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Red Internacional
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Córdoba. ¿Qué “cae” a la salud pública?

La aprobación de la Ley de Bases a nivel nacional, el avance del gobernador de Córdoba, Martín Llaryora en derechos tan elementales como la salud y las situaciones cotidianas que enfrentamos los trabajadores del sector público, nos lleva a reflexionar cómo se encuentra la salud pública en Córdoba y cómo defenderla.

Miércoles 10 de julio de 2024 20:08

Como bien conocemos, en estas semanas, la atención en época estival hace que las instituciones estén repletas. Pero a lo que es “estacional” se suma la situación y el contexto en que trabajamos.

Por ejemplo, una médica con más de 20 años de antigüedad en el Hospital de Niños de Córdoba, salió asombrada del consultorio al recibir una niña de 3 años, y en su preocupación expresaba “desde el 2004 no veo niños que vomitan parásitos”, y no es casual su comentario, porque según investigaciones científicas, existe correlación entre la presencia de enfermedades parasitarias intestinales y la pobreza, o sea, hay más presencia de estos “bichos” a medida que hay más carencias en la población. O lo que expresa una de las residentes del hospital, que manifiesta que “llegan pacientes con quemaduras en la piel o intoxicación con monóxido de carbono, porque la gente incluso nos explica que no les queda otra que prender los braceros para cocinar, porque no pueden afrontar los altos costos de las garrafas de gas”. No son situaciones aisladas, es que mientras Milei avanza en medidas que el FMI le solicita, sube la pobreza y empeora las condiciones de vida: higiene, vivienda, alimentación, entre otras y lo tenemos que afrontar en nuestra atención día a día.

Las medidas de Milei van de la mano con la ganancia capitalista. Observamos cómo día a día atendemos más pacientes: aquellos que poseían obra social o cobertura médica, por los altos costos impagables o porque son despedidos de sus trabajos, vienen al sistema público. Las prepagas, por ejemplo, en el primer cuatrimestre anunciaron incrementos que totalizaron un 145% de aumento frente al 64% de inflación acumulada, entonces, las empresas obtuvieron una ganancia extraordinaria durante los primeros 4 meses del año del 49% mientras la población “cae” a los servicios públicos, por no poder afrontar la especulación y el negociado que las empresas realizan.

También es importante aclarar, que lo hacen con la absoluta confianza que van a ser atendidos de la mejor manera, ya que según una encuesta publicada en Infonegocios, el pasado 07 de julio, la sociedad califica a los hospitales públicos como los mejores de Córdoba, pero deben esperar muchas horas para poder ser atendidos, ya que se cuenta con escasos recursos, personales y materiales. Sumado a lo que se votó en la Ley de Bases, que nos afecta como trabajadores: la suba del monotributo y la precarización laboral, que flexibiliza las contrataciones.

Nuestra provincia no se queda atrás, Llaryora como aliada ya del gobierno nacional, viene construyendo y tomando medidas similares. Tal como mencionó el gobernador en enero de este año, avanzando en salud y educación, realizó reformas que buscan “eficientizar” el gasto público.

En reuniones entre el Ministro de Salud Ricardo Pieckenstainer y los directores de hospitales, se les otorgó a estos últimos la gestión autónoma de los recursos, mediante el “Fondo de Fortalecimiento Hospitalario”. Pero además que es una descentralización, en los hechos también es una desinversión en recursos materiales y personales, ya que el gobierno le termina asignando menos presupuesto y sólo se puede hacer gastos sobre ese margen.

El cordobesismo, cada vez más libertario, también goza de atacarnos a los trabajadores, acusándonos de improductivos y de poseer grandes porcentajes de ausentismos, lo cual es mentira y fue su excusa, para que cada vez atendamos a más pacientes, sin importarles la calidad de atención y que cada vez los centros de salud público contamos con menos especialistas. Esto, lejos también está de beneficiarnos económicamente a los trabajadores ya que nuestros sueldos siguen igual o peor y muchos nos seguimos sosteniendo “gracias” al pluriempleo, por ser monotributistas o porque estamos bajo contratos flexibilizados.

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El deterioro de la atención, se ve tanto en el ámbito provincial como el ámbito municipal (ambos dirigidos por el peronismo cordobés), porque eso sí, “muchos cortes de cinta” con inauguraciones, pero personal y materiales faltan. Una médica de guardia nos expresa que, por ejemplo, en uno de los Hospitales de Pronta Atención que trabaja “no tienen especialistas, no hay pediatras que son tan necesarios en las guardias. Además, trabajas con mucha tensión ya que, por ejemplo, atendemos a personas en situación de calle que necesita internación por una complicación diabética y mientras esperas que otros hospitales te confirme cuando tiene cama libre, el paciente permanece en la guardia esperando por vario días y sin recibir alimentación porque no está ese servicio. En definitiva, muchas fotos de la inauguración, pero pocos recursos para poder atender adecuadamente a las personas”.

En su promesa de campaña, Llaryora afirmó que buscaba mayor “coordinación” entre lo público y lo privado, o sea, que buscará privatizar la salud, como ya están privatizados algunos servicios y le dejará que el negocio de empresas privadas crezca y de los grandes laboratorios. Quienes trabajan en los Centros de Salud de la Provincia, saben bien como cada vez más se ve disminuido la cobertura de medicamentos, beneficiando el negocio de laboratorios, tal como afirma una de las trabajadoras: “nos exigen elegir a quien dar, con lo poco que queda, cuando no venimos recibiendo la medicación necesaria para patologías crónicas como diabetes, hipertensión, tampoco podemos ofrecer todos los métodos anticonceptivos porque no los tenemos. El “no hay plata” se lo toman en serio y día a día las personas consultan si sus medicamentos llegaron, es estresante no poder otorgar su derecho al acceso a la salud, después vamos a tener que atender las consecuencias de no seguir los tratamientos porque no todos pueden comprarlos”.

Tomar estos relatos y denuncias, implica demostrar en qué situación estamos atravesados los trabajadores de salud. Para quienes formamos parte de la Posta de Salud y Cuidado, situarnos en la degradación de las condiciones de vida de las mayorías trabajadores y sectores populares, es pensar que nuestras fuerzas también se deben enfocar en defender la salud pública, como de otros derechos básicos que se relacionan, como la alimentación, la educación, la vivienda y el trabajo. Consideramos que la salud no puede regirse por el desarrollo y enriquecimiento de los grandes empresarios y que los gobiernos cómplices benefician, sino debe desarrollarse como un derecho básico, integral y de calidad, que la población y los propios trabajadores defienden y construyen desde hace años y en todos los contextos. Por eso además, estaremos presente, solidarizándonos ante las luchas que surjan como en estos días están llevando a cabo los trabajadores del Hospital Neuropsiquiátrico de Córdoba, defendiendo el acceso a la salud mental, mientras el gobierno busca cerrar camas y trasladar personal, para ir desmantelando el hospital o incluso apoyando a los compañeros del Hospital Posadas, que afrontan despidos y así como también, solidarizarnos con todos los ataques que los trabajadores y los sectores populares suframos.

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