Contra todo pronóstico, en Acumar el paro fue casi total. El 24/2 la movilización de cientos se unió a las decenas de miles en las calles en contra de los despidos, el ajuste y el protocolo de Macri. Entre los trabajadores contratados surgió un activismo que comienza a luchar contra los despidos de manera decidida.
Jueves 10 de marzo de 2016
El resultado del paro del 24 de febrero fue, ni más ni menos, que la extensión por 90 días de los contratos de los casi 500 trabajadores precarizados de la ACUMAR, quienes iban a quedar en la calle por el DNU que daba de baja los convenios con las universidades. Una vez dado este primer paso, comenzó la ya inminente designación de autoridades en el organismo tripartito, compuesto por integrantes de Nación, Provincia de Buenos Aires y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, que solicitaron inmediatamente la presentación de documentación a los contratados, quienes fueron notificados en diferentes reuniones que las tareas consideradas asistencialistas que se realizaban por el organismo hasta la fecha quedaban indefinidamente suspendidas. Varios activistas definieron la política de la nueva gestión como una “añoquización” que se sostendrá por 90 días para luego dar paso a los despidos. Decenas de compañeros permanecieron esta semana “en vereda” –literalmente, ya que su lugar de trabajo son las Unidades Sanitarias Móviles, que están paradas por decisión de las nuevas autoridades– a la espera de la firma del contrato pero se presume que habrá pocas tareas o ninguna.
Si ACUMAR en vez de evaluar y definir políticas que terminen con la contaminación y sus consecuencias en la salud de la población, las gestiones ponen parches, lo utilizan política o económicamente para sus intereses, hacen la vista gorda con las multinacionales, etc. los trabajadores no tenemos la culpa pero si nos tiene que importar.
Sin embargo, conviene ante todo reflexionar porqué contra todo pronóstico en Acumar el paro fue prácticamente total y se movilizaron cientos de compañeros que se unieron a las decenas de miles en las calles contra los despidos, el ajuste y el protocolo de Macri.
Crónica de un Paro solo anunciado
Cuando cada uno de nosotros concurrió a la Asamblea del jueves 18/2 nadie imaginaba que en una dependencia que jamás había parado, dividida en dos gremios y muchos no afiliados, mitad efectivos –buena parte profesionales– y mitad contratados, que casi no se conocían entre sí, hubiera un paro total. Era la primera Asamblea de efectivos y contratados de ATE, con más de 250 compañeros, seguramente la más grande de su historia. Fue una Asamblea que con el entusiasmo y el ruidazo al concluir, el cruce inesperado del Presidente entre los bombos y cantos, influyó en la decisión de este último de renunciar al día siguiente, como nos comentaron jefes y compañeros que lo escucharon referirse al “jueves de los bombos”. A esta Asamblea vinieron miembros de ATE Nacional (Verde), Capital (Verde y Blanca) sumado a la Junta Interna (Verde) que hablaron de la unidad y la lucha pero no decían cómo lograrlo. En Acumar cuando la misma asamblea denotaba la poca presencia de compañeros de planta, claves para la defensa de los contratados, faltaban 4 días hábiles para el paro y el 29/2 quedaban en la calle, desde la Marrón Clasista planteamos la perspectiva de una lucha en serio: para eso propusimos la formación de una comisión de activistas de efectivos y contratados para fortalecer la unidad, la lucha y su difusión. Un primer objetivo era entonces lograr el paro total, propusimos hacer un volante que cuente a nuestros compañeros de que se trata el trabajo que realizan los contratados (directamente en los sectores más vulnerables de la Cuenca por lo que no son conocidos por los trabajadores efectivos) y las razones que teníamos para parar, qué relación podía haber entre el despido de los contratados y la situación tanto de los efectivos como de todo Acumar, recorriendo todos los sectores, la propuestas fueron apoyadas por la mayoría.
La Junta Interna elegida entre poco más de cien trabajadores efectivos, en un momento muy distinto, cuando nadie pensaba que iba a ganar un gobierno del ajuste y el achique del Estado, es insuficiente –hasta para la más combativa y democrática– para llevar a cabo todas las tareas que requiere una lucha en serio dificil, pero no imposible. Nadie mejor que los que están afectados y los más interesados en luchar para fortalecer la perspectiva de la lucha. Aunque lamentablemente la Junta no lo entendió así, sí los casi treinta compañeros (hoy son más) que se anotaron en la Comisión de activistas que al día siguiente y en un solo día, con la participación de unos 15 compañeros, armó el volante votado y hasta juntó el dinero–en 15 minutos el lunes temprano– para hacer cientos de volantes más. La Junta que lo apoyó definió pagar solo 250 que casi no cubría a los afiliados. El activismo mostraba así la decisión de llegar a todos los sectores de ACUMAR y consciente del poco tiempo que había para lograr la adhesión al paro, el mismo lunes comenzó a recorrer los sectores. En las Asamblea del lunes 22 hubo lugar también para peleas democráticas que dieron varios activistas también evidenciaban que nos preparamos para una lucha en serio: el respecto a las resoluciones votadas en Asamblea y contra el maltrato. El lunes también apareció la nota en La Nación que por primera vez en la historia hablaba de 1.000 empleados de ACUMAR y mencionaba la resolución de la Corte Suprema, que ordena fortalecer las condiciones sanitarias, de vivienda y cloacales, algo que las autoridades parecen no recordar.
