, que permita enfrentar y bajar la cantidad de contagios por coronavirus.
Los empresarios que viven de lujo y tienen acceso a una salud oportuna y de calidad, poco y nada les importa la vida de los millones de trabajadores y trabajadoras que dependemos de nuestros puestos de trabajo. Siendo que somos nosotros y nosotras quienes generamos sus riquezas. En lugar de que el Estado los financie, necesitamos que el Estado se haga cargo de esta crisis, retirando el 20% de su patrimonio a los más ricos podrían construirse 40 hospitales a nivel nacional. Este tipo de medidas se precisan con urgencia. Construir hospitales, generar respiradores e implementos para enfrentar el COVID-19. Que el Estado contrate a todas y todos los estudiantes avanzados de medicina, enfermería, etc, porque nos faltan manos. Unificar el sistema de salud público y privado, con atención centralizada y gratuita. Poner primero nuestras vidas y después las ganancias empresariales.
