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Red Internacional
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UMSA: CARRERA DE DERECHO. ¿Qué quieren los trotskistas en la Universidad?

Cuestionamos los vacíos de espacios de discusión crítica en la Facultad, los planes de estudio y el cómo nos forman. Y porque estamos convencidos que las formas de participación universitaria actual, como la elección en urnas, no sólo que son insuficientes sino que están absolutamente degradadas por la manipulación y el fraude. Nos organizamos para transformar la universidad con lucha política y con un programa independiente del gobierno, de los partidos de derecha y de las camarillas docentes-estudiantiles.

Viernes 8 de junio de 2018

Durante todos los procesos políticos, y sobre todo los electorales se han esparcido cuestionamientos sobre los marxistas y sus objetivos para una Universidad. Vemos necesario dar una respuesta a las formas chicaneras y vulgares de cuestionar nuestra corriente estudiantil.

Sobre la academia

Pensamos que una educación verdadera y de calidad no se “logra” porque el docente sea “accesible” en las fechas o no pierda los exámenes (que en la mayoría de los casos son memorísticos), cuestiones básicas por cierto, o presente sus notas a tiempo. Estamos seguros que una educación crítica no implica “lograr” que el docente “venga a la hora” (que por lo menos sería un primer paso) y sin embargo presente cómo “cátedra” el leer los apuntes de años anteriores, o improvise su materia con chistes machistas, homófobos o xenófobos cuando su obligación pedagógica es estar actualizado y brindar pensamiento crítico en el aula. Y esa academia aún menos puede lograrse con cambios únicamente en la infraestructura, ¿sillas nuevas, pero no actualizan nuestra biblioteca en décadas? Todo esto lo denunciamos y exigimos, sin embargo, los consideramos insuficiente. Es por eso que nos planteamos un problema más importante: ¿profesionales al servicio de quién?

Luchamos por profesionales al servicio de los trabajadores y el pueblo pobre

Los profesionales tenemos que estar al servicio de quienes más lo necesitan: las y los trabajadores precarizados y el pueblo pobre. Esas miles y cientos de miles de personas que tiene dos o tres trabajos, y aun así, tras lograr economizar para sus necesidades básicas (comida, vivienda, educación para sus hijos, etc.), poco les sobra para darse el lujo de financiarse un juicio. Éste régimen universitario no pretende cuestionar cómo servimos a la sociedad, siendo que los únicos que pueden comprar nuestros servicios son empresarios y bancos.

Luchamos contra el acoso sexual y la violencia de género en las aulas

Denunciamos que nuestras compañeras se vean obligadas a ocultar sus denuncias de violencia de género, principalmente porque tanto las defensorías como la misma Fuerza Especial de Lucha Contra la Violencia (FELCV) les sugieren “abandonar la denuncia”. Porque “no van a lograr nada” contra el poder político de estos acosadores, misóginos, extorsionadores, quienes ya salieron impunes de denuncias anteriores por sus acuerdos (de camarilla) con las autoridades docentes, y quienes terminan acosando políticamente a las denunciantes para hacerlas ver “como las culpables”.

Para transformar la realidad, hay que entenderla

Según la Constitución Política del Estado (CPE), el Estado debe “garantizar a todas las personas el acceso” (art.5) a “la salud universal, gratuita” (art.18), la “educación gratuita” (art. 17), y el “trabajo digno” (art. 46), todos reconocidos como derechos fundamentales. ¿Para qué sirve ese reconocimiento formal a “todas las personas”, si los ricos son los pocos que pueden garantizar su acceso real a estos derechos? Los juristas justifican el no analizar este “pequeño detalle” (de la realidad) argumentando que ese análisis “no pertenece al ámbito jurídico” y más bien a la sociología.

Los empresarios y ricos, no sufren la precarización laboral (como la mayoría de la población) porque ellos son los dueños de las empresas, hospitales, etc., y al contrario, ellos son los que gobiernan y generan precarización. Atienden su salud y estudios en el extranjero, tiene la posibilidad de sostener cualquier juicio, y hasta en la cárcel obtener cuartos privados con TV Cable. ¿Para qué nos sirve el Derecho y las “reglas” constitucionales, si hasta Sánchez de Lozada y Sánchez Berzain fueron absueltos de los crímenes de Estado de Octubre del 2003?

La mayor parte de la población no accede a los servicios básicos fundamentales, por tanto el reconocimiento a sus derechos quedan en mera formalidad constitucional. La salud pública no es gratuita, (se tiene que pagar la atención, medicamentos, internación, etc.) porque es solo una minoría, no más del 30% de la población, la que puede aportar a las Cajas de Salud. ¿Qué prospecto de educación tenemos si del 87% de la población que asiste a educación primaria y secundaria, y solo un 25% accede a educación superior? Pero no sólo esto, el problema de fondo es que muchos niños y jóvenes que logran finalizar sus estudios primarios, secundarios incluso superiores salen sin entender lo que leen. Es decir, tenemos una educación que puede haber avanzado en términos cuantitativos pero no de calidad. Sumado a ello, de ser profesionales ¿qué espacio tenemos para ejercer, si el sistema naturalizó la corrupción?

