Universidad. Privatización de la educación superior, negocio para Carlos Slim

Carlos Slim es un empresario multimillonario, con la mayor riqueza de México, tiene inversiones en telecomunicaciones, construcción, infraestructura, centros comerciales, hoteles y tiendas, que han crecido desde hace décadas y en la actualidad han sido garantizadas por el gobierno de la 4T. Lo cual resulta contradictorio desde el punto de vista de los discursos del presidente, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), ya que en sus años de opositor ponía a Slim del lado de la “mafia del poder” y después, en su libro “A mitad del camino”, lo reivindica, tal como lo hace en su proyecto de gobierno.

La educación como negocio

Lo dicho anteriormente ejemplifica la relación de la 4T con los capitalistas, que acuerdan con su gobierno para proteger sus inversiones en muy diversos rubros, como la educación, tanto pública como privada. Por ejemplo, a nivel superior, entre las universidades de las que es accionista Slim están la Universidad Tecnológica de México (Unitec) campus Ermita, Cuitláhuac, Marina Nacional en la CDMX, en el Estado de México está Unitec Ecatepec, Unitec Atizapán y Unitec Ciudad Jardín. Por otro lado, tenemos a la Universidad del Valle de México (UVM), el campus Coyoacán, UVM Cumbres en Nuevo León y Colegio Veracruz, en la entidad del mismo nombre.

En cuanto a la educación pública, entre los requisitos de la Unidad del Sistema para la Carrera de las Maestras y Maestros (USICAMM), se obligó a los docentes a realizar un curso dado del 21 de febrero al 26 de marzo de 2023, de nombre “Curso Habilidades Digitales para la Docencia”, con 120 horas, por la Fundación Carlos Slim. Este curso prácticamente naturaliza el trabajo fuera del aula de docentes, que no les es pagado y que también utilicen su sueldo para subvencionar los materiales que debería garantizar el Estado, pero que se carga a los bolsillos de lxs trabajadorxs.

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Sobre el acceso al nivel superior

Según datos de Jorge Ramírez, académico de la Universidad Kino, de cada 100 niños que ingresaron a primaria, alrededor de sólo 18 inician sus estudios de licenciatura e ingeniería, lo que refleja la gran limitación que existe para que los jóvenes puedan acceder a estudios superiores, a lo que se suma el hecho de que muchos de ellos, cuando no logran ingresar a una universidad pública, se ven obligados a recurrir a las privadas y eso si logran terminar.

Es ahí en donde los grandes empresarios como Slim aprovechan para hacer sus negocios a costa de la exclusión del nivel superior, pues los que tienen la posibilidad de pagar, depositan sus colegiaturas, que se consiguen sobre la base de un gran esfuerzo de las familias, para que sean apropiadas por los grandes empresarios. Y en el caso de los que no pueden pagar, simplemente su derecho a la instrucción pública les es completamente negado, dando continuidad a la política que ve a la educación como mercancía.

En el sector público, ya vemos que personajes como Slim también hacen inversiones y reciben ganancias del erario, lo que además se sustenta en el trabajo precarizado de lxs docentes, en el caso de los universitarios, valiéndose de la figura de asignatura y servicios profesionales docentes. Y en el caso de los de básica pública, degradando cada vez más las condiciones de vida de los trabajadores de la educación, con una pérdida de derechos cada vez más acentuada.

Por eso se requiere la unidad de los trabajadores de todos los niveles de la educación, para poner fin a esta situación y luchar por acceso irrestricto a la educación superior y por la expropiación sin pago de todas las escuelas privadas, para ponerlas a funcionar al servicio del pueblo trabajador. Junto con poner fin al USICAMM y a toda inversión privada en la educación pública, pero aumentando el presupuesto educativo mediante impuestos progresivos a las grandes fortunas y otras medidas, como la reorientación de los recursos que hoy se destinan a la Guardia Nacional y la militarización del país.