Hoy en día existen diversas problemáticas ligadas educación, denunciadas tanto por docentes, apoderados y estudiantes, tales como falta de personal, mala infraestructura, escasez de recursos, violencia, entre otras, que han gatillado incluso movilizaciones, y sin embargo la dirección nacional del Colegio de Profesores se ha mantenido impasible en mesas de diálogo eternas sin soluciones concretas ¿No será hora de cambiar de estrategia?
Jueves 12 de mayo de 2022
Para nadie es un secreto que luego de 2 años de pandemia, la educación es uno de los sectores que más sufrió sus embates, con un alza dramática del ausentismo y la deserción escolar, y una baja generalizada de los aprendizajes generadas principalmente por la falta de acceso a tecnologías cuando se decretó la modalidad telemática, siendo el principal responsables el propio Estado, que encabezado por Piñera y Figueroa prefirieron gastar recursos en campañas de vuelta a clases en pleno contagio generalizado, que en garantizar el debido acceso a tecnología y conectividad a los estudiantes, convirtiendo a la Educación en un privilegio donde accedieron sólo aquellos que tuvieran los medios.
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Sin embargo esta problemática, lejos de ser solucionada por el gobierno actual, se ha profundizado, en primer lugar porque las infraestructuras, abandonadas durante 2 años, fueron reabiertas muchas veces sin ninguna mantención, y en segundo lugar porque a pesar de aparecer problemáticas que son consecuencia de la pandemia, como el cuidado sanitario y la salud mental, que se suman a las ya conocidas, se sigue funcionando con un presupuesto como si no hubiera existido pandemia, que si ya era escaso, hoy es derechamente insuficiente, lo que además se agrava con falta de personal que termina en sobrecarga laboral y agobio para los trabajadores de la educación y falta de atención oportuna para los estudiantes. Y de la mano con esto, se mantiene la implementación, completamente fracasada de los Servicios Locales de la Educación, vendidos como desmunicipalización de la educación por el segundo gobierno de Bachelet, con un saldo de problemas salariales y previsionales y que hoy el gobierno de Boric sigue ejecutando sin garantizar soluciones.
En este escenario, se vienen sucediendo varias movilizaciones, de estudiantes y también de trabajadores de la educación en diversos puntos del país que muestran que es una problemática generalizada y que por lo tanto, requiere acciones y soluciones a nivel nacional.
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Recientemente los colegas de Antofagasta vuelven de una movilización que duró cerca de un mes, con más de la mitad de los establecimientos movilizados, exigiendo mayores recursos para garantizar una educación de calidad y en unidad con estudiantes y apoderados, mientras que en Valparaíso se suman otras movilizaciones por las mismas demandas y también en contra de la instauración del Servicio Local de Educación, al tiempo que en Santiago, si bien existen ejemplos de lucha como la movilización de los colegas de San Miguel por problemas salariales, sobrecarga laboral y contratación de profesionales de la salud mental, son los estudiantes secundarios principalmente los que denuncian las falencias e incluso exigen el aumento de la dotación docente como es el ejemplo del Instituto Nacional.
Un Colegio de Profesores que funciona como un departamento del Mineduc
La dirección del Colegio de Profesores por su parte, no ha estado a la altura de la situación e incluso ha tenido un rol de lastre bajando el perfil de estas luchas, manteniéndolas como problemas locales en vez de visibilizar las problemáticas, con todas las posibilidades a su alcance al ser una de las pocas organizaciones de trabajadores de alcance nacional, y negándose a organizar cualquier movilización mientras insiste en dialogar y darse apretones de manos con los funcionarios del Mineduc sin que hasta ahora haya soluciones.
Es gráfico su rol, en Santiago mantienen un silencio ensordecedor ante la represión a los estudiantes huyendo de cualquier actitud de solidaridad y unidad, están totalmente ausentes de la lucha en Valparaíso como si de una cuarentena se tratase, y en Antofagasta no sólo el presidente del comunal del Colegio de Profesores, Miguel Rivas, renuncia dejando abandonados a los colegas, sino que el presidente nacional Carlos Díaz Marchant no fue capaz de gestionar apoyo alguno, pero en cambio rápidamente se reunió con la alcaldía sin resultados concretos, una acción tan estéril como un saludo a la bandera. Y que hoy ese mismo alcalde ataca a los colegas, buscando el desafuero sindical de la dirigente del Sindicato de Trabajadores de la Educación como primera represalia contra los movilizados y la solidaridad del Directorio Nacional brilla tanto por su ausencia que enceguece ¿Por qué tanta evasión a movilizar? ¿Por qué tanto cuidado en no hacerle olitas al gobierno? ¿Dónde quedó el discurso de autonomía e independencia del gobierno que tanto repitió Carlos Díaz que hoy parece más un funcionario del Mineduc?
Por un plan de lucha para terminar con la falta de recursos y el agobio.
Al contrario de un Colegio de Profesores en cuarentena como el que tenemos hoy, necesitamos más que nunca exigirle a los dirigentes, que se encuentran cómodamente como espectadores de una vuelta a clases que se desmorona, organizar asambleas de base en todo el país, desplazando a todos aquellos que se nieguen con delegados mandatados y revocables en cualquier momento retomando el espíritu de la Rebelión de las Bases, y convocar una asamblea nacional que permita preparar un plan de lucha que parta por un paro nacional educativo de los trabajadores de la educación en unidad con los apoderados y los estudiantes movilizados, porque son los propios actores de la educación y las comunidades educativas quienes sufren las consecuencias de esta crisis.
Un plan de lucha que le exija al gobierno de Boric que rompa de una vez con el presupuesto amarrado por Piñera al mismo tiempo que instaure un impuesto a las grandes fortunas que permita disponer de mayores recursos para hacer las debidas reparaciones y mantención de las infraestructuras abandonadas en pandemia, que permita aumentar la dotación docente y así bajar el nivel de sobrecarga laboral y agobio de nuestros colegas a la vez que personalizar y especializar la atención de nuestros estudiantes, con especial énfasis en contratar más profesionales de la salud mental por el dramático aumento de estos problemas entre estudiantes y trabajadores, así como de todo tipo de trabajadores que sean necesarios para sacar a flote a las escuelas, un plan de emergencia urgente para enfrentar un sistema educativo en crisis y que se cae a pedazos.
Un plan de lucha que sirva para frenar la instauración de los nefastos SLEP, la falsa demunicipalización de Bachelet que hoy retoma el gobierno de Boric, que colocan un nuevo intermediario en la gestión educativa pero no acaban con la lógica de la competencia por financiamiento propia de la educación de mercado, y que se implemente en su lugar el financiamiento directo del Estado a los establecimientos públicos, sin más subvenciones a privados, y que estos recursos sean administrados democráticamente por trabajadores de la educación, apoderados y estudiantes, que son los que mejor saben lo que hace falta para avanzar a un sistema educativo al servicio de las necesidades del pueblo trabajador y que garantice la educación de calidad como un derecho efectivo.
Si estás de acuerdo con la urgencia de estas necesidades, te invitamos a contactarte con nosotros para organizar en común esta perspectiva y luchar juntos para darle una respuesta a la crisis educativa en curso, a nuestro Instagram o Facebook