Ante esta democracia degradada, luchamos por la ampliación de las libertades democráticas y la participación estudiantil

Porque está claro. El día de ir a las urnas, tanto un trabajador como un empresario y tanto una zapatera como un banquero son “Iguales ante la Ley”: una persona, un voto. Pero al día siguiente de la votación quien continua sosteniendo el poder de decisión de despedir, precarizar, acosar, e intimidar a los trabajadores y el pueblo, y (y estar seguros) de salir impunes, siguen siendo los mismos empresarios y bancos.¿Acaso hay cárcel para los empresarios cuando dejan en la calle a cientos de familias y los reprime con su policía?, ¿dejar en la calle a las familias no es un daño mayor que el tipo penal “lesiones graves” o “hurto”?, ¿sus ganancias valen más que nuestras vidas?

Esa es la democracia que defiende el Derecho. Cuestionamos también su academia que reduce al ámbito teórico las verdaderas libertades democráticas (la libertad de expresión, libertad de organización, derecho a la huelga, derecho al trabajo digno y derecho a denunciar la precarización laboral, ¡las 8 horas de trabajo!, entre otras), cuando todas estas fueron conquistas en la lucha de la clase trabajadora: banderas reales logradas con sangre, ante un Derecho y reglas constitucionales que las penalizaban y criminalizaban. El régimen democrático (burgués) sostenido por el Derecho transgrede constantemente contra éstas libertades. ¿Qué intereses defendemos cuando “hacemos cumplir” el derecho y las reglas constitucionales?, ¿profesionales al servicio de quién?

¿Qué programa político tenemos para la universidad?

El transformar la universidad, requiere analizar la complejidad política de la misma, y para ello, es indispensable la participación de todas y todos los estudiantes en las decisiones políticas de su transformación, y cómo marxistas, queremos discutir y debatir con todas las y los estudiantes en asambleas estudiantiles nuestro programa de lucha política:

1. Recuperar nuestro co-gobierno y la participación activa de las y los estudiantes en nuestros espacios políticos: nuestras Asambleas Estudiantiles. Donde las decisiones sean discutidas con control imperante del Cuerpo de Delegados (dos delegados por materia, elegidos y revocables en todo momento) que tengan la función política de defender una posición (discutida con sus compañeros de aulas) ante la asamblea, frente a los demás delegados y frente a los centro de estudiantes.

2. Con y por la Independencia Política, para defender la autonomía Universitaria. Combatir los mecanismos de control de las camarillas docentes-estudiantiles (el voto ponderado, los grupos de choque en asambleas, el autoritarismo docente, etc), organizados por la injerencia del gobierno y partidos patronales en la Universidad. Estos burócratas son enemigos de la Autonomía Universitaria. Un programa político de las bases, y para las bases, se debe discutir en Asamblea.

3. La autoridad cómo dirigente y representante se la gana en las luchas, no en las urnas. Rechazar el régimen prebendal y negociaciones políticas (financiamientos docentes). ¡Un programa político debe discutir ideas!

4. Contra el acoso sexual y la violencia de género en las aulas. La necesidad de políticas de emergencia contra la violencia machista, el acoso sexual, a la par de impulsar secretarias de género activas, está acompañada de la necesidad de combatir a quienes los dejan en impunidad: las camarillas docentes-estudiantiles.

5. Una Universidad con las luchas de los trabajadores y el pueblo pobre. Sabemos que para cambiar la Universidad de raíz, necesitamos cambiar de raíz la sociedad misma. Vemos como fin la necesidad de revolucionar esa sociedad, y reconocemos en la clase trabajadora el sujeto que puede llevar adelante una verdadera batalla contra la voracidad del sistema capitalista, su régimen opresor y explotador.

6. Defender el carácter ANTI-IMPERIALISTA de las universidades públicas establecidas en nuestros Estatutos e incumplida por todos los rectores y decanos.

7. Por una educación de calidad, científica, laica, no sexista, que responda a la realidad nacional y no al sistema de mercado. Contra la educación heteropatriarcal y sexista. Y por la reincorporación de materias como economía política, materialismo histórico etc., que se quitaron para quitarle el sentido crítico al estudiantado frente al sistema capitalista.

8. La lucha por el voto universal igualitario: un hombre, una mujer; un docente, un estudiante: un voto.

9. ¡No más presencia policial! Exigirle al Estado mayor presupuesto para educación y salud.

10. Luchamos contra la progresiva privatización de la universidad: contra el cobro de matrículas, de los aportes “voluntarios”, del cobro de los cursos de verano, etc. Control estudiantil de los recursos destinados para educación: control estudiantil sobre la DAF en Asambleas.