El martes 23 la Junta Interna se puso a la cabeza junto con integrantes de la Comisión se recorrió la gran mayoría de sectores y todas las sedes de ACUMAR. La simpatía que existió inmediatamente entre efectivos y contratados, daba cuenta de la comprensión de que el plan de achique del Estado es para todos, que las peleas y renuncias de las autoridades no es en pos del bienestar de los habitantes de la Cuenca, se fue reflejando en discusiones en todos los sectores que resolvían parar, en la preocupación de los jefes que tomaban medidas de contingencia ante la presunción de una gran adhesión al paro en ACUMAR…y hasta UPCN tuvo que dar libertad de acción a sus afiliados. Con la adhesión al paro, solo faltaba que la columna de ACUMAR que iba a marchar junto a sus compañeros estatales fuera entusiasta y de lucha, nuevamente fue la Comisión de activistas de efectivos y contratados la que preparó decenas de carteles, dibujos, cantos y hasta una bandera con la consigna: 500 precarizados…en Acumar todos a planta.
La jornada del 24/2 con decenas de miles de estatales a los que se sumaron otros gremios comenzó desde primera hora de la mañana con una manifestación encabezada por la Marrón clasista diciendo –y en los hechos logrando que no se aplique– NO al protocolo antiprotesta de Macri. La alegría que teníamos los trabajadores de ACUMAR ese día era inmensa también porque sentíamos que no estamos solos y que nuestros compañeros estatales salieron a las calles para decirle NO a Macri, de otra manera sí que sería muy difícil.
Podemos sintetizar este primer round como un triunfo parcial ya que logramos varias cosas. En primer lugar, la recontratación por tres meses y casi tan importante como lo anterior, logramos unir a efectivos y contratados, afiliados a los dos gremios o no afiliados por primera vez, un paro histórico. También peleas democráticas claves para la lucha. Como dijimos en la Asamblea del 18/2 la unidad no viene de arriba y tenemos que forjarla todos los días. En solo cuatro días, mostramos que con la fuerza, la inteligencia y creatividad de los trabajadores podemos influir en el curso de nuestro propio destino. Su rol destacado fue reivindicado abiertamente por varias intervenciones en la Asamblea del día siguiente al paro. En la Asamblea del 25/2, todos coincidimos en que quedó demostrado que existen las fuerzas para luchar por la efectivización y contra el achique del Estado.
Y ahora, ¿qué sigue?
En la Asamblea del viernes 26/2, podríamos decir el día 1 del segundo round, faltaron muchos compañeros de la Comisión de activistas. En cambio, Ate Nacional y la Junta Interna llamaron a votar en contra de un boletín de difusión y una nueva asamblea propuesta para una semana después, tampoco sacaron el comunicado votado en la Asamblea del 25/2 que quisieron dejar en sus manos en contra del borrador que presentamos desde la Marrón, y en consulta con algunos activistas, que daba cuenta del parazo histórico que logramos en ACUMAR, la movilización, la recontratación…De todo esto, nadie se enteró.
En un período de lucha en lugar de incorporar a la Comisión a reuniones de la Junta Interna ampliada, la Verde y Blanca parece querer usarla como base de maniobra para sus disputas con la Junta Interna que a su vez ubica a la Comisión de activistas como una competencia a su poder: ambos, como dijeron varias activistas que estuvieron presentes en la asamblea del 26, mandaron a la Comisión a su casa…
Pasamos a un segundo round, seguir forjando la unidad en ACUMAR y la difusión del conflicto es vital para una lucha seria. Con boletines de difusión, ampliando la Comisión, impulsando un movimiento con todos aquellos –afiliados o no afiliados, efectivos o contratados– que quieran aportar a la lucha contra los despidos y por la efectivización son vías para abonar la unidad y mantenernos unidos, coordinar con otros compañeros estatales. También tenemos que seguir dando a conocer la situación de la lucha por la efectivización en ACUMAR, enfrentar la política de “añoquización” del macrismo con una alternativa desde los trabajadores fundada demostrando la necesidad de todos los compañeros para el correcto funcionamiento de ACUMAR; llegar a los medios como lo hicimos durante la lucha hacia el paro del 24/2. Son poco menos de tres meses que tenemos de tiempo, fecha que finalizan las nuevas contrataciones, es mucho más que cuatro días si la perspectiva es correcta. Es preciso una nueva Asamblea para definir los nuevos pasos a dar, la exigencia de un nuevo paro y un plan de lucha de todos los estatales hasta frenar los despidos y por la efectivización.
Mientras desde la Marrón nos preparamos –e invitamos a participar del plenario abierto, sábado 12 en el Bauen– como en ACUMAR, donde en pocos días vimos que se necesita lucha, organización y dirección: una dirección de los trabajadores dispuestos a luchar en serio.
Agrupación Marrón Clasista (Acumar)