Este domingo 19 tenemos el importante desafío electoral en Santa Fe. Se eligen gobernador, diputados provinciales, senadores, concejales e intendentes. Una reforma de la ley electoral impone sacar 40 mil votos para pasar a las generales. Otro obstáculo para la izquierda.

Octavio Crivaro @OctavioCrivaro
Miércoles 15 de abril de 2015
40 mil votos para vencer el piso y los obstáculos que ponen a la izquierda
Nos exigen 40 mil votos a los que apoyamos a las docentes, a la juventud trabajadora, a los que nos movilizamos por justicia en el asesinato de Franco Casco y en la desaparición de Paula Perassi. Nos ponen pisos para pasar a las generales y obstáculos para acceder a los medios de comunicación, fundamental para ello.
Igual la peleamos y nos jugamos a superarlos, a pura fuerza de militancia. El Frente de Izquierda es la única expresión de la izquierda que se plantea, a nivel nacional y en Santa Fe, como alternativa a la derecha empresarial de Massa y Macri, pero también a los candidatos del kirchnerismo, como el menemista Daniel Scioli. Los resultados de Mendoza, donde Nicolás del Caño (PTS-FIT) sacó el segndo puesto en la elección a intendente, y de Salta, donde Claudio del Plá (PO-FIT) sacó un tercer puesto como candidato a gobernador, nos avalan: demostramos que nuestro espacio político, lejos de ser pasajero, se consolida y se fortalece. Cada trabajador puede ayudarnos a que no nos callen en Santa Fe y sumarnos a este desarrollo.
Enfrentamos una campaña derechizada
El giro a derecha que opera en la agenda de los principales referentes de la política tradicional a nivel nacional, tiene su expresión en Santa Fe. ¡Y cómo!
En estas semanas de campaña pareciera que el llamado “progresismo” santafesino tiró la toalla. La supuesta batalla contra la derecha neoliberal del PRO de Del Sel, que intentaron esbozar peronistas y kirchneristas, terminó en el mismo momento en que pusieron como candidato a gobernador a Omar Perotti. El progresismo del ex intendente de Rafaela no resiste un archivo. Afín al reutemismo y amigo íntimo de la Sociedad Rural, cayó sobre sus manos la responsabilidad de representar al proyecto “nac & pop” en Santa Fe. Sin embargo es lo que es: un conservador. Pero no solo es Perotti, ni mucho menos. La lista de diputados provinciales del peronismo la conforman referentes de lo más podrido de la burocracia sindical, incluyendo los jefes entreguistas de la UOM y el SMATA, en una nómina que mezcla a personajes salidos del riñón de Obeid y Reutemann, con la presunta “izquierda” kirchnerista.
Los límites del Frente PROgresista
El panorama no es menos desolador en el Frente Progresista Cívico y Social (socialistas más radicales). La resolución de la Convención radical de ir a una interna con el PRO, deja al frente que gobierna Santa Fe en una paradoja: los militantes radicales impulsarán, contra Del Sel, a la fórmula que encabeza Miguel Lifschitz. Pero en poco tiempo estarán inflando globos amarillos para que el jefe del Midachi, Mauricio Macri, sea el presidente de los argentinos. Un verdadero progresismo amputado.
Pero Lifschitz, expresión del sector más conservador del PS, y “padre”, como exintendente, de la Rosario de las torres de lujo que emparentan a la ciudad de la bandera con Miami, no solamente tomó toda la agenda de la derecha chistosa de Del Sel. Sino que se opone taxativamente a la resolución de los problemas verdaderamente populares.
En lugar de discutir del 33 % de trabajadores que sufre la precarización laboral, de proponer resoluciones para los cientos de miles de santafesinos con problemas de vivienda o de la situación críticas de las mujeres, Lifschitz exagera su veta derechista y llegó a decir que será un superministro de Seguridad. Un Berni entrado en canas y en peor estado atlético: generan la pobreza y luego la enrejan con policías y gendarmes.
