Sábado 9 de noviembre de 2019
Semanas de movilizaciones y el llamado del Colegio de Profesores ha sido “a rebelarse” no asistiendo a los establecimientos educacional ¿es suficiente sólo limitarse a hacer este llamado? O ¿este organismo debería apostar por organizar al gremio y que este se una a todos los otros sectores en lucha?
Ya han pasado más de dos semanas desde que estalló en las calles de Chile la revuelta popular. Que empezó en contra del alza de la tarifa del metro, pero rápidamente fue avanzó a cuestionar al régimen en su conjunto. Altos sueldos parlamentarios, bajas pensiones, bajos sueldos, trabajos precarios, entre otras cosas y una constitución que legaliza este robo sistemático durante años.
A pesar de que Piñera intenta mover sus piezas, con un cambio de gabinete, este sólo fue un guiño para la ex Concertación, en el intento de descomprimir esta crisis y dejar contento a precisamente a estos sectores.
Distintas han sido las movilizaciones que ha tenido que enfrentar este gobierno desde su inicio, esto ha sido respuesta de todas las medidas y reformas que buscan imponer para aumentar las ganancias de los empresarios a costa de una vida más precaria para trabajadores y trabajadoras y su familias.
Ante esto, sería bueno hacerle una revisión a la última movilización que tuvo una alta masividad y aceptación que no se veía hace tiempo: el paro docente.
En junio de este año pudimos ver como miles de profesoras y profesores se hacían parte de una de las últimas grandes movilizaciones que se dieron en Chile. Con distintas iniciativas buscaban captar la sensibilidad de la población para que apoyaran sus demandas, que sin duda tuvieron inmediata acogida. El gobierno se mostró intransigente desde el primer momento con su mayor carta, la ministra Cubillos, frente a la demanda de las y los profesores.
Fueron siete semanas de movilización que no dejaron indiferente a nadie. Pago de la deuda histórica, agobio laboral, pago de menciones, estabilidad laboral, fin a la doble evaluación docente y por una nueva educación pública, entre otros puntos. Fueron varias las marchas masivas que se la jugaban por dejar en claro el descontento de los docentes y de una sociedad entera que hoy comprende que la educación vive una profunda crisis.
Las fuerzas estaban, fueron manifestaciones durante semanas en las calles, aguantando la represión policial que no dudo en poner su bota firme sobre los miles de profesores que se movilizaban.
En Antofagasta, por ejemplo, pudimos ver como miles de profesores y profesoras se la jugaron por coordinar esta lucha con otros sectores, por ejemplo, los trabajadores de Chuquicamata que estaban por iniciar una negociación colectiva, los trabajadores de Conveyor y así también con lo estudiantes de liceos y universidades de la ciudad, donde se realizaron masivas marchas y también múltiples cortes de calle. Los docentes buscaron este camino porque sabían que la unidad era la clave para conseguir sus demandas.Variadas expresiones de fuerza quedaron demostradas frente a todo Chile, pero las direcciones del colegio de profesores decidieron llevar esta fuerza por otro camino: la cocina parlamentaria.
A pesar de que esta movilización contaba con alto apoyo y seguían las demostraciones de fuerza, las direcciones del Colegio de Profesores, a la cabeza con Mario Aguilar, militante de Partido Humanista, luego de una reunión a puertas cerradas con las autoridades, tomaron en sus manos la última propuesta de gobierno y a través de un vídeo hicieron un llamado al “repliegue” anticipándose al desgaste que buscaba el gobierno y conformándose con la simpatía que habían generado en la población.
Acá en Arica, no fue distinto. El presidente del CDP, Carlos Ojeda, militante del Partido Humanista, también se plegó obedientemente al llamado de repliegue. A pesar de que en la misma ciudad, los estudiantes universitarios se manifestaban por el cambio de malla curricular impuesto por el gobierno, siempre fueron más las trabas y límites para hacer confluir a estos dos sectores movilizados.
A pesar de que discursivamente planteaban la unidad, eso en los hechos nunca se logró expresar, ya que se vieron las demandas de las y los profesores por separadas de las y los estudiantes. No viendo en realidad que las condiciones laborales de los miles de profesoras y profesores tenían que ver con la precarización de esta educación de mercado.
¿Cuáles son las lecciones?
Frente a esta gran rebelión popular que ya lleva tres semanas de iniciada, las direcciones del Colegio de Profesores siguen manteniendo una tibia e insuficiente posición acá en Arica, de la misma forma que a nivel nacional. Mientras que al inicio de las movilizaciones, a través de un vídeo Carlos Ojeda, presidente del CDP de Arica, sale a hacer un llamado a las y los profesores de la ciudad a rebelarse, no asistiendo a los establecimientos educacionales y a sumarse a las movilizaciones.
Es sabido el discurso de las direcciones del CDP, que suele “echarle la culpa” a las bases por no asistir o acudir a los llamados. ¿Será suficiente un llamado por Facebook para que los miles de profesoras y profesores salgan a manifestarse y a paralizar el funcionamiento de los cientos de escuelas, liceos y colegios? O es que acaso hacen vista gorda a la histórica persecución en decenas de establecimientos a les docentes que se movilizan, las amenazas de descuentos y el constante hostigamiento a quienes se organizan.
