Cuatro propuestas para continuar la lucha para que se vaya Piñera y los militares e impongamos una salida favorable al pueblo trabajador.
Viernes 25 de octubre de 2019 13:24
El miércoles fuimos más de un millón quienes nos movilizamos en todo el país tras la convocatoria a “huelga general”. Estudiantes, jóvenes y trabajadores mostramos que hay fuerzas para ganar, con amplio apoyo popular. El día de ayer, decenas de miles nos volvimos a movilizar en todo el país y hoy se convocan nuevas marchas.
Piñera mientras mantiene el estado de emergencia, con los militares en las calles en 11 regiones del país y los toques de queda, busca engañarnos con una “agenda social” de migajas para salvar a su gobierno, mientras mantiene las herencias de la dictadura. Su autoritarismo ha dejado un saldo oficial de 18 muertos, más de 2.500 detenidos, cientos de heridos, y cientos de denuncias de golpizas y decenas de torturas. Habla de “diálogo” y “agenda social” mientras carga con los muertos del pueblo y sus manos manchadas con sangre. El Fuera Piñera es un sentimiento masivo y su Gobierno es ampliamente repudiado.
Sin embargo, no está solo, ha tenido el miserable apoyo de los partidos de la vieja Concertación (partidos de centro y centroizquierda que cogobernaron desde el fin de la dictadura), que han legitimado sus toques de queda y su apoyo en los militares con un acuerdo de “gobernabilidad” para que sesione el parlamento y discuta leyes sociales (para aparecer falsamente como “amigos del pueblo”) mientras no se cuestiona la más abierta violación a las libertades democráticas desde la dictadura.
Sin embargo, no nos han sacado de las calles y la gran mayoría quiere que se vaya Piñera. Estas enormes fuerzas pueden ponerlo sobre las cuerdas y hacerlo caer, si tenemos una estrategia que nos permita avanzar a ello.
Hay dos caminos: o avanzamos, como proponemos desde La Izquierda Diario Chile y el Partido de Trabajadores Revolucionarios (PTR), a una verdadera huelga general activa y de lucha, con movilizaciones hacia los centros del poder político como La Moneda hasta que caiga Piñera y se vayan los militares e impongamos una salida favorable a los trabajadores y el pueblo; o Piñera y los partidos del régimen, apoyados por los grandes empresarios y las transnacionales nos sacan de las calles mediante trampas y concesiones mínimas, junto a militares, para salvar al gobierno y a este viejo régimen.
Lamentablemente este segundo camino es el que ha seguido el Partido Comunista (PC) y el Frente Amplio (FA), que han pedido el “diálogo” con el gobierno mientras éste mantiene a los militares, en vez de impulsar activamente con huelga y en las calles el “Fuera Piñera”, habiendo fuerza para echarlo a él y a los militares. Camila Vallejo (PC) dijo que esto “no es contra Piñera” y Javiera Parada (RD, una de las organizaciones del FA) se reunió con él junto al bacheletismo!
Mientras sus parlamentarios y dirigentes están lejos de las calles y movilizaciones, celebran con la ex Concertación el avance de medidas como la aprobación de la jornada laboral de 40 horas, que si bien son importantes y populares, sesionan en medio de represión en las calles y toques de queda. Ningún demócrata consecuente puede sumarse a este juego y trampas de los viejos partidos. Menos aún la “unidad” con una “oposición” que ha negociado reformas mínimas con Piñera, pero que en ningún modo está dispuesta a terminar con las herencias de la dictadura. ¿Alguien cree que será el Senado acaso que terminará con las AFP (jubilación privada), que pondrá fin a los salarios de hambre, que otorgará salud pública y gratuita poniendo fin a ese miserable negocio, transportes a precio costo con el fin de la usura empresaria? ¿Alguien confía que será el Congreso que echará a Piñera y sus ministros? ¿Alguien confía que en los palacios y las “cocinas” podremos poner fin al régimen y herencias de la dictadura? ¿Qué en esa cueva con mayoría de derecha y ex Concertación, políticos millonarios al servicio de los ricos, saldrá un camino favorable al pueblo trabajador?
En este momento, el camino del diálogo con Piñera y de la confianza en el parlamento es el camino para que nos saquen de las calles y salvar a este gobierno y a este régimen cuestionado. Nuestro camino es otro. Aquí, 4 propuestas para llevarlo adelante y para continuar la lucha.
1.- ¡Fuera Piñera! Vamos por la Huelga General hasta que caiga el gobierno y el estado de emergencia.