30 años de desigualdad y problemas irresueltos: radicales, socialistas y peronistas lo hicieron
A fin de cuentas: no son tan distintos. A pesar de que, previsiblemente, peronistas y socialistas eligieron al derechista y misógino Miguel Del Sel como punching ball, ellos son responsables de esta realidad, de la Santa Fe de la desigualdad. Por ello todos, además, coinciden en algo: mantener intacto aquel orden provincial impuesto en los 90.
Mientras se encienden las disputas retóricas entre los candidatos de los partidos de los empresarios a medida que se acerca la elección del domingo, hay algo que todos prefieren callar: que los problemas que aquejan al pueblo trabajador y a los sectores populares, se mantienen intactos desde hace de treinta años, luego de gobiernos de peronistas y socialistas-radicales.
Las privatizaciones como las del Banco de Santa Fe o de los puertos, siguen en pie y son defendidas por el gobierno actual. Más de 300.000 personas no tienen un techo para vivir, viviendo al lado en el principal puerto de exportación de oleaginosas de América Latina. Empresas como Cargill facturan 39.031 pesos por minuto, unos 3.241 millones de pesos anuales. Eso sí, no pagan impuestos. Mientras tanto, los trabajadores sufren los bajos salarios y la precarización afecta a un tercio de los trabajadores de Rosario. ¿De qué progresismo nos hablan?
La lucha contra esta realidad es lo que quieren callar con la nueva reforma votada e implementada por el oficialismo provincial, el peronismo y el PRO, que exige un piso más alto para superar las PASO: el 1,5 % del padrón total de votantes. Como vemos el régimen político inventa donde no encuentra su artimaña para callar la voz de los trabajadores y la izquierda.
Nosotros, la izquierda
Frente a la campaña vacía de los grandes partidos tradicionales el programa del Frente de Izquierda aparece como la alternativa de una izquierda que no mezcla sus banderas con la de los patrones y los gobiernos. Esta perseverancia nos permitió ser la referencia de cientos de miles de trabajadores y jóvenes que simpatizan con las ideas de la izquierda. Este programa es el que nos permitió sacar 1.300.000 votos, lograr una bancada con diputados como Nicolás del Caño del PTS, Néstor Pitrola y Pablo López del PO, diputados provinciales, concejales en los municipios que no viven como políticos millonarios sino que le ponen el cuerpo día a día en las principales luchas de los trabajadores y la juventud.
En este camino los atajos no valen. En Santa Fe se presentan otras fuerzas que, cada tanto, se llaman de izquierda, aunque en realidad defienden la agenda de la llamada centroizquierda, que tan profunda crisis arrastra. Aunque se trata de compañeros con los que compartimos no pocas luchas, cuando se trata de unirse políticamente, no se puede defender una unidad cualquiera. Solamente “vale” tener un programa y un posicionamiento de independencia política. Esto es lo que lamentablemente separa a Frente Social y Popular (FSP) del FIT: ellos apostaron a Pino Solanas y a la Mesa de Enlace sojera y hoy se juegan con el clerical Víctor De Gennaro.
Lo mismo sucede con los compañeros del Frente de la Ciudad Futura: es pública su cercanía con María Eugenia Bielsa, su elogio a la Gendarmería en Rosario y sus innecesarios ataques a los paros docentes. Eso no es una genuina política de izquierda, claramente.
En la recta final
En todo este tiempo hemos hecho una intensa campaña militante, a pulmón, enfrentando a aparatos bancados por los grandes empresarios y sectores más oscuros aún. Nuestras listas la conforman trabajadores, docentes, estudiantes. Todo lo contrario a la casta de políticos profesionales de la clase dominante. Peleamos cada uno de los 40 mil votos que nos exigen, hemos copado las plazas, recorrido las ciudades de Santa Fe.
Este domingo el Frente de Izquierda tiene su primer desafío: pasar el piso proscriptivo para que se siga escuchando la agenda de los trabajadores, de la juventud, de las mujeres que este régimen quiere callar. Vos podés darnos una mano.
Si querés colaborar con la campaña del Frente de Izquierda y de los Trabajadores te podés anotar ACÁ para fiscalizar en tu distrito.

Octavio Crivaro
Sociólogo, dirigente del PTS y candidato nacional por el Frente de Izquierda-Unidad en Santa Fe.