Segunda parte de la entrevista a Las Kellys, empleadas de la limpieza de habitaciones de hotel. El grupo se creó para denunciar sus condiciones laborales y su sobre carga.

Verónica Landa Barcelona | @lierolaliero
Marta Clar Barcelona | @MartaClar1
Viernes 19 de febrero de 2016
ID: ¿Qué ha supuesto para vosotras el grupo de Las Kellys?
Eulalia: Cuando todo el mundo le daba “me gusta” a nuestras entrevistas, pensamos que había un problema de fondo invisibilizado desde hace tiempo. Me he quedado muy sorprendida con toda la gente que nos escribe, nos llegan mensajes muy bonitos. El otro día escribió una chica que estudia derecho y nos ha dicho que nos ayudará en todo lo que pueda. Nos dijo que su madre era kelly y sabía perfectamente que se estaba dejando la salud para pagarle la carrera.
Ahora con el grupo los sindicatos se están metiendo diciendo que nos apoyan. Muy bien, pero ¿dónde estaban antes? Porque nuestras malas condiciones laborales no son de ahora Ha tenido que pasar todo el proceso de externalización para que saltemos a la palestra. Por eso nos apoyan, pero que no se queden ahí.
Ana: ¿Pero que han hecho los sindicatos? ¡Si hemos perdido todos los derechos!
Eulalia: Parece que ahora estamos en boca de todos, pero nuestro problema viene de muy atrás, y es por ser mujeres y por ser servicios. En nuestro sector se juntan mujeres y trabajo doméstico. A mí me hacen mucha gracia los sindicatos porque nos dicen que tenemos que entrar a los Comités para que hagan algo por nosotras...¿Perdona? Me tiro ocho horas limpiando en el hotel, luego voy a mi casa a cocinar, limpiar y cuidar de mis hijos, y me pides que me meta en la ejecutiva ¿a qué?
Maite: Queremos que quede claro que esto es un problema de todas las mujeres que limpian. Es un problema de kellys. Independientemente de que estemos sindicadas en uno u otro, o que no estén sindicadas. Nosotras admitimos a todas, y a quien no limpia pero nos apoye también, pero esto lo hemos hecho nosotras.
Eulalia: Sí, todo esto lo han conseguido Las Kellys y solo nosotras. Los sindicatos no nos han apoyado. Ernsest Cañada ha hecho muy buen trabajo con el libro, pero nos queremos separar un poco del libro porque con él, los sindicatos se están poniendo medallas. Me dan un poco de rabia que vengan ahora de abanderados de nuestro grupo. Hemos invertido mucho tiempo y dinero en esto, solas. Ahora los sindicatos van a las presentaciones de libros en otras ciudades porque otras mujeres se han puesto en contacto con nosotras por Facebook. Nosotras no podemos gastar tanto en viajes. A muchas kellys de otras ciudades las he puesto en contacto con Ernest para que presentasen el libro. También las he animado a que lo mismo que hicimos en Lloret de Mar lo hagan ellas en sus ciudades.
ID: Antes comentabais el tema de la externalizaciones ¿Cómo han afectado las a las condiciones laborales?
Ana: En un mismo hotel puede haber fijos del hotel y gente que viene por una empresa. En nuestro caso, las que vienen por empresa tienen que hacer las mismas habitaciones que una fija, pero en menos horas. Si una fija tiene seis horas, ellas tienen cinco. No les dan comida y cobran menos
Maite: Ellas tienen el convenio de limpieza, y nosotras el de hostelería, entonces cobran muchísimo menos que nosotras.
Eulalia: Las externalizaciones empezaron en 2007. Empezaron por nosotras pero no nos tuvieron mucho en cuenta. Con la crisis se está extendiendo a otros trabajos de hostelería, y ahora todo el mundo lo comenta. Ahora que hemos salido a la palestra, nos interesa que se hable de las prejubilaciones, de la sobre carga de trabajo, etc. Yo ya tengo 53 años y muchas mujeres de mi edad empiezan a no poder seguir el ritmo de trabajo. Estas mujeres ven que tienen que elegir entre salud o trabajo. Eligen salud y se quedan en casa cobrando 426 euros.
