Recientemente la Cepal anuncio que producto de la crisis cerrarán cientos de miles de empresas en México.
Joss Espinosa @Joss_font
Viernes 3 de julio de 2020
Recientemente, Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) anunció que tan sólo en México se pronostica el cierre de 500 mil empresas. Pero estos cierres de empresas no solo representan cifras abstractas, sino que implican que millones de trabajadores que laboran allí y sus familias, quedarán en las calles.
Éstas representan casi la quinta parte de las empresas que cerrarán en toda la región. Se estima que en general, el cierre se dará en 2.7 millones de empresas, de las cuales 2.6 millones son consideradas como "microempresas", estas representarían el despido de 8.5 millones de trabajadores formales.
Ante esta terrible situación, la Cepal le recomienda a México analizar brindar apoyos fiscales a a “sectores estratégicos y de calidad”.
El sector más afectado es el comercio al por menor con 2,214 negocios, seguido del turismo e industrias manufactureras, con el cierre de 699 y 604 respectivamente.
Entre las recomendaciones de la Cepal se encuentra la cancelación o postergación del cobro de impuestos a las empresas. Y recomienda a las llamadas Pequeñas y Medianas Empresas (PyMEs), que utilicen los recursos para reinvertir y reactivarse, es decir, esperar a que la crisis mejore.
“Este paquete puede representar el 0.4% del PIB”
Cepal
Aunque Alicia Bárcena dijo que estaban bien las medidas de apoyo para los "pequeños empresarios" y trabajadores independientes, abogó por aumentar el apoyo a las grandes empresas.
Precarización y despidos
Las grandes empresas representan el 39 % de los empleos, conforman el 90 % de las exportaciones en América Latina.
En México el año pasado se reportaba que el 72 % del empleo lo concentraban las empresas que son consideradas como "PyMes". Hasta ahora, según la información oficial, la mayoría de los despidos fueron perpetrados por las grandes empresas.
Mientras durante años se impulsó el discurso del “emprendedor”, según las cifras antes vertidas, ahora serían las empresas integrantes de ese sector (las PyMes) las afectadas, y por ende quienes llevarán adelante nuevos despidos, haciendo que los efectos de la crisis recaigan sobre sus trabajadores.
Hay que decir también que el desarrollo de las PyMES estuvo vinculado a una mayor fragmentación y precarización de la clase trabajadora, pues muchas están al servicio de las grandes empresas, lo que representa un beneficio para las patronales de las mismas, ya que disminuyen la responsabilidad con los trabajadores. Las PyMES se aprovecharon de la reforma laboral y los bajos salarios, y obtuvieron una tajada de la mayor explotación de sus trabajadores, aunque la mayor parte, evidentemente, se la llevaron las grandes empresas.
En ese contexto, a nivel internacional las grandes empresas presionan para tener mayor inversión y rescates ante sus “pérdidas”, ¿pero esto es realmente así? Lo que sabemos es que bajo la excusa de la crisis económica y sanitaria, quienes aplicaron los mayores despidos y recortes dejando a familias en la calle fueron las grandes empresas. Pero esto contrasta con sus fortunas.
De forma particular, en México, tenemos a multimillonarios que fueron los que aplicaron las medidas más crudas contra los trabajadores, y que contradictoriamente piden mayores apoyos del gobierno. Esto se mira absurdo si lo vemos comparado con sus riquezas, por ejemplo Carlos Slim concentra una fortuna de 52,100 millones de dólares, Ricardo Salinas 11,700 millones de dólares y German Larrea 11,000 millones de dólares. ¿Verdaderamente necesitan un rescate?
¿Quiénes pierden en la crisis?
Ante el panorama para la clase trabajadora que pronostica mayores despidos y recortes, es momento de cambiar las prioridades.
Mientras los empresarios resguardan de manera obscena sus ganancias, dejan en la calle a miles o los exponen al contagio. Pero esta pandemia mostró como nunca la importancia de las vidas trabajadoras, pues es producto de su trabajo que esas fortunas se han creado.
Se mostró de forma clara que las vidas de las y los trabajadores son esenciales, y no así la clase empresarial. La pandemia abre una carrera contra el tiempo, en la que la clase trabajadora tiene que apostar a anteponer sus intereses, que son los intereses de las grandes mayorías, a los de los empresarios.
Y de la mano de esto, el conjunto de trabajadores está pagando con despidos y recortes, o con sus vidas esta crisis.
Por una salida en favor de los trabajadores
La única salida para los trabajadores es cuestionar las grandes fortunas, como mencionamos acá, los impuestos progresivos a las grandes fortunas, podrían permitir financiar sectores que sí son esenciales como el sector salud, o para pagar licencias de cuarentena con los sueldos al 100 %. Que los ricos paguen la crisis que provocaron por su avaricia, que las fortunas creadas con el sudor y la vida de miles se pongan en función de las necesidades de las grandes mayorías.
Que toda empresa que cierre o despida masivamente, o se niegue a las medidas antes mencionadas, sea expropiada sin indemnización, y puesta a trabajar bajo control obrero. Y de ser necesario, que la misma reconvierta su industria para producir los insumos que se necesitan en medio de la crisis sanitaria.
Para que ésta, y otras medidas en favor de las grandes mayorías, puedan ser reales, es necesario acuñar una perspectiva anticapitalista que cuestione las ganancias de los grandes capitalistas, los que hoy no quieren soltar ni un peso para la crisis, y que viven a costa de la vida de millones de trabajadores.
En este camino, es necesaria la unidad de las y los trabajadores, entre sindicalizados y precarios, nativos y extranjeros, contratados y subcontratados, la fuerza que tiene la unidad de las filas obreras puede imponer esto a los grandes empresarios.
En esta perspectiva, hacemos una exigencia clara a que las centrales sindicales que se reclaman democráticas encabecen este enfrentamiento a los despidos y recortes, y que convoquen a sus agremiados a solidarizarse con los sectores más desprotegidos que trabajan sin contrato, y en condiciones ultra precarias.
Como un paso importante en esta perspectiva es que, desde el MTS y las agrupaciones clasistas que impulsamos, y junto a otras organizaciones obreras y de izquierda impulsamos el Movimiento contra la Precarización y los despidos, para construir una alternativa en favor de las y los trabajadores, y para que la crisis no la paguemos los de abajo.
La pandemia mostró que las y los trabajadores mueven el mundo entero, y esa cualidad, les da el potencial transformador que puede construir una sociedad sin explotación ni opresión.