Muchas mujeres migrantes eligen nuestro país. Solas, con sus hijos, con su compañero, de cualquier manera es comenzar una nueva vida en un lugar desconocido con otra cultura, otro idioma, otro clima, otros olores.
Martes 14 de abril de 2020 20:08
Las mujeres trabajadoras y sobretodo las que nos ocupamos de las tareas domésticas, somos explotadas y oprimidas en todos los países del mundo. En búsqueda de mejores condiciones de vida hay mujeres que deciden moverse de un país a otro emprendiendo verdaderas travesías en pos de llegar al destino elegido.
Son mujeres migrantes, "las bolivianas, las peruanas, las paraguayas" y cuantas maneras más de referirnos a ellas que denotan desde el inicio una forma de discriminarlas, una forma de no nombrarlas.
Más allá del desarraigo que padecen la mayoría de ellas por estar lejos de su familia, de sus amigos o de su tierra natal cuya consecuencias se manifiestan en depresión, angustia o ansiedad no pueden evitar sumergirse en condiciones de vida muy precarias tanto en términos habitacionales como económicos.
Por las condiciones en que se encuentran al llegar al país (indocumentadas, con permisos transitorios o sin permiso) los trabajos que consiguen con mayor rapidez son los de empleadas domésticas y cuidadoras de niños o adultos. En esta nota nos vamos a referir a las empleadas de casas particulares por ser uno de los rubros más postergados.
"La chica que limpia, la sirvienta, la señora que trabaja en casa"
El trabajo doméstico dentro y fuera del hogar lo realizan mayoritariamente las mujeres. Según un informe de migraciones el 40 % son mujeres migrantes.
Si las empleadas del hogar se encuentran en situaciones de precariedad ni hablar de las mujeres migrantes que son colocadas en situación de "ciudadanía de segundo orden" donde las dificultades para resolver su situación administrativa son peores y donde tienen que lidiar con las difíciles políticas sociales, económicas y culturales que, casi siempre, las excluyen.
Cómo describí en la nota anterior el trato hacía las empleadas domésticas es diferente según su color de piel, pelo y nacionalidad. Por eso, para sus patrones y jefes "las bolivianas" se merecen cámaras de vigilancia, control de horarios, remuneraciones bajas y hasta la ausencia de saludos.
Me tratan como de la familia...
El buen trato se da en contadas excepciones. Las diferentes formas de trato están ligadas a lo que la empleadora decida en relación a su empleada. El estado de vulnerabilidad en que se encuentran las compañeras migrantes (desarraigo, abusos y precariedad) ese "buen trato" puede llegar a ser tomado con gratitud, en la mayoría de los casos eso conduce a múltiples abusos de parte de las "patronas" que ven en esa gratitud un espacio más para seguir explotándolas.
Algunos testimonios de trabajadoras domésticas de barrio Nuestro Hogar III y Villa El Libertador, así lo muestran. A esta situación se suma el alto nivel de informalidad que hace que, en momentos como estos se encuentren, en su mayoría, sin trabajo.
"Entro a las 8 hasta las 17 pero hay días que me quedo hasta las 18 hasta que llega el señor...Me pagan poco y estoy en negro, les pedí que me paguen más pero la señora dice que no puede...
Ahora con esto de no poder salir no estoy trabajando, tenía unos pesos pero ya me estoy quedando sin nada". (Petrona)
"Mamá nunca quiso que trabaje en el servicio doméstico pero cuando murió no me quedó otra, lavé, planché, hice comidas...pero cuando una quiere superarse se va haciendo de a poquito". (Melisa)
"Hago limpieza en casa de familia, ahora estoy esperando que me llamen. Por la cuarentena no me llaman, estoy con unos pesitos que tenía para emergencias pero ya me queda poco, acá en el barrio estamos desamparados, no tenemos ninguna ayuda".(Agustina)
Y si faltaba algo...
Las condiciones de vulnerabilidad económicas, sociales y jurídicas hacen que las mujeres migrantes estén más expuestas a diferentes riesgos que se entrelazan directamente con la violencia de género.
"El señor que me contrató me ofreció más dinero si me quedaba con él...."
"El abuelo que cuidaba me miraba mal..."
"El hijo de la señora se mete en mí habitación sin permiso..."
El racismo, la xenofobia, las diferencias de clase, las políticas públicas excluyentes y discriminatorias las dejan en una alta indefensión ante sus agresores.
"Nuestro mayor miedo es de perder el trabajo por eso muchas veces no nos quejamos y aguantamos".
Es el mismo miedo que sentimos todas, lo que nos diferencia de las compañeras migrantes es que ellas están solas en un país que las discrimina y las persigue.
La situación no cambió bajo ningún gobierno, durante los 12 años del kirchnerismo el trabajo precario aumentó considerablemente, tanto el peronismo como Cambiemos no se ocuparon de la situación de las y los trabajadores en la informalidad.
Los niveles de desprotección se expresan no solo a nivel laboral en el servicio doméstico sino también en las políticas públicas: la falta de derechos, el difícil acceso a los servicios básicos que sin ninguna duda los ubica en una situación de precariedad de difícil resolución.
Durante la cuarentena obligatoria millones de mujeres se quedaron sin el sustento diario, fueron despedidas y en algunos casos no les completaron el pago de su salario.
¿Alguien puede imaginarse o al menos ponerse en el lugar de esas mujeres que por el aislamiento preventivo no pueden trabajar y en consecuencia no tienen dinero para lo básico que es comer?
Podemos pensar que pasa si esas mujeres tienen niños a cargo?
Podemos pensar que no tienen salida por el hecho de ser indocumentadas quedan afuera de cualquier ayuda proveniente del Estado.
Podés leer: Ingreso Familiar de Emergencia: ¿qué pasa con les trabajadores migrantes?
Podés leer: Ingreso Familiar de Emergencia: ¿qué pasa con les trabajadores migrantes?
Nicolas del Caño, diputado nacional del PTS - Frente de Izquierda, propone un salario de 30.000 pesos para todos los trabajadores que tengan que cumplir con el aislamiento obligatorio y estén dentro de la informalidad cómo así también la prohibición de despidos y cualquier cambio de las condiciones de trabajo ya sean suspensiones o rebajas salariales mientras dure el aislamiento preventivo contra el COVID19.
Te puede interesar: Imprescindibles medidas de autodefensa de la clase trabajadora
Te puede interesar: Imprescindibles medidas de autodefensa de la clase trabajadora
Desde La Izquierda Diario podemos dar voz a los que no tienen y hacer visible cada una de las situaciones dónde la explotación y la opresión a los trabajadores pasan de manera silenciosa.