Los medios nacionales y regionales levantaron destacaron esta semana el aumento paritario de casi el 90 por ciento que acordó el dirigente de ATE Neuquén con el gobierno provincial. Analizamos que hay detrás de esta propaganda oficial.
Lunes 16 de mayo de 2022 14:50
El secretario general de ATE Neuquén, Carlos Quintriqueo, en diferentes medios nacionales y locales, se adjudicó haber cerrado un acuerdo salarial de casi 90 por ciento para los estatales neuquinos durante el período 2021 y en lo que va del 2022.
Pero veamos qué hay detrás de este razonamiento matemático indiscutible. Si 2 más 2 son 4, entonces “un 89,22 por ciento interanual es el resultado de la suma del 53,09 por ciento logrado en 2021, más un 36,13 por ciento obtenido en lo que va del 2022”.
Este dato es como mínimo un recorte parcial y arbitrario de la realidad salarial de las y los estatales neuquinos con el objetivo de presentar a la agrupación Verde y Blanca, afín al oficialismo, como una representación sindical que consigue mejoras salariales por encima de la media nacional.
El aumento salarial acumulado de casi el 90 por ciento, no lo conquistó la conducción de ATE como lo quieren presentar ellos y los medios afines al oficialismo. Se montan sobre el 53,09 conquistado por la rebelión de las y los elefantes de Salud en el 2021. Fueron quienes con sus métodos de lucha, con sus asambleas, paros, movilizaciones, volanteadas, cortes de ruta conquistaron la relación de fuerzas para escribir en papeles lo que se gana en las calles.
Salario real y salario nominal
Para analizar la realidad salarial en un contexto inflacionario como el de nuestro país primero hay que hacer dos definiciones conceptuales.
El salario nominal es la remuneración en pesos que percibimos por el valor de nuestra fuerza de trabajo, mientras que el salario real es lo que efectivamente podemos comprar con esa remuneración.
Por ejemplo, si cobramos 100.000 pesos y la inflación anual es del 50%, al final del año tendríamos que cobrar 150.000 pesos. Mientras que el salario nominal aumentó 50 mil pesos, el salario real es el mismo. Podemos comprar la misma cantidad de productos a final de año que al principio.
Eso es lo que pasó desde 2017 hasta el 2019 con la actualización trimestral por IPC (Índice de Precios al Consumidor) , seguimos de atrás la inflación. Aumentó el salario nominal en pesos, pero la capacidad de compra se mantuvo casi igual, el salario real se mantuvo estanco, sin aumento en su capacidad de compra.
En el 2020, el gobernador Omar Gutiérrez congeló los salarios estatales eliminando la actualización automática por IPC.
Volviendo al ejemplo anterior si en 2020 nuestro salario empezó en 100.000 y la inflación fue del 42%, el salario nominal se mantuvo, a fin de año seguimos cobrando 100.000 pesos pero el salario real disminuyó, con el mismo salario pudimos comprar casi la mitad de productos que a principio de año.
En economía a esto le llaman ajuste salarial indirecto. No es una rebaja salarial clásica como la de Sobich por ejemplo en los 90 cuando rebajó el valor de la zona desfavorable, donde se reconoce inmediatamente el ataque al bolsillo, sino que de esta forma no se sabe quien nos roba, es la inflación.
Como ya explicamos acá, la inflación es un mecanismo de distribución de las riquezas en favor de los grandes capitalistas que exportan en dólares y en contra de los salarios, presupuestos de salud, educación, obras públicas etc, que se pagan y proyectan en pesos.
Los números no mienten, Quintriqueo si
Decimos al principio que es un recorte parcial de la realidad salarial porque toma la evolución recién a partir de marzo de 2021 y deja afuera el año de mayor pérdida de capacidad de compra, el 2020.
Pero no solo eso, sino que presenta el acuerdo firmado con el Gobierno del 53,09% como un logro suyo.
Aremos dijo el mosquito y se subió a la conquista de las y los elefantes
Recordemos, por si algún periodista no conoce la histórica lucha de las y los elefantes, que mantuvo paralizada por más de 20 días Vaca Muerta con el apoyo de la comunidad mapuche y el pueblo de Neuquén, que ese enorme movimiento de lucha surgió porque Carlos Quintrique aceptó, después de perder todo un año de salario y de mucho sacrificio en los hospitales, un miserable 12% como lo mejor que se podía conseguir.
