Los trabajadores de Amazon de Nueva York, votaron formar su propio sindicato, esto es un triunfo sobre el gigante de la logística. Esto no es algo aislado en Estados Unidos. Una nueva generación comienza a luchar por sus derechos laborales, empezando por poder sindicalizarse. Para hablar sobre esto entrevistamos a Jimena Vergara, del Comité Editorial de Left Voice que integra la Red de Diarios Internacional de La Izquierda Diario.
Isabel Infanta @isabel_infanta
Mirta Pacheco @mirtapacheco1
Jueves 7 de abril de 2022 21:00
Claves Internacionales - YouTube
¿Qué está cambiando en Estados Unidos? Para responder a esta pregunta estamos en comunicación con Jimena Vergara, integrante del comité editorial de Left Voice, el sitio en inglés en Estados Unidos que es parte nuestra red internacional de diarios.
Acabamos de ver un triunfo histórico de los trabajadores de Amazon. ¿A qué se tuvieron que enfrentar para lograr el ALU, Amazon Labor Union, y por qué es tan significativa esta victoria?
JV: Efectivamente, un gran triunfo para toda la clase obrera estadounidense. Todos consideran que fue la batalla de David y Goliat, porque estos trabajadores desafiaron a Jeff Bezos, el gigante de la logística internacional y célebre súper explotador de trabajadores en todo el mundo.
Cómo llegamos aquí. En primer lugar hay que explicar que las condiciones laborales en las que trabajan en Amazon son terribles. Se encuentran entre los más explotados del país, con jornadas extenuantes. En algunas bodegas, por ejemplo, cuando inició la pandemia el salario era de 7 dólares la hora, que está muy por debajo de lo que se considera el salario mínimo de 15 dólares, que es el salario elemental para sobrevivir.
Además, en el último año muchos trabajadores murieron en “accidentes laborales”, en realidad son crímenes industriales, en los almacenes de Amazon. Seis murieron durante un tornado que azotó la región oeste del país en diciembre porque la gerencia no les permitió salir ni les permitió evacuar la bodega en Kentucky. Horas después otro trabajador murió de un un infarto cerebral porque no pudieron salir de la bodega y por el trauma.
El uso de la tecnología por parte de Amazon es también internacionalmente y tristemente célebre, porque es un modelo de utilización de tecnología para monitorear a los trabajadores todo el tiempo. En 2020 por ejemplo Amazon lanzó lo que se conoce como el AWS que es una tecnología de visión por computadora para analizar las imágenes de las cámaras de seguridad en las bodegas y los lugares de trabajo, para detectar cuando los empleados no están cumpliendo con las reglas que siguen las bodegas.
Entonces, se trata de condiciones terribles. Es, como saben, una industria donde los trabajadores tienen que seguir el ritmo de los robots, sobre todo en Staten Island, que es el almacén que se acaba de sindicalizar. Como quedó evidenciado en la pandemia, los robots no desplazaron a los trabajadores sino que los trabajadores tuvieron que sufrir jornadas más extensas, que son las que les imponen la tecnologización y la automatización en las bodegas.
Entonces, estas son condiciones muy duras y esto sin beneficios laborales y sin sindicato.
¿Por qué fue novedosa la formación de este sindicato?
JV: La repentina victoria sindical en Staten Island, está desafiando las convencionales campañas por sindicatos que se dan tradicionalmente en Estados Unidos. Esas campañas se basan en grandes sindicatos, muchos vinculados al Partido Demócrata, y el proceso trata de años y años de negociaciones, de reuniones individuales, donde todo avanza a paso de tortuga. Ahora, con este nuevo activismo que surge en la bodega de Staten Island, y otras más, este nuevo sindicato se presenta de una manera inédita.
Por ejemplo, se presentaron ante el Departamento de Trabajo (National Labor Relations Board, NLRB) con sólo el 30 por ciento de las firmas de trabajadores de esa bodega diciendo que apoyaría la eventual formación de un sindicato y eso es algo que nunca se hace tradicionalmente. Eso fue el año pasado, y todo el mundo pensó que estaban muy mal en la relación de fuerzas dentro de la fábrica, pero estos activistas se empezaron a organizar clandestinamente, impulsando una gran confraternización interracial, que fue muy clave porque en Staten Islan hay trabajadores inmigrantes de África, de Centroamérica, de Medio Oriente.
