Leopoldo López llegó este domingo a Madrid, luego de abandonar Venezuela a través de Colombia. Se desconoce cómo eludió los controles tras salir de la embajada del Estado Español donde se encontraba refugiado luego del fallido intento de golpe de Estado el 30/04/2019. No se descarta incluso que la salida podría haber sido negociada.
Martes 27 de octubre de 2020 00:25
La salida se dio el viernes pasado pero trascendió el sábado por la mañana, y en un plazo aproximado de 48 horas ya se encontraba en Madrid, lo que deja ver el nivel de organización y coordinación de la salida de Leopoldo López, lo que daría a indicar que lejos estaría organizada por los propios medios de su partido Voluntad Popular, y los involucrados se extiende a otras esferas. Más aun tomando en cuenta los controles que se han aumentado por la pandemia.
La situación aún no es clara de las distintas complicidades que podrían estar inmersas que irían desde un abanico de autoridades colombianas, españolas a las de Estados Unidos, incluso algún sector del servicio de inteligencia de Venezuela, todo esto, siempre y cuando no haya sido producto de la alguna negociación con el propio gobierno venezolano visando que dentro de poco se estarán realizando elecciones parlamentarias en el país.
El Gobierno del Estado español de Pedro Sánchez, confirmó que López se encontraba ya en Madrid después de abandonar, de acuerdo a su declaración oficial, la residencia del embajador español en Caracas por una decisión "personal y voluntaria". Su llegada a Madrid no fue por la puerta habitual de pasajeros del aeropuerto, pese a que llegó en un vuelo comercial, ni se reveló si había llegado vía Bogotá o Miami ni cuáles habrían sido las escalas del viaje.
Leopoldo López había sido arrestado en 2014 y sentenciado a 14 años de cárcel, durante marchas en clave destituyente del sector más “duro” de la derecha cuya consigna central era “calle hasta que caiga” a menos de dos años de haber asumido Maduro, en momentos en que Leopoldo López, Antonio Ledezma y María Corina Machado venían actuando coordinadamente. Tres años y medio estuvo en la prisión de Ramo Verde, y luego 21 meses en su residencia, bajo arresto domiciliario, vía acuerdo y negociaciones en el que estuvo involucrado el ex presidente español Rodríguez Zapatero (una noticia que fue dada a conocer primero desde el Estado Español, a través de un twitter de Mario Rajoy, y no por el Gobierno de Maduro). Fue desde el allí, y tras el fallido golpe de Estado del 30 de abril, momento en que fue liberado con la ayuda del jefe del Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin), Christopher Figuera, que participara de la asonada, pero al no poder concretarse el golpe se refugia en la embajada del Estado Español luego de pasar primero por la embajada chilena.
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En un comunicado emitido casi 36 horas después, el Gobierno de Maduro resaltó la complicidad del personal diplomático del Estado Español en Caracas, sobre todo del embajador Jesús Silva. Es de recordar que el propio Silva había sido expulsado el 25 de enero de 2018, “como consecuencia de reiteradas intromisiones en asuntos internos”, de acuerdo a la versión oficial, pero luego se acordó con las autoridades españolas su regreso en abril de ese mismo año. Pero la salida de Jesús Silva ya estaba anunciada hace unas semanas atrás. El gobierno de Pedro Sánchez había confirmado la salida de la delegación diplomática de Jesús Silva y el nombramiento de Juan Fernández Trigo, exembajador español en Cuba, cercano al alto representante para la Política Exterior y Seguridad de la UE Josep Borrell. De allí que también se sugiere que la salida pudo haberse acelerado por el cambio del embajador español. Es por eso que se recarguen las tintas en un personaje que ya estaba de ida como Jesús Silva.
Pero como analiza en una columna de opinión del diario español El País, “¿Cuánto tuvieron que ver las autoridades españolas en esa peripecia? Es un misterio. Quienes conocen de cerca las circunstancias y las personas tienen una sola certeza: con independencia de lo que haya sucedido, es imposible que Jesús Silva Fernández, el embajador español, actuara en disonancia con su Cancillería (…). Esta caracterización alienta la versión de que, en el inframundo, podría haber existido una negociación entre Caracas y Madrid para facilitar el viaje. De ser así, las declaraciones oficiales tendrían otra lectura” (El País, 26/10/20).
Por eso aún no es clara la situación de cómo habrá salido, de allí que también está la otra pregunta, ¿cuál sería el papel de Venezuela en todo esto? Sea cual fuere el caso, todo parece indicar que al menos algún sector de la inteligencia venezolana podría estar involucrado, siendo que la propia residencia es permanentemente vigilada por el SEBIN (servicio de inteligencia del Estado), sobre todo desde que se encontraba en la misma Leopoldo López. La residencia del embajador es un lugar muy visible, en plena área central cercana al Country Club. Es difícil creer que el dirigente de Voluntad Popular lograra sortear esa situación sin contar, al menos con algún involucramiento de algún sector de autoridades o de la inteligencia, a saber.
