Se trata de Luján Martinez, quien en 2002 mató a Mauro Martinez, testigo que confirmó el paso de Miguel Bru por la comisaria Novena de La Plata.
Valeria Jasper @ValeriaMachluk
Viernes 26 de marzo de 2021 20:55
Foto: Asociación Miguel Bru. Facebook
El expolicía Luján Martínez fue condenado a prisión perpetua al ser “coautor responsable de homicidio calificado, por haber sido cometido con alevosía” por el asesinato en 2002 de Mauro Martínez, testigo clave en el caso de la desaparición y muerte del estudiante de periodismo Miguel Bru ocurrida el 17 de agosto de 1993 a manos de la maldita Policía bonaerense.
El Tribunal de Casación de la provincia de Buenos Aires revocó el fallo absolutorio que en 2008 lo benefició con la libertad, al igual que al otro ex policía implicado, Ismael Gauna, quien murió en 2009 impune.
“Diecinueve años después del asesinato logramos que se haga justicia. Con la familia de Beto Martínez sufrimos todas las irregularidades en el juicio oral contra de los imputados Gauna y Martínez, sobreseídos de la forma más impune por el Tribunal Número 1 de La Plata. Sin bajar los brazos, con la asistencia y el trabajo de los doctores Pablo Javier Oleaga, Marcelo Enrique Ponce Nuñez y Ernesto Martín, pudimos ponerle fin a esta pesadilla, porque además este hombre mientras estuvo libre tuvo un intento de femicidio”, expresó Rosa Bru, madre de Miguel, a través de un comunicado que emitió la Asociación Miguel Bru.
Mauro “Beto” Martínez fue clave para determinar que Miguel Bru estuvo en la sede de la Comisaría Novena donde fue brutalmente torturado.
Beto comenzó a ser perseguido y fue detenido en la Comisaría de El Dique, en Ensenada, de donde se fugó. En junio de 2002 irrumpió en la casa donde se había refugiado una brigada policial encabezada por Ismael Gauna y Luján Martínez. Según la versión policial, al momento de allanamiento Mauro Martínez estaba armado con un revólver calibre 32.
Sin embargo testigos de los ocurrido señalaron que Beto salió con las manos en alto pidiendo que no lo mataran, y luego de esposarlo le dieron un tiro en la espalda. Fue trasladado a un hospital lejano de la zona del hecho, cuando a pocas cuadras estaba el Hospital San Martín. Beto murió al otro día como resultado del disparo recibido.
Gracias a la lucha de los familiares junto a la Asociación Miguel Bru el asesinato de Beto Martínez fue elevado a juicio oral. Seis años después, en diciembre de 2008, el Tribunal Penal I integrado por los jueces por Samuel Saraví Paz, Patricia de la Serna y Guillemo Labombarda absolvió a los exoficiales Gauna y Martinez.
“La sentencia podría ser copia fiel de las declaraciones de ambos imputados”, dijo Rosa Bru en 2008, luego de escuchar el fallo. “No fue más que el broche de oro de un modo de operar que se repite en todas las causas donde se investiga el accionar del personal policial: todos los casos en los que están involucrados oficiales de la fuerza son investigados por la misma policía. Desde el comienzo del caso se pone en marcha todo un sistema de complicidad que derivan en impunidad y ausencia de justicia”.
Tras varias apelaciones presentadas desde 2009 y a 19 años del crimen de Mauro Martínez, el Tribunal de Casación Sala I revocó la sentencia absolutoria y condenó a Luján Enrique Martínez.
“En los 70 desaparecieron a mi abuelo, en 2020 la Policía mató a mi hermano”
“En los 70 desaparecieron a mi abuelo, en 2020 la Policía mató a mi hermano”
El caso de Beto es una muestra más de la impunidad de la que gozan las fuerzas represivas. Y si hablamos de la provincia de Buenos Aires, la fuerza represiva provincial tiene un historial nefasto de crímenes, gatillo fácil, torturas y, también, desapariciones en “democracia”: Andrés Núñez, Miguel Bru, Luciano Arruga, Julio López, Ariel Valerian, Facundo Castro. La cantidad de pibes y pibas que han pasado por las balas de la Bonaerense en plena pandemia no dejan dudas.
Rosa Bru afirmaba a este diario que “la policía siempre fue igual, una policía asesina pero bancada muchísimas veces por la justicia”. No es un policía, es toda la institución que creó, alimenta y banca el Estado porque la necesita para criminalizar a la juventud trabajadora y pobre.
Todos los avances y las condenadas logradas en el marco de un entramado de complicidad policial, judicial y política fueron gracias a la lucha incansable de Rosa Bru, su familia, amigos y el acompañamiento de organizaciones sociales y de derechos humanos que a 27 años seguimos preguntado ¿Dónde está Miguel?