Entonces, primero empezaron a fomentar muchísimo la unidad interracial, también crearon redes dentro de la bodega. Lo que han dicho los organizadores es que para algunas de las tácticas que emplearon se inspiraron en las del movimiento obrero de los años treinta, en las huelgas acereras por ejemplo, y también utilizaron una práctica más combativa.
Por ejemplo, en estas ocasiones lo que hace la patronal es citar a los trabajadores y, con sus abogados expertos, que ganan millones, buscan convencerlos de por qué los sindicatos no sirven. Bueno, estos activistas irrumpían en estas reuniones organizadas por la patronal para denunciar cómo estas prácticas antisindicales eran para amedrentarlos y para que no se organicen.
Así conquistan este gran triunfo los trabajadores de Amazon del almacén JFK8 de Staten Island, que es una bodega que tiene 8.000 trabajadores en Nueva York. Así conquistaron el Amazon Labor Union (ALU).
Para que tengan una idea de lo que tuvieron que enfrentar, piensen que Amazon paga 4 millones de dólares al año sólo en lo que aquí se conoce como Union Busting, que son estas campañas antisindicales que ejecutan estos despachos de abogados contra cualquier intento de sindicalización.
Más en general, hay encuestas que hablan de un cambio de conciencia sobre todo en la juventud sobre la necesidad de formar sindicatos y defender sus derechos. Estados Unidos es un país que tiene un bajísimo nivel de sindicalización, cerca de un 6% en lo que es el empleo privado, ¿Qué es lo que está cambiando?
JV: Efectivamente, el año pasado Gallup publicó esta encuesta muy interesante donde decía que el 65% de la población estadounidense apoya la sindicalización. ¿Por qué es tan llamativo? Porque Estados Unidos fue, junto con Chile, uno de los grandes laboratorios de la ofensiva neoliberal y esto trajo consigo una ofensiva terrible contra las organizaciones obreras y las condiciones laborales de la clase obrera, pero también una ofensiva ideológica donde los capitalistas lograron presentar a los sindicatos como instituciones caducas que abusaban de los trabajadores, que no servían, etcétera.
Entonces, evidentemente hay un cambio copernicano en la ideología y eso caló hondo en el imaginario y en la ideología de los trabajadores y de las masas, y esto evidencia un cambio además que se da también producto de que hay mucho hartazgo con las condiciones de precarización impuestas durante la ofensiva neoliberal.
Como decías el nivel de sindicalización en EEUU es bajísimo, 6% el sector privado. Entonces los trabajadores están básicamente expuestos a la avaricia patronal, a estas formas de explotación bien obscenas, que en la pandemia quedaron muy al descubierto. Condiciones que impuso el neoliberalismo que implica contratos de dos o tres meses, salarios miserables, horas de trabajo extenuantes, para cumplir con lo demandante que es la industria logística en este caso, pero en general se trata de una gran precarización de las condiciones de vida de la clase obrera estadounidense, que se exacerban durante la pandemia y que genera este hartazgo en sectores de la clase obrera que ya no están dispuestos a vivir en estas circunstancias.
Además hay una cosa importante. La pandemia demostró que los trabajadores esenciales son los que se encargan de mover y de aceitar toda la economía, de distribuir las mercancías. Y eso también quedó develado incluso contra esta idea de que los robots iban a desplazar a los obreros. En amazon quedó este constatado con la cantidad de trabajo humano que se requirió para que Jeff Bezos casi triplicará su fortuna y la corporación ganara millones durante la pandemia.
También es un síntoma que no solo se da en Amazon, que es un sector muy sensible porque es el sector de logística, muy explotado. Es un síntoma que se está viendo desde el 2017 y 2018 con la gran “primavera docente”, protagonizada por los maestros hartos de las situaciones generadas por el neoliberalismo, y también otras luchas, pero donde el centro es que muchas de ellas están protagonizadas por trabajadores precarios que quieren un sindicato.