Las grandes mayorías queremos que se vaya Piñera. El momento es ahora. ¿Cómo lo echamos? Tenemos que pelear por una huelga general activa y con continuidad, con plan de lucha y movilizaciones masivas al centro del poder político como La Moneda hasta que se vaya Piñera y los militares. Es perfectamente posible con la paralización total del país y la movilización. La CUT y demás organizaciones de la “mesa social” no han convocado a la continuidad de la huelga general y debemos exigirlo. Los sindicatos mineros, portuarios, forestales, salmoneros, docentes, públicos y del comercio podemos ser una gran fuerza de paralizar el país y movilizarnos junto a los jóvenes y pobladores. Con esta fuerza debemos echarlo y poner fin al estado de emergencia con la fuerza de la lucha de clases.
2.- Impulsemos asambleas, cordones, comités o coordinadoras de trabajadores, estudiantes y vecinos.
Somos millones que nos hemos movilizado y hay fuerzas para ganar realmente. Sin embargo, si queremos que no nos engañen con las trampas del diálogo y la negociación de este, debemos organizar y coordinarnos ampliamente en lugares de trabajo y estudio, con asambleas y coordinadoras. Esto implica una lucha por la auto-organización para que surjan formas democráticas de organización y de lucha, que las direcciones burocráticas no pretenden realizar. Diversas muestras se inician, los “comités de primeros auxilios”, el comité de emergencia y resguardo en Antofagasta, el cordón centro en Santiago, o la mesa de unidad en Valparaíso, que continuó la huelga esta semana, las asambleas de unidad de trabajadores de la salud de diversos hospitales de zona sur en el Barros Luco, junto a pobladores del sector. Debemos organizar democráticamente a los sectores en lucha y exigir la huelga general con movilización hasta que se vaya Piñera y los militares.
3.- Rechacemos las mesas de diálogo y negociación con este gobierno asesino. Ninguna confianza en el parlamento.
No negociamos sobre nuestros muertos. Sabemos que sus medidas son migajas para engañarnos. El “Fuera Piñera” debe ser central rechazando cualquier diálogo con este gobierno. Es lamentable la política del PC y del FA así como de las burocracias de la CUT y otros organismos, que se niegan a la continuidad de una huelga general con movilización a La Moneda hasta que se vaya Piñera, que tendría amplia simpatía popular. En el congreso, los partidos de la ex Concertación juegan un rol miserable con sus “acuerdos de gobernabilidad”. Además, el 80% del parlamento está dominado por políticos millonarios de la derecha y la vieja Concertación, al servicio de la clase empresarial y las transnacionales, que nos buscarán engañar con trampas que mantendrán el viejo régimen y las herencias de la dictadura. El parlamento no expresa la soberanía popular que hoy quiere poner fin a los 30 años de profundización de la herencia de dictadura.
4.- Con la fuerza de las calles, impongamos una Asamblea Constituyente Libre y Soberana, sobre la caída del gobierno y del régimen.
No habrá una salida favorable a nuestras aspiraciones ni en el diálogo con el gobierno ni en las “cocinas” del parlamento. Por eso, echando al gobierno y a los militares, debemos imponer una Asamblea Constituyente libre y soberana sobre las ruinas del régimen, es decir, que no tenga restricción ni limitación de ningún tipo y sobre la base de la liquidación de la actual Constitución y los poderes actuales como el parlamento.
La democracia y soberanía hoy está en las calles, no en el repudiado gobierno ni menos en el rechazado Congreso. Proponemos esta salida democrática de la Asamblea Constituyente con 1 delegado cada 20.000 electores, revocables por ellos y que ganen como un trabajador calificado, que discuta y vote inmediatamente un programa de emergencia de salarios y pensiones acorde a la canasta básica, viviendas dignas, transporte público y a precio costo, educación y salud gratuita y pública, y poner fin al saqueo de nuestros recursos naturales y estratégicos como el cobre para que estén al servicio del pueblo trabajador y no de sus ganancias.
De realizarse estas medidas que seguro contarán con la gran simpatía popular, los grandes empresarios buscarán resistirlas, y si tenemos masivas coordinadoras y comités serán fundamentales para enfrentar la defensa de los intereses y privilegios de los poderes reales, y en ese proceso, pueden transformarse en la base para luchar por un gobierno de trabajadores en ruptura con el capitalismo que realice íntegra y efectivamente nuestras aspiraciones sociales y democráticas.