El 11 y 12 de febrero se realiza la Asamblea de Podemos (Vistalegre II) donde se decidirá la dirección y el futuro de la organización, en medio de una lucha interna feroz.
Jueves 9 de febrero de 2017
Podemos está inmerso en un proceso de “guerra civil” interno, en una lucha de fracciones con operaciones de prensa, acusaciones y campañas “sucias” en las redes sociales, maniobras y mucho, mucho fango. Prácticas habituales de la “vieja política” que están muy lejos de aquellas promesas de “cambio” que anunciaban los podemitas hace tres años. La Asamblea de Vistalegre II será un nuevo punto de inflexión, con resultados inciertos que dependerán de cuál de las principales corrientes en disputa (Iglesias o Errejón) salga derrotada.
Aquí algunas claves para entender qué pasa en Podemos, qué se vota y qué puede ocurrir este fin de semana en Vistalegre II.
¿Quiénes votan en el Congreso de Podemos?
Las votaciones se realizan on line, desde el 4 hasta el 11 de febrero a las 23:59. Pueden votar todos los inscriptos en Podemos, un total de 455.932. Como referencia, en 2016 la consulta para aprobar la alianza con IU para las elecciones del 26 de junio sumó un total de 144.569 votos emitidos, el 35% del total.
La asamblea presencial no vota nada importante, ya que las votaciones son telemáticas. Durante el encuentro de Vistalegre se escucharán intervenciones de las diferentes candidaturas (día 11) y se conocerán los resultados de la votación (día 12). Todo indica que en Vistalegre se vivirá un clima cargado de tensión y mal rollo.
¿Qué se vota?
Los inscriptos a Podemos votan los documentos de orientación política, de organización y la dirección del partido (Secretario General y Consejo ciudadano). Este organismo está integrado por 62 personas y es la máxima dirección, junto con el Secretario General (SG).
El Secretario General está puesto a votación, pero las listas opositoras a Pablo Iglesias no presentan candidato, para evitar la competencia con su figura. Iglesias respondió a esta maniobra: se presentó como candidato a SG y también como primer candidato al CC. Además, dice que si su lista y sus documentos no ganan renunciará a la dirección, forzando un “todo o nada” en las votaciones. Este modelo “plebiscitario” se impuso en Podemos desde Vistalegre I otorgando sumos poderes al Secretario General.
Los candidatos al CC se pueden votar de forma individual. El primer candidato seleccionado por un votante recibe 80 puntos, el siguiente 79, y así en más. Los que hayan recibido más puntos integrarán el Consejo Ciudadano.
¿Quiénes se presentan?
Hay tres listas principales: Equipo Pablo Iglesias-Podemos para todas, Equipo Íñigo Errejón-Recuperar la ilusión y Equipo Miguel Urban y Teresa Rodríguez-Podemos en Movimiento. Esta semana las encuestas de Eldiario.es y Publico.es muestran una situación de casi empate entre las corrientes de Iglesias y Errejon, y ubican a la lista de Anticapitalistas con un 8% de los votos.
¿Cuáles son las diferencias entre las principales listas?
Para Iñigo Errejón, se trata de profundizar algunos de los elementos de la “hipótesis Podemos”: un discurso transversal que desdibuja la antinomia izquierda/derecha y la moderación “institucionalista”. Propone un PSOE 2.0, profundizando el “giro al centro” y tomando como ejemplo la relación con el PSOE de Manuela Carmena en Madrid y Ada Colau en Barcelona, que gobiernan con apoyo de los socialistas. Por ello, el proyecto del “número dos” de Podemos, “Recuperar la ilusión”, destaca en su web la idea de que "Podemos debe ofrecer orden” y asegura que un “Podemos arrinconado en la izquierda y de protesta” solo beneficia al PP.
Pablo Iglesias ha llevado adelante un giro táctico tras haberse frustrado su proyecto de un “gobierno del cambio” con el PSOE. En este giro radican las principales diferencias entre su proyecto, “Podemos para todas” y el de su antiguo socio Errejón. Eegún sus palabras, se trata de “cavar trincheras en la sociedad civil” para fortalecerse en el flanco izquierdo del régimen y establecer mejores relaciones con los movimientos sociales. Mientras hace unos meses Iglesias aseguraba que “esa idiotez que decíamos cuando éramos de extrema izquierda de que las cosas se cambian en la calle y no en las instituciones, es mentira”, ahora participa en movilizaciones y llama a apoyar luchas de los trabajadores. Sin embargo, esto no significa que considere la movilización social y los métodos de la lucha de clases como una estrategia para un enfrentamiento abierto contra el régimen político. Lo que busca es consolidar a su formación, en alianza con Izquierda Unida –un matrimonio condenado por Errejón-, como una oposición dentro del régimen, para esperar a las próximas elecciones y volver a intentar un acuerdo con el PSOE para gobernar. Su modelo también son los Ayuntamientos de Madrid y Barcelona, es decir, sin trastocar el statu quo y postergando demandas sociales elementales.
En el caso de Anticapitalistas, que ha presentado el proyecto “Podemos en movimiento”, señalan críticas correctas a la actual dirección de Podemos y el modelo impuesto en Vistalegre I. Sin embargo, en su ubicación como el ala “sensata” que busca recuperar los orígenes del proyecto, no hay un balance hasta el final de la crisis de “la hipótesis Podemos” ni una ruptura con su estrategia reformista. Para los “anticapis”, la movilización y el desarrollo de los movimientos sociales como “contrapoderes”, son vías para presionar hacia una transformación social gradualista desde las posiciones institucionales conquistadas.
En este marco, de conjunto las propuestas que se enfrentarán en Vistalegre II coinciden con matices en la defensa de una estrategia política gradualista.
¿Qué pasa el día después de Vistalegre?
Esta es una gran incógnita, y dependerá del resultado de las votaciones. Pablo Iglesias dijo que, si su lista no es la más votada, renunciará a la Secretaría General. Una derrota de Errejón puede abrir una “purga” de sus seguidores en Podemos. Anticapitalistas puede jugar un papel de “desempate” en futuras negociaciones. Nada está claro todavía, pero lo que es seguro es que después de Vistalegre II las heridas seguirán abiertas en Podemos.