¿Cuál es el sentido de despedir trabajadores que han llevado adelante los programas a pesar de la falta de recursos y de sus condiciones laborales precarias, que además conocen los procesos culturales comunitarios a los que están vinculados?
Miércoles 18 de enero de 2023
El lunes 16 de enero se publicaron los resultados de las convocatorias de los programas sociales de cultura comunitaria de Talleres de artes y oficios comunitarios 2023 (TAOC) y Promotoras y promotores para el bienestar cultural de la Ciudad de México 2023 (PCC). Como cada año, las convocatorias solicitaban agentes para realizar actividades culturales comunitarias. Desde la fundación de estos programas, en el 2019, fueron visibles las anomalías en los mismos, pues bajo la figura de “beneficiarios de programas sociales” se desconocía por completo la relación laboral con quienes tienen la tarea de llevarlos a cabo y así cualquier tipo de responsabilidad para con ellas y ellos por parte de la Secretaría de Cultura de la CDMX (SECULT).
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Igual queen años pasados, el proceso de registro fue angustiante para las y los solicitantes, con un proceso entorpecido por la página de registro deficiente que provocó retrasos en las postulaciones.
Una vez realizado el proceso, tocaba esperar los resultados, pero había una preocupación general, poder quedar dentro en un proceso claramente amañado, en el cual muchos de los lugares ya se encuentran otorgados con antelación, principalmente los puestos de coordinación.
La publicación de resultados confirmó las sospechas, una gran cantidad de aquellos que habían formado parte de los programas durante los años anteriores quedaron fuera. Pero, ¿cuál es el sentido de despedir a quienes llevan a cabo los programas y conocen la dinámica de los procesos culturales comunitarios?
Desde la creación de los programas, fue evidente que la cultura comunitaria era lo último en lo que las autoridades ponían énfasis. Hay una mayor preocupación por cubrir labores inmediatas en beneficio de tal o cual cosa, por ejemplo, la cobertura que se hizo de las campañas de vacunación, el apoyo a la línea 1 del metro o asistir a eventos políticos.
Todos estos actos, así como el maltrato y los abusos que aumentaron con la llegada de la administración de Magaly Cadena Amador, han sido denunciados por los trabajadores en numerosas ocasiones. Las muestras de descontento también han sido más evidentes, la negación a formar parte de algunos actos de proselitismo, la denuncia de la falta de materiales en los PILARES que conlleva a que sean los mismos trabajadores los que tengan que conseguirlos con sus propios recursos, así como la inestabilidad laboral permanente pues cada año hay que postular a la convocatoria esperando poder conservar el trabajo un año más.
No es casual que año con año se dejen fuera a una gran cantidad de trabajadores, que son aquellos que precisamente tienen los conocimientos sobre las irregularidades que han tenido los programas desde el inicio. Las dependencias de gobierno prefieren contratar año con año personal que no genere antigüedad ni cuente con ningún tipo de derechos laborales. Personal al que pueda poner a laborar en infinidad de tareas que le convengan. Claudia Sheinbaum presenta la CDMX como la capital cultural de América Latina y pone como ejemplo programas como PILARES, pero estos se sostienen con la precariedad laboral de miles de jóvenes trabajadores.
Indispensable luchar por nuestros derechos
El año pasado, después de un proceso de organización independiente en que el participaron cientos de trabajadores despedidos, se logró reinstalar a cerca de 750 compañerxs. Conseguimos entablar dos diálogos con Martí Batres en donde nos dejó claro que no atendería nuestras demandas pues no consideraba que hubiera un problema con la manera en que se desarrollan los programas.
Quedó demostrado, una vez más, que lo que pudimos conseguir fue producto de la organización y lucha. Los cierres de Av. Insurgentes, los diálogos públicos con Magali Cadena y su equipo, las revisiones de las solicitudes rechazadas y la apertura de nuevos lugares, todo fue producto de la organización independiente. Y si este año queremos lograr algo similar es fundamental organizarnos.
Si ponen de pretexto que no hay sufrientes lugares, que esclarezcan el presupuesto designado para el programa, ¿a dónde se va el supuesto dinero de materiales?, ¿qué pasó con las ministraciones de los compañeros dados de baja?, ¿por qué no se usa ese dinero para abrir más lugares? Sabemos de sobra que hacen falta una gran cantidad de agentes culturales para cubrir la demanda existente.
Desde la Asamblea de trabajadorxs de PILARES nos organizamos por el reconocimiento laboral, derechos laborales plenos, continuidad en el trabajo y contra los despidos. Defendamos no solo nuestro trabajo sino el derecho de nuestras comunidades a la cultura. No permitamos que se siga usando la cultura como botín político para ganar votos.
Repliquemos el proceso del año anterior, nunca nos han regalado nada, luchemos por nuestros derechos y defensamos nuestro derecho al trabajo.
Asiste a la concentración el jueves 19 de enero a las 16:00 hrs. en la SECULT.
Contáctanos vía Facebook o al teléfono 5574525325.