Nos encontramos a semanas del plebiscito, en distintos medios hemos visto el debate de las listas en torno a las elecciones del próximo año y ya se siente la discusión en torno a la constituyente. Sectores del Frente Amplio y el Partido Comunista han llamado a la llamada “unidad de la oposición”, utilizada siempre como un botón de emergencia para “salvarnos” contra la derecha y que ha demostrado siempre, que esa unidad no conoce de valores, ni moral. ¿Qué unidad es la que necesitamos?

Elizabeth Fernández Profesora
Jueves 1ro de octubre de 2020
El 15 de Noviembre fue un día histórico en Chile, el acuerdo por la paz y nueva constitución no dejó indiferente a nadie. Y es que, para algunos fue un dia feliz, especialmente para los partidos de estos 30 años, tanto la derecha como la Ex-Concertación, ya que, con ese acuerdo apaciguaba aguas, de rabia y descontento que explotaron el 18 de Octubre a lo largo de todo el país, con la consigna “no son 30 pesos, son 30 años”, y es que el Chile de la desigualdad abismal quedaba completamente al descubierto. Este pacto fue la respuesta a la movilización más importante que se ha dado en Chile desde la Dictadura, esta se dio el 12 de Noviembre, ese día Piñera y su gobierno se encontró realmente sobre las cuerdas, luego de que sectores estratégicos de la clase trabajadora como los portuarios, sectores mineros en unidad con sectores de trabajadores públicos, poblaciones y la juventud, se hicieron parte del llamado a huelga de la CUT. El pacto del 15 de Noviembre vino a salvar el gobierno de Piñera, y garantizar su impunidad criminal, debido a que es el directo responsable de las cientos de mutilaciones oculares, decenas de asesinatos y violaciones a los DD.HH.
Ad portas de un plebiscito este mes de Octubre, donde somos cientos de miles quienes queremos acabar con la constitución de Pinochet, además de la herencia de la dictadura, este sentimiento los políticos de este régimen político lo han utilizado para hacernos creer que esto se logrará por medio del inicio de este proceso constituyente. Cuando la realidad es que quieren un proceso lo más moderado y controlado posible, para que así tanto la convención como la constitución sea a su mejor medida, para seguir protegiendo sus millonarias ganancias que han amasado a costa de saqueo estos últimos 30 años.
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Todo estos aspectos, propios de la coyuntura actual y parte de los balances de los últimos acontecimientos ocurridos en el país, abren discusiones políticas y de estrategias de cómo el conquistar nuestras demandas y con la unidad entre quienes .Mientras algunos pregonan la unidad, en función de un “bien mayor”, con los partidos tradicionales que han gobernado estos últimos 30 años, desde la Democracia Cristiana hasta el Partido Comunista que siendo parte de la Nueva Mayoría en el segundo gobierno de Bachelet, también tiene su cuota de responsabilidad en estos 30 años, aunque intente ocultarlo. La verdad es que la estrategia de la unidad de la oposición ya ha mostrado su fracaso, además de ser esta, la peor oposición de la historia, unidos con la derecha por medio del pacto del terror del 15 de Noviembre, van a pies juntos defendiendo los intereses de los empresarios.
Incluso,desde algunos sectores que antes eran reacios a este objetivo, como el Frente Amplio, han surgido voces que están impulsando que existan pactos entre ese bloque y la ex Nueva Mayoría, incluso dejando abierta la posibilidad de que se dé un gobierno de “unidad”, pensando en las próximas elecciones.
Hay un viejo dicho que habla que los amigos se conocen en la desgracia, y así fue, estas organizaciones, es decir, la ex concertación, junto con sectores del Frente amplio como Revolución Democrática, en el momento de mayor crisis social decidieron unirse tras el pacto de noviembre del 2019, después aprobaron en común la ley anti protesta que criminaliza al pueblo trabajador, entre disculpas y videos patéticos que no cambiaron nada, y en medio de la pandemia, no encontraron otra cosa mejor que hacer que aprobar la ley de suspensiones, de la cual se hizo parte también el Partido Comunista, con la que se permitió el despido de miles de trabajadores y el hambre de millones de familias. Además de que tanto el Partido Comunista como el Frente Amplio abandonaron la pelea por una verdadera asamblea constituyente.
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¿Qué unidad necesitamos?
La fuerza de Octubre, no ha desaparecido, lo que demostramos, la juventud que saltó los torniquetes, que despertó a Chile y la fuerza de la clase trabajadora expresada ese 12 de Noviembre, continúan vigentes. Ese es el camino que debemos retomar y la unidad que debemos forjar, para que frente a los intereses empresariales del Chile neoliberal y capitalista, opongamos los de las y los trabajadores.
El Frente Amplio y el Partido Comunista mantienen a los sindicatos y las organizaciones sociales volcadas a la rutina corporativa, separada de las peleas políticas centrales, que planteó la revuelta de Octubre. Lo que necesariamente incentiva la burocratización de las organizaciones de masas y su pérdida de poder movilizador. Llevan a confiar en los mecanismos de un régimen político y un gobierno cuyo objetivo es declaradamente contrario a las aspiraciones de las masas, con reformas precarizadoras, austeridad fiscal y mayores beneficios para los empresarios.
A esta política debemos anteponer la más amplia unidad, pero no con los partidos de los 30 años, sino que con la juventud que sigue siendo una de las principales víctimas de la persecución del Estado con cientos de presos políticos en las cárceles, con el pueblo mapuche que sigue resistiendo por sus Tierras contra las grandes forestales y la militarización de su territorio, con las y los trabajadores como los de Walmart que se niegan a aceptar las medidas precarizadoras que quiere imponerles esta multinacional que amasa millones de dólares todos los días.

Elizabeth Fernández
Profesora