Este jueves el Banco de México (Banxico) recortó la tasa de referencia en 25 puntos base a 8%. Con esta medida finalizó un ciclo de alza de tasas. La baja se esperaba para septiembre. Por qué se adelantó. Causas y consecuencias ante el temor de una recesión.
La Izquierda Diario México @LaIzqDiarioMX
Jueves 15 de agosto de 2019
El temor a una recesión global tiñe el horizonte y México es una de las economías más vulnerables. Ante esto, el banco central bajó la tasa de referencia, que es el interés que cobra el Banco de México a los demás bancos por prestarles dinero.
Ante los sucesivos recortes de previsión de crecimiento de la economía, las autoridades de Banxico este jueves hicieron el anuncio. Aún así, con baja y todo, el 8% de tasa se mantiene en uno de sus máximos en más de una década. Para decirlo con todas las letras, bajar un cuarto de punto mantiene caro el costo de dinero en México.
La excusa para el alza sostenida de esta tasa que condiciona las tasas de interés de las tarjetas de crédito con las que muchas familias arañan el fin de la quincena había sido el peligro de una escalada inflacionaria. Un fantasma que hoy parece conjurado con el 3.78% de inflación en julio, según cifras oficiales.
El factor externo
Pero el entorno complejo, signado por la desaceleración económica internacional, la disputa comercial entre EEUU y China, y con recesión abierta o riesgos de recesión en al menos diez países –Alemania, Reino Unido, Italia, México, Brasil, Argentina, Singapur, Corea del Sur, Rusia y Estados Unidos–, llevó a que el Banxico realice el primer recorte en cinco años.
Una medida de política monetaria que se da además en el contexto de incertidumbre generado por los sucesivos ataques de Trump contra México y el hecho de que aun no se ha ratificado el T-MEC, sucesor del TLCAN que garantizó un nuevo ciclo de expoliación y saqueo a favor de las trasnacionales desde 1994.
El Banxico repite una medida que otras instituciones financieras tomaron recientemente, como la Reserva Federal estadounidense, y los bancos centrales de Brasil, India y Tailandia, las cuales recortaron sus tasas en un intento de dinamizar un crecimiento económico raquítico.
El factor interno
En México, además del factor externo, pesa el plan de austeridad del gobierno de López Obrador, que ha llevado a recortes presupuestales de áreas como salud y educación, al freno de obras públicas y a despidos masivos de trabajadores estatales precarizados.
“Durante el segundo trimestre se desaceleró la actividad económica mundial, reflejando una menor expansión en las principales economías avanzadas y emergentes. Y las perspectivas de crecimiento se han revisado nuevamente a la baja”, señala el documento de Banxico. “Este entorno ha dado lugar a la expectativa de un relajamiento adicional en las posturas monetarias de diversos bancos centrales” afirma. Y en el mismo informe destaca como un foco de riesgo para las finanzas públicas la precaria situación financiera de Petróleos Mexicanos (Pemex), la compañía petrolera más endeudada del mundo.
Parece que el pedido a las autoridades de Banxico del presidente López Obrador (junto a otros sectores) en el sentido de que definiera el descenso de las tasas de interés para dar un respiro a la economía tuvo eco.
Tras los pasos de la Fed
Claro que el principal indicador llegó desde la Reserva Federal, pues en el terreno económico la relación México-EE.UU. es absolutamente indisoluble -80% de las exportaciones mexicanas van al gigante del norte, una parte de cuya industria depende a su vez de las maquilas ubicadas al sur del Río Bravo.
Así es que cuando la Fed anunció el recorte de un cuarto de punto el 31 de julio –en su caso el primero desde 2008-, era cantado que México se haría eco. Según distintos analistas, ahora no solo la inflación está en la mira del Banxico, si no también el crecimiento.
“Definitivamente parece ser que el Banxico cedió a las llamadas de rescate a la economía tanto de una parte del mercado como de las mismas autoridades”, declaró a Blommberg Alfredo Coutiño, director de Análisis para América Latina de Moody’s Analytics.
El argumento de los economistas es que con la baja de la tasa de interés se puede impulsar la economía, pues los créditos serán más baratos para empresas y familias. Y otro de sus supuestos es que se desincentiva guardar dinero en el banco, pues bajarán los intereses a plazos.
Aunque la decisión de este recorte no fue unánime, cuatro integrantes de la Junta de Gobierno de Banxico votaron por la baja a 8%, y uno apoyó el mantenimiento de la tasa en 8.25%, y es posible que se den una o dos bajas más en lo que resta del año, sujeto esto a la acción de la Reserva Federal. Esperar y ver.