Con la enorme lucha del personal de Salud se logró, con todo en contra, sindicato, Gobierno, Justicia, Ministerio de Trabajo, no seguir perdiendo con la inflación. Tuvimos aumento nominal, pero el salario real no recuperó la pérdida del 2020.
Quintriqueo una vez más, ofreció sus servicios al gobierno y firmó un 53,09 % en cómodas cuotas, para desactivar la huelga de salud.
Pero esa relación de fuerza conquistada, que dejó planteado recuperar lo perdido el 2020, es sobre lo que se montó Quintriqueo para volver al IPC más un 20% ahora si de aumento al salario real.
Sin sonrojarse el dirigente que militó la promesa de llenar la heladera para todos ahora intenta posar de defensor del salario. “Pensemos que la inflación puede terminar en un 60% este año. Si es así, los estatales neuquinos terminarán con un ajuste del 80% anual. A lo que arroje la inflación siempre estará 20 puntos arriba”. Toda una confesión que no sólo no recuperó lo perdido y deja a pata al que no sea estatal, sino que también pretende ocultar el fracaso de su proyecto político.
Con las asignaciones familiares sucede algo similar, habla de porcentajes para ocultar una gran miseria. En 2021 las asignaciones aumentaron un 100%, pasaron de 425 a 850 pesos por cada hijo y la escolaridad de 250 a 500 pesos y este año van a ir al compás de la inflación. Ni un guardapolvo alcanza con lo que Quintriqueo presenta como maravilloso.
Este panorama es lo que empuja a la sobrecarga de trabajo, horas extras, recargos, guardias, doble empleo, es decir, suplir lo que falta para llegar a la canasta familiar que supera los 180.000 pesos según las estimaciones más moderadas, con más explotación. La contracara es el aumento de la desocupación y pobreza.
Un método y un programa en defensa propia
Los socialistas del PTS en el Frente de izquierda, que impulsamos la agrupación Violeta Negra en ATE y somos parte de las y los elefantes de Salud, estamos en el extremo opuesto a quienes consideran al capitalismo como el sistema más eficiente como dijo Cristina Fernández de Kirchner.
Luchamos por una sociedad que ponga la riqueza social al servicio de las mayorías populares y estamos seguros que la planificación democrática de la economía es mil veces superior que el tendal de desocupación, pobreza y miseria que crece en el país.
Con ese norte intervenimos en los sindicatos, para poner en el centro de la escena política el poder de la clase trabajadora y los desocupados que sufren de un lado la sobreexplotación, bajos salarios, y pobreza y miseria del otro.
Luchamos por el reparto de las horas de trabajo entre todas las manos disponibles, la reducción de la jornada laboral a 6 hs 5 días a la semana con un salario que parta de la canasta familiar, solo en las principales 1200 empresas permitiría generar un millón de puestos de trabajo.
Con ese programa participamos de la Marcha Federal de los movimientos sociales.
El prestigio ganado por la primera línea durante la pandemia, la lucha de los elefantes de salud que ganó la simpatía de la población de Neuquén deja un importante punto de apoyo para luchar conquistar las 6 hs diarias 30 hs semanales para todo el personal de salud.
El reagrupamiento de delegados, delegadas, referentes, activistas y trabajadores de base que se referencia en la Gris Elefante lanzó una campaña por el reconocimiento de la insalubridad del trabajo hospitalario para plantear la reducción de la edad jubilatoria, el pase a planta de todo el personal tercerizado y la jornada de 6 horas. De ser tomada masivamente no sólo despertaría la simpatía de los trabajadores de salud que dejan la vida en los hospitales, sino también por los movimientos sociales que pelean por trabajo para todes.
A pelear por nuestras demandas, elegir delegados y delegadas que respeten las asambleas y unir lo que gobierno y patronales dividen, trabajadores y trabajadoras ocupados y desocupados, seguiremos dedicando nuestros esfuerzos.