La Central Unitaria de Trabajadores (CUT) convocó para el viernes 30 de marzo una huelga general sanitaria ante la crisis desatada por la pandemia y el rol nefasto que tiene el gobierno de Piñera. La burocracia sindical de la CUT, donde el Partido Comunista tiene un rol dirigente importante con Bárbara Figueroa como presidenta, durante décadas ha convocado a paros y huelgas que no organiza, nuestra responsabilidad como revolucionarixs es potenciar la organización y la unidad de la clase trabajadora y el pueblo.
Martes 20 de abril de 2021
La central sindical hace unos días publicó por sus redes sociales el llamado a la Huelga General Sanitaria, que tiene como objetivo exigir el tercer plan de emergencia que le presenta al gobierno. Algunas demandas son el salario mínimo de $500.000, renta básica universal de emergencia para el 80% de la población, el congelamiento de los precios de alimentos e insumos básicos, entre otras. Pero nada dicen de fortalecer el sistema de salud pública unificando la red pública y privada, de terminar con el toque de queda, de poner fin a la impunidad de carabineros y milicos o de retomar las demandas de octubre.
Como bien lo sabemos, sin lucha no hay conquistas para el pueblo, e incluso un plan como el presentado por la CUT no se conquistará con los paros testimoniales y desorganizados a los que nos tiene acostumbradxs las dirigencias burocráticas en los sindicatos, que impiden que las y los trabajadores de base puedan decidir democráticamente cómo organizarse, cómo luchar, y con qué otros sectores coordinarse. Algo parecido a lo que ha pasado con las organizaciones de estudiantes universitarixs, con dirigencias del Frente Amplio y las Juventudes Comunistas.
Nosotrxs tomamos como ejemplo a las y los trabajadores del consultorio Antonio del Río de Puente Alto que hoy siguen en movilización contra la precarización de la salud pública con la campaña #NOSOMOSROBOT, o de las y los trabajadores técnicos y profesionales de Metro en Santiago que hace unas semanas se movilizaban por el reconocimiento de los acuerdos llegados con la empresa y contra los despidos. Y así durante este año ya de pandemia hemos visto distintas movilizaciones, aunque aisladas unas de otras.
El desafío es cómo podemos hacer de esta huelga general sanitaria un primer paso hacia la coordinación y organización de distintos sectores que ven la necesidad de organizarse para enfrentar al gobierno y a los empresarios que defienden. Desde el Partido de Trabajadores Revolucionarios (PTR) nos la jugaremos por impulsar la coordinación y el desarrollo de comités de huelga para definir un plan de lucha orientado para derrotar al gobierno y sus políticas empobrecedoras, así como también para desplazar a los burócratas sindicales que viven de estar apernados en los sindicatos y gremios a costa de sacrificar las demandas de las y los trabajadores.
El rol que podemos jugar les estudiantes de universidades, institutos y centros de formación técnica
En las últimas décadas el movimiento estudiantil chileno ha mostrado su potencialidad y fuerza, ejemplo de esto son la rebelión pingüina del 2006 y la lucha por la educación pública gratuita y de calidad iniciada el 2011. Asambleas, paros y tomas fueron los métodos utilizados y extendidos por distintos centros de educación superior. Incluso para la rebelión popular iniciada el 18 de octubre del 2019 fuimos testigos de cómo se movilizaban por primera vez estudiantes de distintas universidades privadas, con multitudinarias asambleas y acciones radicales como tomas, aún cuando eran amenazadxs por sus autoridades.
Uno de los organismos más importantes históricamente ha sido la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (FECH), que en la última década ha sido dirigida por distintas organizaciones que el 2017 formaron el Frente Amplio. Quienes tienen responsabilidad por el estadio actual de la (nula) organización de lxs estudiantes de esa U debido a dirigir burocráticamente desde los centros de estudiantes y la mesa de federación haciendo de las asambleas instancias de discusiones administrativas o movilizaciones cuyo fin era presionar (un poco) a las autoridades para que aceptaran sentarse a la “mesa de diálogo”, mientras las propuestas que recibíamos les estudiantes eran una y otra vez, año tras año míseras migajas.
Hoy estamos en otra situación. La rebelión, la crisis sanitaria, la crisis económica y las clases online posibilitan el retomar una forma de organización enterrada por las y los dirigentes de aquellos partidos comúnmente llamado amarillos. Dos generaciones, 2020 y 2021, que en muchos casos ni siquiera conocen sus facultades o sedes, que no han vivido las frustraciones con la dirección burocrática de las organizaciones tradicionales de estudiantes, con una rebelión histórica en el cuerpo y la experiencia de la enorme movilización en las calles.
Es por esto que les estudiantes de la educación superior debemos apoyar la lucha de las y los trabajadores que hoy se enfrentan al gobierno asesino de Piñera, buscar la máxima unidad en las luchas, discutir democráticamente en asambleas de cada facultad y sede las problemáticas propias y cómo enfrentar la crisis sanitaria. Aprovechar el llamado a huelga de la CUT para exigirles que la organicen, y que no sea un paro folklórico.
¡Solo con la unidad de trabajadores, estudiantes y el pueblo podremos hacer frente a la crisis!

Yuri Peña
Licenciado en Historia. Estudiante de pedagogía en la U de Chile. Militante de VENCER y del Partido de Trabajadores Revolucionarios