Son ya cientos de restaurantes y cafeterías con intentos de sindicalización en todo el país y el ejemplo mas rutilante es la exitosa campaña de sindicalización de Starbucks también a nivel nacional que esta impactando internacionalmente. Los activistas de Starbucks están siendo despedidos de varias cafeterías por intentar sindicalizarse ya que han conseguido sindicatos en ciudades como Buffalo, Nueva York, Boston, Arizona, Florida y otras ciudades y estados.
Esto es lo que se conoce como la “Generación U”, que es la generación de jóvenes trabajadores que se niega a acatar las reglas que el neoliberalismo le impuso. Ya habíamos visto antes de la lucha por el sindicato en Staten Island, que desde fines del año pasado se dio un fenómeno llamado the great resignation, que significa “la gran renuncia” donde por lo menos 8 millones de trabajadores en Estados Unidos renunciaron a sus trabajos por tratarse de empleos basura y por estar hartos de las condiciones laborales.
Y esa es esta misma generación, una generación que ya no quiere acatar esas condiciones de trabajo, que está profundamente endeudada porque en muchos casos tuvo que pagar sus estudios universitarios, y entonces tiene poco que perder, y es una generación muy politizada que está desafiando el status quo y que espera que los sindicatos sean una herramienta democrática para defender sus intereses frente a los patrones.
Vos nombraste el tema de la confraternización interracial. Estados Unidos viene de otro fenómeno de lucha, con un alto componente juvenil, que fue muy importante como es el Black Lives Matter (BLM), que puso un poco sobre la mesa del tema del racismo institucional y que incluso se extendió hacia otros países. ¿Hay puntos de contacto entre esos jóvenes del BLM y la “Generación U”
JV: Efectivamente, porque esta generación que experimentó y participó en el movimiento Black Lives Matter, son muchos de los activistas que trabajan por ejemplo en Amazon. Entraron con la vocación de organizar a los trabajadores, de confraternizar, y de organizarse por un sindicato. Y obviamente estos activistas tienen esta conciencia de que están luchando contra el capitalismo y que el capitalismo es un sistema profundamente racista, por lo que ambas luchas van juntas.
Esta es una relación que ya se había establecido embrionariamente en la planta de Amazon en Bessemer, Alabama, donde también los activistas de BLM jugaron un rol de organizadores de la fábrica. Entonces, ahí hay una conexión enorme.
Además, hay que tomar en cuenta que la plantilla de Amazon en Staten Island es mayoritariamente negra y latina, entonces esta campaña fue dirigida, como se puede ver en las entrevistas en la prensa, por jóvenes negros y latinos que están a la cabeza de este proceso de sindicalización.
Muchos analistas hablan del impacto que pueda tener esta victoria histórica. ¿Cómo lo ves vos?
JV: Creo que sí. Primero internacionalmente. Es el Amazon de Jeff Bezos y es una corporación de las más odiadas por lo que decía antes, que se profundizó durante la pandemia y que generó también un odio a los superricos, entonces tiene ese simbolismo no solo en EEUU sino internacionalmente.
Pero además hay tres cosas importantes: una es que es un sector sensible de la reproducción capitalista como es la logística. En segundo lugar, tiene muchos inmigrantes jóvenes como los protagonistas, que son de primera o segunda generación y tienen vínculos con el mundo semicolonial al que oprime EEUU, entonces hay una conexión ahí porque el trabajo inmigrante en este tipo de industria es muy grande. Y después está el impacto internacional que pueda tener, en el sentido del ejemplo a seguir por trabajadores en todo el mundo en Amazon. Como ustedes saben en esta empresa ya ha habido intentos de sindicalización en otros países o luchas exitosas por sindicalización.
Entonces, el hecho de que se dé en EEUU y en Nueva York, en el corazón del imperialismo norteamericano derrotando a un gigante, yo creo que definitivamente va a inspirar a los jóvenes precarios en todo en América Latina, en Europa, que trabajan exactamente en las mismas condiciones. Una generación de jóvenes que no tienen nada que perder, que no le debe nada al capitalismo. Entonces esto puede definitivamente incendiar una ola expansiva, como por ejemplo ya vimos que tuvo Black Lives Matter a nivel internacional.