Finalmente, la Ciudad de Buenos Aires se sumó a la lista de elecciones anticipadas donde Macri no pudo mostrar una victoria contundente. A los traspiés de Córdoba y Santa Fe, se sumaron los porteños que obligaron a prender todas las luces de alarma en los cuarteles dirigidos por el ecuatoriano Durán Barba, con la excepción quizás de la propia Michetti, la única sonrisa honesta del búnker PRO.
Martes 21 de julio de 2015
Los radicales y los chicos de la Franja Morada de la UBA festejaban ayer el pifie de todos los encuestadores y un resultado que lo dejó a Lousteau apenas a un 3% de la Jefatura de Gobierno. El candidato de ECO mostró un gran crecimiento con respecto a las generales y terminó astillando la candidatura presidencial de Macri en su propio distrito.
Lousteau ganó en 9 de las 15 comunas y el PRO sólo pudo mantenerse arriba por la gran ventaja conseguida en los barrios de Recoleta, Núñez, Belgrano y Palermo. Estos resultados también se festejaron entre los equipos de Scioli y Massa que disfrutaban la victoria pírrica del pelado del PRO. Quizás menos tranquila quedó Cristina Fernández de Kirchner, ya que con las listas armadas y menos polarización, el propio Scioli puede animarse a mostrarse menos dócil con los mandatos de la Casa Rosada.
El otro sector social que se expresó este domingo fue el de todos aquellos que no quisieron optar por ninguno de los dos candidatos y optaron por votar nulo, en blanco o no ir a votar. Así, lo vio quien fuera la candidata a Jefa de Gobierno del Frente de Izquierda, Myriam Bregman quien sostuvo que “el alto porcentaje de voto en blanco mostró el rechazo a los candidatos de Macri en la Ciudad. Hoy más 105.000 porteños votaron en blanco, nulo o impugnaron su voto, mostrando su rechazo a participar en la interna de Cambiemos”.
Los resultados y su “interpretación”
En la noche del domingo, todas las pantallas mostraban los 3 puntos de diferencia entre Rodríguez Larreta y Lousteau. Ahora bien, si analizamos el total de los votos, los resultados deberían haber sido presentados así:
Rodríguez Larreta 48,6%
Lousteau 45,5%
Blanco, nulos e impugnados 5,9%
A esto hay que sumarle la participación de 69% del padrón, que implicó que otros 100.000 porteños que habían votado en las generales del 5 de julio decidieron no ir a votar en el ballotage. Evidentemente, son muchos los que no se resignaron a votar un “mal menor” para gobernar la Ciudad. El propio legislador electo del Frente de Izquierda, Patricio del Corro, lo graficó afirmando que “ya hemos visto con De la Rúa e Ibarra dónde nos llevaban las votaciones por el ’mal menor’”.
Esta decisión de un sector importante de los votantes se sustentó en que en esta campaña del ballotage no se debatió nada de la problemática de la Buenos Aires que intentan ocultarnos: la de los talleres clandestinos y de los niños que mueren en ellos, la de la crisis de la escuela pública, la de la precarización laboral, la de la especulación inmobiliaria y mucho menos la de de la violencia contra las mujeres.
Tuvo también su impacto el llamado a votar en blanco de la izquierda que realizó Myriam Bregman, y también Luis Zamora, para no participar de esta interna de dos candidatos que votarán en la interna de Cambiemos, algo que el propio Lousteau intentó ocultar durante toda la campaña y blanqueó este lunes, cuando afirmó que va a votar por el radicalismo conservador de Sanz en las PASO presidenciales del 9 de agosto. Su guiño a Margarita Stolbizer no pasa de una puesta en escena, ya que en la Capital el propio frente ECO la excluyó en virtud de consolidar esta alianza encabezada por la UCR porteña.
La floja elección del PRO es además un elemento a tener en cuenta para trabajadores estatales, los estudiantes secundarios, los docentes, y tantos otros que enfrentan todos los días la política de un PRO que ya no es todopoderoso en la Ciudad. Asimismo, el alto porcentaje del voto en blanco mostró una enorme potencialidad para el desarrollo de la izquierda en la ciudad. Así lo reconoció la propia Myriam Bregman que defendió la coherencia del Frente de Izquierda durante toda la campaña y la propuesta de reorganizar los recursos de la ciudad en función de los intereses de los trabajadores, las mujeres y la juventud. La izquierda ha llegado para quedarse en la Ciudad y se está transformando en un actor de peso en la política porteña.