Educación superior. ¿Qué sucede en la Universidad Autónoma de Sinaloa? (Parte I)

Derivado de un proceso legal en su contra por el presunto delito de ejercicio indebido de la función pública a razón de compras en tortillas y totopos que ascienden a 45 millones de pesos, así como una acusación formal en su contra por el supuesto delito de abuso de autoridad, Jesús Madueña Molina fue destituido temporalmente como rector de la Universidad Autónoma de Sinaloa el 17 de octubre.

La medida fue dictada por un Juez a razón de destrabar la obstrucción de investigaciones en curso. La acusación de abuso de autoridad procede de la presunta negativa del ahora exrector para permitir que la Auditoría Superior del Estado revisara documentos clave que permitieran esclarecer una serie de anomalías financieras de la universidad.

La situación es compleja; no es solo la demanda por las compras mencionadas la que pesa sobre el exfuncionario universitario. Son 10 demandas las que han sido realizadas contra el exrector de la UAS, según ha informado la Unidad de Inteligencia Patrimonial y Económica Especializada (UIPE).

En algunos de los procesos también es acusado pero el presunto delito de ejercicio irregular de la función pública Héctor Melesio Cuén Díaz, hijo del cacique universitario Héctor Melesio Cuén Ojeda, quien controla a la UAS desde hace casi 20 años y quien, según ha sido manifestado por trabajadores y estudiantes universitarios, fue el encargado de la designación de Jesús Madueña como rector en mayo de 2021.

El hijo del cacique fungía como director de Bienes e Inventarios de la UAS desde junio de 2021 y renunció a dicho puesto en mayo del presente año, después de que múltiples investigaciones periodísticas fueran publicadas por el diario Noroeste, Revista Espejo y la revista Contralínea y que daban cuenta de un escandaloso desfalco a las cuentas de la mencionada Casa de Estudios.

Además de las tortillas y totopos, hay anomalías por 3.5 mil millones de pesos en impuestos que la universidad descontó de la nómina a trabajadores y que no pagó al Sistema de Administración Tributaria (SAT); 68 millones de pesos en la compra de carne y pollo; 56.8 millones de pesos en la compra de pantalones Levis y lonas, adquiridos a sobreprecio; 526 millones de pesos en diversas compras que la UAS ha hecho a proveedores vinculados a la familia Cuén Díaz y funcionarios universitarios; y más de 80 millones de pesos invertidos en publicidad y bots para, por un lado, difundir una “buena imagen de la universidad” y, por otro, desatar una guerra sucia contra adversarios políticos y periodistas que han evidenciado los desvíos de recursos en cuestión. Eso, hasta donde se sabe.

Supuesta persecución política contra Jesús Madueña y Melesio Cuén Jr

En el contexto de la destitución de Madueña, la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES), la Confederación Nacional de Trabajadores Universitarios (CONTU) y la Unión de Universidades de América Latina y el Caribe (UDUALC) manifestaron su apoyo al susodicho y a “la comunidad universitaria” frente a lo que califican como una “persecución política” orquestada por el gobernador morenista de Sinaloa, Rubén Rocha Moya ─quien también es exrector de la UAS- y una “violentación” a la autonomía universitaria.

Esto último parte del argumento de que supuestamente las finanzas universitarias no pueden ser auditadas por la Auditoría Superior del Estado, sino de la Federación, y de que la única instancia facultada para destituir al rector es el Consejo Universitario.

Precisamente, la semana pasada se llevó a cabo el proceso de elección de Consejeros Universitarios y Técnicos en la UAS. Durante la contienda fueron denunciadas todo tipo de arbitrariedades; desde irregularidades en la instalación de casillas y en el padrón de votantes (en cuanto a docentes), hasta amenazas y bloqueos contra planillas democráticas integradas por universitarios que han denunciado la corrupción en la universidad por parte de funcionarios ligados al cacicazgo cuenista. Desde que Cuén padre fue rector (2005-2009), a la fecha, controla al Consejo Universitario mediante clientelismo, triquiñuelas legales y garrote en mano.

Al respecto una destacada figura de la lucha estudiantil y sindical de la UAS como Liberato Terán Olguín, en su libro “La Utopía Corrompida” (2009), dijo lo siguiente: “Nunca en la historia de la UAS se había perseguido a los adversarios políticos con la saña y la burla con la que lo ha hecho la administración de Cuén… En este rectorado se ha impuesto la intolerancia y se han cancelado la crítica y la libertad de expresión… Cuén ha gastado millones de pesos en propalar una visión irreal de la UAS y ha montado una visión maniquea y oropelesca de su gestión” (Pp. 108-109).

