En esta entrevista, conversamos con Neyen Ramírez, estudiante de la Universidad Alberto Hurtado, sobre una acción de solidaridad realizada en apoyo a Lidia Villalobos, coordinadora del área de música de la universidad, quien fue despedida recientemente. La actividad, organizada por la directora del coro, Bianca Frías, consistió en que los estudiantes cantaran la canción "¿Qué dirá el Santo Padre?" de Violeta Parra, en una intervención pública que buscaba generar un impacto y cuestionar las decisiones tomadas por la institución.
Domingo 6 de octubre de 2024
¿Por qué están realizando esta acción? ¿Qué es lo que están denunciando?
Neyen: Bueno, lo que estamos denunciando es el despido de una funcionaria, Lidia Villalobos, que es la coordinadora del área de música. Ella es súper querida por todos acá en la universidad, y básicamente eso es lo que estamos reclamando. El despido fue legal según contrato de acuerdo con lo indicado por el sindicato, pero el aviso fue irregular. También hay una situación irregular en la universidad en el sentido en que ha habido una cantidad ridícula de despidos a docentes lo cual se ha hecho en respuesta a una fuga de recursos en la universidad.
¿Cómo surgió la idea de realizar esta actividad?
Neyen: La idea empezó con la directora de coro, Bianca Frías. Ella fue la que comenzó a reunir a los estudiantes, y querían hacer un acto que fuera llamativo, algo que impactara y que hiciera que la gente se preguntara "¿qué está pasando?". Por eso elegimos cantar "¿Qué dirá el Santo Padre?" de Violeta Parra, una canción que refleja bien lo que queríamos transmitir.
¿La participación de tus compañeros fue transversal o solo ciertos grupos se sumaron?
Neyen: Participó solo un grupo, principalmente porque no todos pudieron asistir debido a las clases.
¿Cuál crees que debería ser el rol de los estudiantes frente a la crisis de la educación superior privada?
Neyen: Creo que los estudiantes deberíamos participar más en estos temas, porque las universidades, incluida la nuestra, gastan plata en cosas innecesarias. Por ejemplo, están construyendo una nueva sede en Providencia, pero hay muchas necesidades en la sede principal que no están siendo cubiertas. Además de eso hay fugas de recursos súper irregulares, por ejemplo se supo que desaparecieron alrededor de 50 millones de fondos en apenas 3 meses. Los trabajadores y estudiantes tenemos algo que decir sobre esto, y una de las maneras es movilizarnos. Pero pienso que estas movilizaciones deberían realizarse fuera de las estructuras burocráticas, porque todo está demasiado burocratizado. El movimiento estudiantil no puede limitarse a esos marcos. Y se sabe que las autoridades universitarias toman en cuenta en cómo puede reaccionar el estudiantado frente a estos despidos. Por ejemplo, el aviso de despido lo hicieron justo cuando salimos de vacaciones, lo que quiere decir que no querían que los estudiantes se enteraran en el momento.
¿Qué opinas del escándalo de los 17 millones relacionados con Marcela Cubillos, exministra de Educación?
Neyen: Es un tema grave. Se descubrió que Marcela Cubillos ganaba 17 millones de pesos al mes por dar clases en la Universidad San Sebastián, y que en realidad ni siquiera hacía esas clases, a pesar de que supuestamente eran 22 horas semanales. Con ese dinero se podrían cubrir muchas de las necesidades que tienen en esa universidad, la cual es privada como la nuestra, desde temas de infraestructura hasta los salarios de trabajadores. Lo peor es que parte de esos fondos son estatales. Al menos en nuestra universidad, los fondos provienen de donaciones de los jesuitas y de las matrículas que pagamos los estudiantes.
¿Han recibido algún tipo de feedback de otros estudiantes, profesores o autoridades?
Neyen: Principalmente, los profesores nos han mostrado mucho apoyo y están contentos con la intervención que hicimos. Están tristes por la salida de la coordinadora, pero por parte de las autoridades no hemos recibido ninguna respuesta. Han mantenido un completo silencio.
¿Algo más que quieras agregar?
Neyen: Solo recalcar que el movimiento estudiantil tiene mucho que decir en la crisis de la educación privada universitaria. Las movilizaciones deben realizarse fuera de los marcos burocráticos de las federaciones o las mismas universidades. Los estudiantes tenemos un rol importante porque podemos salirnos de esos límites y tomar acciones más creativas y libres, lo que nos permite incidir de manera más rápida y directa.