Maite: Es vergonzoso que hayas estado trabajando veinte o treinta años, dejándote la salud para luego cobrar una miseria. Nos han exprimido al máximo para luego darnos la patada.
Los ayuntamientos, han tenido mucha culpa, porque no han puesto nada de su parte. Hace años salió una ley municipal por la que se prohibía cuatro camas por habitación. Mi jefe se enteró que otro empresario metió una cama grande, otra pequeña y una plegable, y lo hizo. Tres camas, cuatro personas. Hecha la ley, hecha la trampa. Pero el Ayuntamiento no se ha pasado para ver si esto se cumple. Además, la ley se hizo porque había quejas porque desde los hoteles se lanzaban cosas, pero no por nuestras condiciones de trabajo.
Anita: Las fijas ya no hacen temporadas de nueve meses como antes. A lo mejor hacer cinco o cuatro meses.
Maite: La reducción de temporadas nos supone que no nos cogemos los días de fiesta que nos tocan porque queremos aprovechar al máximo, que luego tienes que pasar todo el invierno.
Eulalia: Antes elegíamos trabajar festivo porque se pagaba más. Ahora cogen a eventuales para esos días, porque les pagan menos.
ID: Hemos leído que hay mujeres que por el dolor de espalda se tienen que pinchar para poder seguir trabajando
Anita: ¡Claro! Imagínate 23 o 26 habitaciones con camas bajas.
Ana: ¡Y pesan como un muerto!
Maite: Luego vas a la mutua y la culpa es tuya porque has hecho una mala postura, y no sabes trabajar. Luego el problema si hay un accidente laboral se lavan las manos. Que no me digan que es culpa mía cuando no podemos hacer las camas bien porque nos llegan por la rodilla. O cuando no podemos limpiar los cristales como se recomienda [flexionando las rodillas y con la espalda recta] porque así te haces dos, no más.
Ana: No tenemos espacio para mover la cama, así que no tienes más remedio que doblar la espalda. Yo les digo siempre que su teoría es muy buena, pero la práctica no.
Eulalia: Es muy típico que cuando estamos desayunando nos pidamos unas a otras algún antinflamatorio. Y luego están las bajas por depresión, que hay muchas. Es una profesión muy dura y muy mal pagada, de siempre. No entendemos como con lo que facturan nos tienen en estas condiciones.
Maite: El otro día estuvimos hablando, que podíamos esperar sentadas a que algún empresario o el gremio de hostelería viniera ver qué nos pasaba. No les importamos, para ellos somos las locas verduleras.
Ana: Si te quejas por algún cliente, no te hacen caso. Yo he ido a Dirección a quejarme de habitaciones muy sucias, por ejemplo una con escupitajos en el espejo, y no me han hecho caso. He optado por decirles a los clientes que lo limpien ellos (risas)
Maite: Si, pero hay clientes que te dicen que para eso estás tú. Y recepción no nos apoya en esto. En mi hotel tienes papeles para dejar constancia de que una habitación está muy mal. Se supone que luego, se les cobra un plus. Pero muchas veces yo voy a dirección para ver si se ha cobrado un exceso de limpieza y te dicen que no.
Ana: También nos acusan de ladronas.
Maite: ¡Eso es muy típico! Si no encuentran algo, no piensan que no lo han traído o lo han perdido, piensan que se lo hemos robado. Pero si algún cliente se mete contigo no te hacen ni caso. Algunos vienen borrachos, algunos te tocan, te molestan…incluso se ponen agresivos ¿Pero dónde se creen que están?
La otra es que con la presión para acabar las habitaciones, en algunas estás menos tiempo, y el cliente se queja a ti porque eres a la primera que ve y no le importa que no tengas tiempo para limpiar todas las habitaciones.
Apagamos la grabadora y continuamos conversando sobre la necesidad de que toda esta realidad se conozca. Les agradecemos habernos dado un espacio para conocerlas y a través de su testimonio conocer la forma en la que miles de mujeres trabajadoras sufren la precariedad que los partidos políticos del régimen y la patronal, con el beneplácito de las grandes centrales sindicales cargan sobre sus espaldas.