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Los años que han venido en la UAS han sido peores. En 2012 Cuén, utilizando a la comunidad universitaria, logró registrar al Partido Sinaloense (PAS), un instituto político de extrema derecha que él dirige con puño de hierro y mediante el cual impulsó en el Congreso Local la reforma educativa peñanietista del 2013 (su colaboración con Claudio X. González puede ser consultada aquí), así como el bloqueo de causas democráticas como el matrimonio igualitario y el derecho al aborto, y ha cabildeado una y otra vez con el PRI, el PAN, el PRD, el PT, el Morena y demás partidos del régimen, acuerdos que le permitan prolongar su control sobre la UAS.

La violencia institucional y física en contra de trabajadores universitarios y estudiantes ha ido escalando cada vez más. Hay casos gravísimos como el del profesor Inocencio Castillo de la preparatoria Mazatlán.

Él padeció un cáncer de garganta que se complicó en medio de una serie de agresiones institucionales de las autoridades cuenistas las cuales, por no ser afín al PAS, le negaron prestaciones laborales y el pago derivado de laudos que él había ganado. La desesperación a la que llegó el profesor fue tal que en junio de 2021 se encadenó a unas vallas a las afueras del Palacio Nacional con una lona que decía “Morena Sinaloa Protege Caciques de la UAS” y “Los Caciques del PAS siguen asesinando maestros de la UAS”.

También hay casos de intentos de asesinato contra estudiantes, así como golpizas a trabajadores y persecución política que han llevado a huir del estado a universitarios que han denunciado lo que sucede.

En la mañanera del día en que el profesor se manifestó en Palacio Nacional AMLO hizo una vaga alusión contra cacicazgos universitarios, sin mencionar específicamente a Cuén Ojeda.

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Las acusaciones contra el Morena Sinaloa eran lanzadas a razón de que en ese entonces el partido oficial fue en alianza con el PAS para contender por la gubernatura de Sinaloa, la cual ganaron. El presidente guardó silencio convenientemente. Tiempo después vendrían rencillas políticas y personales entre Melesio Cuén padre y el gobernador Rocha Moya y de ahí el cisma y la supuesta persecución política de la que se dicen víctimas el hijo del cacique y las autoridades universitarias por parte del titular del ejecutivo sinaloense. Los persecutores ahora se dicen perseguidos.

Por su parte quienes dirigen el Sindicato Único de Trabajadores de la UAS (SUNTUAS) secciones académico y administrativo (el cual está incorporado a la CONTU) no solo guardan silencio frente a los atropellos laborales y la violencia ejercida contra trabajadores, sino que participan activamente del proyecto pasista ─agresiones a adversarios políticos de por medio- y dejan pasar recortes a derechos laborales sin respingar en lo absoluto.

No es de sorprender: José Carlos Aceves Tamayo, secretario de la sección académicos, también es titular del Instituto de Educación y Capacitación Política del PAS. Sus intereses están con “el proyecto externo” del Maestro Cuén ─eufemismo que usan los cuenistas para referirse al activismo político pasista-, no con la defensa de trabajadores universitarios. ¿Esto es del conocimiento de la ANUIES, la CONTU y la UDUALC? Por supuesto que sí, pero no dicen nada, porque los intereses de sus cúpulas burocráticas no están de lado de los trabajadores ni estudiantes.

Y es que cacicazgo de Cuén en Sinaloa opera cínicamente: el PAS presume tener más de 60 programas sociales entre los que destaca el PASalud, el cual brinda atención médica, odontológica, psicológica, veterinaria e incluso legal a población vulnerable en todas las regiones de Sinaloa.

Eso lo hacen con el trabajo que brindan prestadores de servicio social de la universidad, estudiantes en proceso de titulación o gente que tiene la ilusión de obtener un trabajo estable en la UAS. Para esto último se les requiere, además, que sus familias participen de esas actividades. La maquinaria clientelar es vastísima. Llevan desde el 2012 haciendo esto sin tapujos, a cielo abierto. Para movilizar esas gigantescas jornadas utilizan los recursos de la UAS. Todo mundo en Sinaloa que posea la más elemental consciencia política sabe que esto sucede, todo mundo sabe lo que hacen. Aunque los académicos e intelectuales de la UAS afines al PAS pretendan negarlo.

Sobre los recursos que la familia Cuén Díaz está utilizando para defenderse legalmente; las movilizaciones universitarias para generar presión política que derive en impunidad para integrantes del cacicazgo en cuestión; y si lxs trabajadores y estudiantes de la UAS deben confiar en la Fiscalía del Estado, en diputados locales y en el gobierno estatal morenista de Rubén Rocha Moya para que democraticen "por arriba" a la universidad, hablaremos en otras dos entregas.