Reproducimos a continuación el Pronunciamiento de la Asamblea de Profesores de la UACM en Lucha en el marco del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer
Miércoles 25 de noviembre de 2020
#ContralaViolenciaMachista
#NoALaCriminalizaciónDeLaLuchaFeminista
#VivasyLibresNosQueremos
#25N
A un año de nuestra lucha en contra de la precarización laboral, un año de lucha para denunciar nuestros despidos injustificados, exigir nuestra basificación y defender el derecho a la educación pública, seguimos gritando fuerte porque la violencia no cede y nosotras, junto a nuestros compañeros y miles de personas, sabemos que es urgente pararla mediante la organización y la movilización.
La violencia es estructural y viene de muchos lugares, de los espacios públicos y privados; se presenta de muchas formas: desapariciones, despojo, represión y, la más extrema, los feminicidios. Las trabajadoras, a todas horas explotadas, padecemos violencia laboral que se manifiesta como los despidos injustificados, la negativa de derechos laborales y la violencia económica que implican los trabajos precarizados, de los cuales el 70% lo realizamos nosotras.
El Estado, sus instituciones, las patronales y las burocracias sindicales nos niegan sistemáticamente la estabilidad laboral, el reconocimiento en nuestro carácter de trabajadoras, nos despiden y nos discriminan. La justicia laboral y las instituciones de derechos humanos han sido omisas ante nuestra condición extremadamente injusta, dejándonos ante la incertidumbre y en la vulnerabilidad durante una pandemia que ha dejado cientos de miles de fallecimientos y más de un millón de contagios, entre los cuales se encuentran miembros de nuestras familias y seres queridos.
La crisis sanitaria ha sido aprovechada por las patronales para avanzar masivamente con despidos injustificados e intensificar esquemas precarizadores, como ocurre con el Estatuto de Personal Académico (EPA) en la UACM, reduciendo los salarios, imponiendo el teletrabajo con las clases en línea, sin importar que éste último extiende y multiplica nuestras jornadas laborales.
En nuestras universidades nada se ha avanzado, aunque haya protocolos contra la violencia de género, en muchos casos son las autoridades quienes los elaboran y los aplican a modo, sin reconocer que la precarización laboral menoscaba la autonomía económica a las mujeres: la violencia económica también es violencia.
Nuestra lucha ha recorrido un camino en el que hemos intentado agotar todas las instancias legales e institucionales. Mientras las autoridades se cruzan de brazos ante nuestra situación, seguimos luchando políticamente en la exigencia de nuestros derechos humanos laborales. Adquirimos la valiosa experiencia, la de soldar la unidad y solidaridad para avanzar en la conquista de aquello que nos es negado: una vida digna.
Por eso nos unimos a la movilización convocada por la Coordinación 8M, al tiempo que nos solidarizamos con el movimiento de mujeres y rechazamos todas las formas de represión por ejercer el derecho a la libre manifestación.
Por esta razón, insistimos en el llamado a todas las mujeres precarizadas, a las profesoras, estudiantes y trabajadoras de nuestras comunidades educativas a unirnos en la lucha contra la precarización.
Ciudad de México, 24 de noviembre de 2020
