Es urgente el aumento de salarios, jubilaciones y planes sociales y que nadie cobre menos que la canasta básica junto a la incorporación de la actualización automática en función de la inflación. Son demandas que deben plantear las organizaciones de trabajadores frente a las nuevas medidas anunciadas por el gobierno de Milei, y el ajuste en curso.
Martes 12 de diciembre de 2023 21:00
Luis "Toto" Caputo anunció esta tarde medidas económicas que son un primer ataque a los sectores trabajadores y populares. Aumentos en tarifas de transporte público y servicios como agua y luz. Devaluación con un dólar oficial a 800 pesos. Despidos a los empleados públicos contratados en el último año. Freno a la obra pública. Éstas entre otras medidas, significan un verdadero plan de guerra que garantiza aumentar los niveles de pobreza, hambre y necesidad de los sectores populares, que ya vienen golpeados por el ajuste del gobierno anterior.
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El gobierno de Milei busca que la crisis que generó el saqueo constante de recursos, el pago de la deuda al FMI lo paguen las y los trabajadores, jóvenes y mujeres. La motosierra no fue contra la supuesta "casta", sino contra el pueblo trabajador, como denunció Myriam Bregman, diputada del Frente de Izquierda Unidad, en sus redes sociales:
Acaban de anunciar una nueva y monstruosa transferencia desde los trabajadores hacia los sectores más concentrados de la economía.
La motosierra es contra el conjunto del pueblo trabajador.— Myriam Bregman (@myriambregman) December 12, 2023
Frente al aumento de precios por la devaluación, y de las tarifas mayor aún a la inflación que golpea los bolsillos, sumado al inicio de despidos en los sectores de la construcción y empleo público, es urgente que las organizaciones sociales, de trabajadores, y de mujeres se pongan al frente de exigir el aumento de urgencia de salarios, jubilaciones y planes sociales, y la pelea contra los despedidos. Si tocan a uno, tocan a todos, porque es un ataque al conjunto de la clase trabajadora, ocupada y desocupada, es necesario que desde las bases construyamos un plan de lucha que una en las calles, y lugares de trabajo, a los y las trabajadores contra el ajuste.
Además, se necesitan medidas de otra clase para combatir la inflación, y medidas de emergencia, que garanticen el nivel de vida del conjunto de las mayorías trabajadoras.
*Aumento salarial de emergencia para recuperar lo perdido para jubilados, ocupados y programas sociales. Es urgente un aumento inmediato de salarios, jubilaciones y planes sociales. Nadie puede ganar menos de lo que cuesta la canasta básica ($345.295 en octubre, según el Indec). La perspectiva de conquistar un salario mínimo como el calculado por ATE Indec ($534.498 en octubre) debe ser planteada por las organizaciones de trabajadores, así como también la actualización automática de salarios, jubilaciones y programas sociales en función de la inflación.
*Prohibición de los despidos, garantizar trabajo para todos, con plenos derechos. Pase a planta permanente a miles de contratados en la Administración Pública que gobierno tras gobierno se mantuvieron en modalidades de contratación precarias, que permiten ahora los despidos vía no-renovación.
* Apoyar cada conflicto y organizar la resistencia: si tocan a uno tocan a todos. Defendamos el derecho a la protesta. Por un gran Encuentro Nacional de sectores en lucha, organizaciones sindicales y piqueteras, combativas y de la izquierda. Hay que imponerle a las centrales sindicales un plan de lucha.
* Plan de obras públicas bajo control de trabajadores y vecinos: las necesidades populares de vivienda, cloacas, agua corriente, servicios de luz y telecomunicación no pueden caer en las grandes empresas constructoras que sólo buscan rentabilidad. De esta forma, trabajadores junto al conjunto de los sectores populares podrían garantizar puestos de trabajo, y al mismo tiempo planificar cuáles son las prioridades y urgencias, al contrario de lo que propone el gobierno de Milei que llevará a aumentar la crisis habitacional, de transporte, e infraestructura.
*Baja y reducción de impuestos a trabajadores monotributistas y pequeños comerciantes: el sistema impositivo es de carácter regresivo: la población trabajadora de menores ingresos, paga más impuestos que los grandes grupos concentrados económicos, que obtienen exención impositiva mientras tienen ganancias exorbitantes. Ante los tarifazos y la inflación, además de la reducción a los impuestos como el monotributo, hay que debatir medidas de emergencia que compensen lo perdido en el ajuste.