De allí que se remarquen también las “grietas” en el propio sistema de inteligencia de Venezuela –una tesis que es alimentada también con el intuito de mostrar más los niveles de descomposición en el Gobierno–, si es que se diere por descartado que haya existido algún tipo de pacto previo entre gobiernos (Venezuela, Estado Español y otros) y sectores de la oposición. Una cuestión que difícilmente saldrá a luz pública, al menos en lo inmediato.
Coincidencias o no, Maduro removió este domingo del Ministerio de Relaciones Interiores al Mayor General Néstor Reverol y colocó en ese cargo a la gobernadora del estado central de Lara, Carmen Meléndez (Almirante en Jefe en retiro) y ex Ministra de Defensa, medida que algunos han considerado como una reacción a ese evento, aunque este movimiento también es evaluado como política de distracción ya que el Mayor General Reverol pasa al frente del Ministerio de Energía Eléctrica, en un nuevo enroque político. Maduro no se ha pronunciado de forma directa sobre el caso salvo el comunicado oficial del Gobierno, pese a que este domingo participó durante cerca de dos horas en un acto televisado en el que anunció varios cambios en su gabinete. Disminuir el hecho podría ser el motivo, pero es de dudar, pues el caso estaba en primera plana en todos los medios nacionales e internacionales.
Mientras tanto en Caracas, fuerzas de seguridad de servicios de inteligencia dispusieron la detención de parte personal venezolano que trabajada en la embajada, mientras la residencia del embajador era fuertemente custodiada luego de la salida de López. Vigilantes de la legación y una empleada de López fueron los arrestados durante el sábado, pero durante el lunes se informó que la empleada de López fue liberada, y que presumiblemente también los otros detenidos. Era los únicos detenidos, pero se trataría de diligencias menores, pues si realmente se cree que fue una salida sin negociación alguna, difícil encontrar allí a responsables o complicidades importantes. El propio SEBIN vigilaba la residencia del embajador.
Por su parte, el ministerio español de Exteriores declaraba que "España reitera su convencimiento de que la crisis multidimensional que atraviesa Venezuela requiere de una salida negociada, dirigida por los propios venezolanos que permita la celebración de elecciones presidenciales y parlamentarias con plenas garantías democráticas". ¿Será López un engranaje para esto, y de allí el involucramiento de la administración de Pedro Sánchez, o son otros los objetivos políticos?
Como vemos nuevas incógnitas que se abren en un país que sigue azotado por la catástrofe económica y social, y agravada por las sanciones de Estados Unidos que han venido agravar más aún la situación para las grandes mayorías populares y trabajadoras.
Por un lado, el Gobierno de Maduro se ha limitado a hablar sobre la complicidad del embajador español o al propio Estado Español, pero no ha explicado cómo se habría operado la salida Leopoldo López –y si lo ha descubierto no lo dice–, pues podría estar mostrando más debilidades o descomposición internas, si no se ha tratado de una salida negociada.
Por otro lado, en la propia oposición, con Leopoldo López ya fuera del país, podría opacar al propio Guaidó en una ya debilitada oposición, y aumentar las divisiones en la misma, pues es una incógnita el papel que desempeñará desde Europa. López no ha hecho un pronunciamiento público desde su llegada al Estado Español, a no ser mensajes cortos por redes sociales, aunque se ha indicado que presumiblemente este martes 27 daría nuevas declaraciones públicas.
De allí que para algunos analistas, la salida de Venezuela de Leopoldo López, la figura más simbólica de la oposición de la derecha, deja en el aire los planes del bloque de partidos que busca forzar la salida de Maduro, y estaría abriendo un escenario incierto sobre el liderazgo de ese frente incluso del que tiene al frente a Guaidó y su política actual. Es que el hecho se realiza a menos de un mes de las próximas elecciones parlamentarias, y que, de acuerdo el calendario oficial, para el 5 de enero entraría en funciones la nueva Asamblea Nacional, que por la no participación del grueso opositor, quedará en manos del chavismo, y Guaidó ya no tendrá mucha “justificación” formal.
Ya Fredy Guevara, también de Voluntad Popular, ha salido a declarar que la salida de Leopoldo López no es parte de preparativos para conformar un gobierno fuera del país a partir de enero. ¿Una nueva etapa de la oposición con cambios en la política? ¿Qué pasos más hará el Gobierno de Maduro al respecto? Habrá que esperar y ver en las próximas semanas el desarrollo de la situación.
Leopoldo López se ha caracterizado por ser uno de los políticos más rancios de la derecha venezolana, procedente de familias de la clase alta del país. Ha participado en cuanto situación de golpe haya tenido a la mano, como el golpe de estado del 2002 (nunca se le condenó, y por conveniencia política del momento terminó siendo amnistiado en el 2007) o la reciente asonada de abril del 2019. Incluso cuando estaba en la residencia del embajador español, reconoció en una entrevista con Efe -la única concedida durante su estancia en la sede diplomática según esa agencia de prensa-, que una intervención militar en Venezuela es una opción que sigue presente.