Es cosa de ver como la semana pasada la Ex-seremi de educación, Lorena Ventura Vásquez, expresó abiertamente a los directores de colegios y escuelas de Arica que no quería ver ni saber que directores de establecimientos dieran autorización a las y los profesores a marchar o manifestarse en ninguna convocatoria del CDP, aludiendo a través de su amenaza que sino “eso estaría muy mal”. Esto le costó la destitución de su cargo a la ex- seremi de educación, que sin duda es una clara muestra de la intransigencia y autoritarismo por intentar apagar esta rebelión. Es una muestra de lo que son capaces por intentar acallar a un sector que históricamente se ha movilizado.
¿Qué hizo frente a esto el Colegio de Profesores? No busco más concretamente articular a los miles de profesores y profesoras, primero para repudiar abiertamente estos hechos, pero así también para buscar agrupar y organizar a este sector. Incansable ha sido el llamado que se la ha hecho a los grandes organismos que hoy agrupan a miles y miles de trabajadores y trabajadoras en todo Chile, aún así las medidas que han tomado estos organismos siguen siendo insuficientes para el momento que vive el país.
El Colegio de Profesores, al igual que los otros grandes organismos sindicales y estudiantiles, se reunieron a través de la mesa de Unidad Social, que es la alianza entre el Partido Comunista y el Frente Amplio, a discutir cuál sería el camino a seguir en la movilización.
Resolvieron impulsar un comité de huelga para impulsar la huelga general. Esto es un punto de apoyo si pensamos como impulsar la movilización y todo el conjunto de los sectores de la clase trabajadora debe tomarla en sus manos. Pero, no debemos olvidar: la mayoría de las organizaciones que participan en esta Mesa de Unidad Social, buscarán negociar y dialogar con este gobierno, esto se expresa en que dejaron fuera la exigencia de: ¡Fuera Piñera!.
Para que no suceda esta negociación, debemos exigir que esta movilización se impulse desde las bases. Actualmente, el problema de la Mesa de Unidad Social es que es antidemocrática, ya que funciona bajo la lógica de las cúpulas dirigenciales. Para que sea democrática debe funcionar en base a asambleas abiertas. Que este Comité de Huelga se exprese en los lugares de trabajo y estudio, con delegados de base que se coordinen territorialmente.
En Arica, son miles de estudiantes los que están demostrando que quieren cambiar esta sociedad de conjunto. Muchos de ellos han sido inspirados por sus propios profesores, que a lo largo del tiempo han mostrado, en distintas ocasiones lo importante de luchar. Masivas han sido las demostraciones de fuerza.
Los estudiantes han hecho caso al llamado de los tomazos para presionar al gobierno y a esto se han sumado los apoderados que también están frente a esta causa, por ejemplo, los apoderados de la Escuela Argentina y la Escuela Esmeralda que hoy cuenta con las amenazas de la directora para desalojarlos. Aún así, apoderados y estudiantes siguen adelante.
A pesar de que las medidas de los Municipios viene siendo adelantar el cierre de semestre, así como se decidió acá en la Municipalidad de Arica, apegándose a la línea del gobierno para debilitar el espacio físico donde acuden miles de estudiantes que hoy son un peligro para el gobierno. A pesar de que muchas de las explicaciones de trabajadores y apoderados es por la seguridad de las y los estudiantes, debemos buscar cómo y desde dónde se debe seguir organizando este sector de estudiantes y apoderados.
Entonces ¿Qué está esperando el Colegio de Profesores para organizar a los miles de profesores y estudiantes? ¿Realmente se la juegan por organizar a estos sectores de docentes que tienen demandas históricas por las cuales jugársela? O es que ¿acaso no ven la necesidad de salir a golpear organizados con toda esta fuerza? Muchas podrían ser las preguntas que podríamos abrir pero hoy más que nunca debemos actuar y llevar todo discurso de lucha y unidad a la acción.
Todos aquellos que simpatizan con la política del Frente Amplio y el Partido Comunista y hoy ven que frente a este escenario la respuesta no ha sido suficiente, aquellos que han estado en las calles gritando por echar abajo el gobierno de Piñera y que se han enfrentado a la represión y que ven la necesidad de salir a responder por fuera del ritmo de la institucionalidad del gobierno, que se pronuncien en contra de esta política que estanca las movilizaciones en negociaciones infértiles. Debemos organizar la política de unidad de acción en común de todas las organizaciones sociales, sindicales y estudiantiles.
Es por eso que desde Nuestra Clase planteamos que todos los organismos de las y los trabajadores y estudiantes, como la CUT, el CDP y la CONFECH deben ponerse a total disposición de esta lucha, organizando una gran huelga general activa hasta echar abajo el gobierno de Piñera. Impongamos a través de la fuerza de esta gran movilización una Asamblea Constituyente, Libre y Soberana para que todo el pueblo trabajador pueda decidir y que al fin podamos conseguir nuestras demandas y conquistar todos los derechos que nos pertenecen.