*Control de precios por medios de comités de trabajadores y consumidores. La clase trabajadora tiene el potencial de poder garantizar el abastecimiento a precios accesibles para toda la población a través del control obrero de la industria alimenticia.
En el caso de las empresas que no cotizan en la Bolsa, la exigencia del acceso público de los registros contables y de los movimientos bancarios es esencial. Las grandes empresas acuden a miles de trampas para dibujar sus costos y los ingresos reales. Esto abriría el camino para un verdadero control de precios realizado por comités de trabajadores y sectores populares sobre todas las cadenas de productos esenciales, desde la producción, distribución hasta la venta en grandes supermercados. Los trabajadores de las distintas empresas podrán contar con la colaboración de contadores públicos y técnicos para esta tarea. Las empresas que se nieguen a dar toda la información y continúen especulando con los precios y abastecimiento deberán ser nacionalizadas y puestas bajo la gestión de sus trabajadores en colaboración con profesionales de las universidades públicas, como parte de una planificación racional para terminar con el hambre y garantizar una alimentación de calidad.
*Nacionalización de las empresas de servicios públicos. Para cumplir con el Fondo el Gobierno avanzó con la reducción de los subsidios energéticos, haciendo recaer sobre los sectores populares este recorte que se traduce en una suba de tarifas. Su impacto alimenta la dinámica inflacionaria. Con la nacionalización de los servicios públicos, bajo control, administración y gestión de trabajadores y control de los usuarios populares, se podría acceder a tarifas bajas o gratuitas para quienes no pueden pagarlas. Haciendo que los servicios esenciales dejen de ser un negocio.
*Los problemas de la inflación no se pueden enfrentar hasta el final sin tomar medidas que den soluciones de fondo a las contradicciones estructurales de la economía nacional, de atraso y dependencia que se profundiza con el sometimiento al Fondo y pago de la deuda externa. Los grandes empresarios son los que fugan divisas y organizan sus negocios en función de las ganancias que obtienen a nivel internacional. El monopolio estatal del comercio exterior permitiría controlar la entrada y salida de dólares bajo control de los trabajadores, frenando así las maniobras especulativas que hacen las grandes patronales, como la sobrefacturación de importaciones y la subdeclaracion de exportaciones. Junto a la estatización de los puertos que hoy están en manos privadas, y la expropiación de los 4.000 principales.
*A su vez, la nacionalización de los bancos y la creación de una banca estatal única bajo control de sus trabajadores es clave para evitar la fuga masiva de capitales, para proteger a los pequeños y medianos ahorristas y canalizar el ahorro nacional hacia el crédito que permita desarrollar las actividades más urgentes para responder a las necesidades sociales.
La crisis económica y social se profundizó bajo el gobierno de Massa, Cristina y Alberto. Milei dice que "no hay plata" pero la izquierda viene señalando que plata hay: la tienen los grandes bancos y alimenticias, las empresas que aumentaron sus ganancias mientras el pueblo trabajador se empobreció vertiginosamente.
Las medidas anunciadas por Caputo hoy son el inicio de un ataque que continuará los próximos meses, buscan instalar que no queda opción a aceptarlo y agachar la cabeza. Por eso es necesario comenzar a mostrar que hay resistencia, evitando las divisiones que imponen desde arriba las conducciones gremiales y movimientos sociales, uniendo a trabajadores ocupados y desocupados, precarios y formales, y plantear una pelea unificada y organizada desde las bases.
Como dice la declaración Movimiento de Agrupaciones Clasistas: "Las organizaciones sindicales y sociales combativas, los luchadores y la izquierda, tenemos una responsabilidad: rodear de solidaridad cada lucha, impulsar y exigir asambleas en cada gremio, coordinarnos junto a los sectores que serán atacados y ganar para la resistencia a millones de trabajadores, trabajadoras y jóvenes que votaron contra Milei pero sus conducciones les dicen que “se queden en casa” (también a quienes lo votaron esperando un “cambio” para mejor).
Si realmente queremos derrotar el plan de guerra, cada acción de los sectores combativos y la izquierda tienen que tener como objetivo avanzar en la unidad y la coordinación.