La ley ómnibus del gobierno de Milei es un ajuste brutal contra el pueblo trabajador. El arte y la cultura son uno de los focos de mayor recorte.
Jueves 4 de enero 20:11
La ley ómnibus plantea desfinanciar o desmantelar las áreas públicas de la cultura y entregarlas a las "leyes del mercado”. Se propone el cierre del Instituto Nacional del Teatro, del Fondo Nacional de las Artes y de la Escuela Nacional de Experimentación y Realización Cinematográfica (ENERC, dependiente del INCAA).
Al conocerse las nuevas medidas, las y los trabajadores de la cultura, junto con artistas y estudiantes se pronunciaron en contra se fue organizando una respuesta. En estos pocos días, quedó demostrado que hay fuerzas para enfrentar el plan de Milei, se multiplicaron las asambleas en todo el país, los pronunciamientos públicos de organizaciones y referentes de la cultura, se realizaron importantes movilizaciones; desde el FNA al INT, la Asociación de Directores de Coros (Adicora) convocó a cantar un arreglo de “La canción es urgente” en la puerta del Inamu, además de participar de los cacerolazos; la cultura se organiza y repudia el ajuste, contra el DNU de Milei, No a la ley ómnibus.
El Fondo Nacional de las Artes (FNA) es un organismo autárquico de la Administración Pública, descentralizado creado por el decreto Nº 1224/58 del 3 de febrero de 1958 que funciona en el ámbito del Ministerio de Cultura de la Nación. Cuenta con varias líneas de fomento como becas, concursos, préstamos y subsidios, que miles fueron beneficiados, entre muchos otros se encuentran artistas como Antonio Berni, Jorge Luis Borges, Sara Facio, Leonardo Favio, Julio Le Parc, Ricardo Piglia, Alejandra Pizarnik y María Elena Walsh.
La institución cuenta con dos sedes. La sede oficial está en Adolfo Alsina 673, funciona la Biblioteca Arquitecto Mario Podestá, que contiene bibliografía especializada sobre todas las disciplinas artísticas. En el año 1998 el edificio fue renovado con un proyecto del arquitecto. Clorindo Testa, quien fuera director de arquitectura del FNA en ese entonces. La segunda sede, ubicada en Rufino de Elizalde 2831 fue incorporada al patrimonio del FNA en 1992, un edificio construido originalmente para vivienda de la destacada escritora Victoria Ocampo. La misma fue construida en el año 1929, si bien Victoria Ocampo no vivió allí mucho tiempo, en 1931 comenzó a reunirse el grupo redactor y creador de la Revista literaria Sur. Es decir, espacios que influenciaron la cultura local.
En una nota reciente del diario La Nación titulada "Merecer los libros y las artes" indica que: "El decreto no elimina el apoyo al cine, a las artes, a la música, al teatro y a los libros, sino que, ante la quiebra del Estado, los mide con la misma vara que al resto de los trabajadores cuyos ingresos dependen del presupuesto nacional." Estos enunciados, además de ser profundamente meritocrátas, parecen desconocer por completo, (aunque lo nombra por encima en otra parte de la nota), que estos institutos y fondos no se financian con dinero proveniente del presupuesto nacional sino que el sustento de los mismos, proviene de fondos propios que el sistema del arte y la cultura provee.
El FNA, lejos de ser un “gasto” cuenta con financiamiento propio y está habilitado por la Ley Nº 1224/58 para recaudar un gravamen denominado dominio público pagante, que se cobra por las obras una vez vencido el plazo de protección del derecho de autor, también hay ingresos obtenidos por las tasas y multas de la Ley de Propiedad Intelectual Nº 11.723 e intereses de préstamos, aportes extraordinarios y títulos.
Los beneficiados por disciplina del 2020-2023.
Por otro lado, si bien los fomentos muchas veces no alcanzan a llegar a todos lo que lo necesitan, su ausencia no hará más que agudizar la profunda precarización del sector. Al cierre del FNA, se le suma la liberación del precio de los libros, el desfinanciamiento y/o cierre de más de 2000 bibliotecas populares y la pérdida de más de 22000 voluntarios, el desfinanciamiento del INCAA, la transformación del Instituto Nacional de la Música (INAMU), la quita de fondos específicos de la producción cinematográfica y a la música pasando de ser asignados en forma directa a la evaluación del presupuesto nacional, entre otros.
A lo largo y ancho del país se siguen organizando asambleas, hay un plan de lucha de la cultura hacia el paro nacional del 24 de enero. El ataque al FNA no sólo afecta a los beneficiados con becas y subsidios o los ganadores de premios; son cientos de trabajadores y familias que quedan en la calle. El arte y la cultura son patrimonio del conjunto de la sociedad.
Fuente: Fondo Nacional de las Artes. 40 años de democracia y un país unido por la cultura. Informe de gestión 2020 - 2023
Contraimagen
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