De la fusión a los despidos, el segundo banco más fuerte de México, Banorte, protagonizó la última semana un nuevo episodio en la situación de explotación y precariedad de los trabajadores bancarios en nuestro país, con el despido de más de 500 empleados.
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Miércoles 1ro de agosto de 2018
Más de 500 trabajadores bancarios fueron despedidos luego de que el grupo financiero Interacciones concretara su fusión con el grupo financiero Banorte. Esta transacción, estimada en 26 mil 557 millones de pesos, consolida a la institución financiera como la segunda más importante en nuestro país, sólo detrás de BBVA Bancomer, pero significó para la mitad de los empleados de Interacciones perder su fuente de trabajo. Se trata de una unión anunciada, considerando que padre e hijo son, respectivamente, presidentes de Banorte e Interacciones.
La fusión fue autorizada ante la Bolsa Mexicana de Valores por la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece). Por su parte, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público dio también luz verde a las acciones administrativas y corporativas que derivaron en el despido de los bancarios.
La fusión de Banorte con Interacciones (la más grande del sistema bancario desde 2001, con la compra de Banamex por Citigroup) suma para la familia Hank González un total de activos por un billón 601 mil millones de pesos. Por su parte, los despedidos forman parte de un recorte del 65% de costos proyectados en el plan de adquisición, firmado hace nueve meses. Según distintos medios, aún se espera que otros 300 trabajadores más pierdan su empleo, es decir, una tasa de despidos de casi un 80%.
En un intento por matizar la reacción mediática, Banorte difundió en días recientes un comunicado en donde "aclaraba" que no fueron 500, sino 362 los despedidos. De los siguientes 300 despidos no dijeron ni una palabra. Ningún directivo de Interacciones ha ofrecido declaraciones.
La fusión de Interacciones a Banorte, si bien ahora implica un duro golpe para cientos de familias, también significa un nuevo movimiento que afectará a millones de trabajadores del país. Interesados por aprovechar la infraestructura y cartera de clientes de Interacciones (muchos de gobierno), Banorte busca vender hipotecas, autos, seguros y consumo.
Es precisamente la adquisición de los negocios de Interacciones con créditos de infraestructura para gobiernos locales y estatales uno de los principales atractivos de este negocio que, a decir de Marcos Ramírez, CEO de Banorte, fue "una de esas oportunidades que se dan una vez en la vida". Mientras los empresarios comienzan a acomodarse para recibir con ofertas a un nuevo gobierno cuya administración ha anunciado un despliegue de inversión en infraestructura a nivel nacional, los trabajadores son explotados y despedidos.
El recorte que costó el empleo a medio millar de trabajadores ahorrará a la familia Hank González entre mil 500 millones y mil 600 millones de pesos al año, que pasan a sumarse a las millonarias ganancias logradas por la explotación cotidiana de sus empleados por todo el territorio nacional.
Denuncias como la que este mismo año hizo llegar un grupo de trabajadores activos de Banorte a La Izquierda Diario México, evidencian las condiciones de esclavitud moderna en las que día con día garantizan enormes ganancias de las que únicamente reciben apenas lo justo para seguir presentándose al trabajo al día siguiente.
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Es a costa de la precarización de sus trabajadores que Banorte figura ya como segunda institución bancaria más importante de nuestro país. Y no sólo eso. La explotación de sus trabajadores mexicanos le ha merecido a este grupo financiero ser finalista en la categoría como Mejor banco de Comercio Exterior en Latinoamérica en los premios GTR Leaders in Trade 2018, auspiciados por la Global Trade Review.
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