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Red Internacional
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POLITICA. ¿Qué significa la entrevista de Bachelet?

La presidenta Bachelet concedió una entrevista a La Tercera a pocos meses de terminar su mando. Se refirió a la contingencia. Se refirió a su legado. Pero en realidad la vista no está puesta aquí, sino en las próximas elecciones, admitiéndonos otras cosas que las dichas.

Lunes 9 de octubre de 2017

Se refirió a la contingencia. Negó que Aleuy le haya pedido la renuncia. Hizo una declaración fuerte: no calificó como “terrorista” la lucha mapuche, a diferencia del bombazo en el Metro.

Reivindicó las reformas de su Gobierno, diciendo que “antes teníamos la imagen de que Chile era la Virgen María, hoy nos damos cuenta de que tenemos cosas extraordinarias, pero también situaciones que se han debido enfrentar y corregir”. Y detalló: “hemos podido dejar en el país una serie de avances sociales. Por ejemplo, que en Chile vaya a haber gratuidad en la educación es algo que me deja muy satisfecha, al igual que el hecho de que hayamos avanzado en la despenalización de la interrupción del embarazo en tres causales, o el que hayamos avanzado en descentralización con los gobernadores regionales, que hayamos enviado el proyecto de matrimonio igualitario o el que hayamos avanzado en medioambiente y que hayamos cambiado el sistema binominal. Creo que hemos hecho muchas cosas”.

Sobre las encuestas afirmó que “siempre he percibido un apoyo más allá de lo que se leía en los sondeos”.

Pero el corazón de la entrevista estaba en otro lado: las elecciones.

Ante la proliferación de candidaturas no derechistas como las de Piñera y J.A. Kast, para tender un puente, declaró que “Siempre me he sentido de izquierda”. Pero no se quedó allí, el periodista afirmó que “después del de Allende, este debe ser el gobierno más de izquierda de los últimos 50 años”, y en vez de rechazar la afirmación, conectó con ella: “lo que uno desde la izquierda ha aprendido es que los valores, los principios, las convicciones pueden ser los mismos, pero la forma de hacer las cosas pueden cambiar. Lo que en los años 60 parecía la única forma, hoy no”.

También habló, como ningún presidente en estos años, contra el neoliberalismo: “Ha costado que cambie esta cultura que yo ligo a los modelos neoliberales y que dice que el Estado tiene que ser un Estado pequeño”.

Rayó una cancha. Intervino así en el difícil debate sobre los apoyos cruzados para la segunda vuelta. Apeló al sentimiento de izquierda de la mayoría de los votantes que dividirán sus votos entre muchos candidatos.

Y dio otro pasó. Confrontó de nuevo directamente con el candidato Piñera: “hemos hecho mucho más que Piñera en cada una de las áreas”. Ante la posibilidad de que vuelva a La Moneda dijo que “esperaría de cualquier gobierno que entienda que aquí la gente ha avanzado en derechos y que no se debieran restringir esos derechos”.

¿Qué significa todo esto? Además de que tiene más sentido político del que sus pares le atribuyen machistamente, que la debilidad de las candidaturas de Guillier y Goic, del pacto de centroizquierda gobernante dividido y lo más probable definitivamente terminado, requiriendo una transfusión de sangre de la actual mandataria.