Así lo expresó el director de la película "70 y Pico" que se presentó ayer en la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño de la UNC.
Martes 13 de septiembre de 2016 15:44
Lo inédito de la película es que su director y productor, Mariano Corbacho, militante de izquierda, es nieto de Héctor Mario Corbacho (Pico), interventor de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo (FADU) de la Universidad de Buenos Aires, durante el golpe cívico-militar de los años 70 y 80. Facultad que tuvo la mayor cantidad de estudiantes desaparecidos en la UBA.
El film comienza planteando un doble interrogante. Por un lado, cuántos significados puede contener una misma imagen contraponiendo la visión familiar sobre el interventor de la FADU en los años más oscuros de nuestro país con la visión de los estudiantes, dirigentes estudiantiles, militantes revolucionarios, profesores y decano que participaron en aquellos años, y en años previos al golpe, en la organización desde las bases de esa facultad. Y por otra parte sobre el hecho de que su abuelo le mostró unos archivos que guardaba y que contenían amenazas de muerte enviadas por el ERP y Montoneros sumado a dos atentados fallidos con bombas, uno en el ascensor de la facultad y otro en su auto. Desde allí, Corbacho empezó a preguntarse por qué quisieron matar a Pico.
Desde este nudo del relato se desprende la búsqueda, en base a documentos de la época y junto a investigadores y partícipes de esa organización estudiantil que cuentan en forma cruda y conmovedora cómo fue el proceso y el contexto en el cual se dio, poniendo en cuestión la potencialidad y los logros de todo ese proceso con el rol de los estudiantes y la característica de las facultades en la actualidad.
Pico, en los años previos al golpe daba cátedra de diseño en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) y por eso fue elegido interventor de la FADU. Uno de las primeras medidas que tomó fue la de llevar docentes de la ESMA a la FADU intervenida mientras desaparecían y exiliaban docentes que participaron junto a estudiantes del “Taller Nacional y Popular”.
Según cuenta en la película, su rol dentro de la facultad fue el de desarticular todo el proceso de avance en la conciencia de los estudiantes y combatir a los partidos políticos que intervinieron. Su guerra era contra Montoneros, el PRT y el PST principalmente. Al centro de estudiantes combativo pasó a remplazarlo un centro de estudiantes contemplativo dirigido por Franja Morada y la FAUD pasó a ser un domo donde se dejó de cuestionar a los docentes, al plan de estudios, a la academia y a la sociedad de conjunto.
Por otra parte, el documental pone en evidencia como el Decano permitió que se marcara y entregara a los militantes que estudiaban ahí y proporcionó documentos a quienes comandaban la ESMA.
Pico murió sin ninguna causa judicial.
Voces del pasado para pensar el presente
“La idea de la película es que sirva para que abra varios niveles de discusión, que en este caso quien la produce es un familiar directo de un partícipe de la represión de aquellos años tomando una determinada posición y en ese sentido creo que la posición que asumimos a la hora de realizarla tenemos esa visión de "Pico" y que la parte personal mía no eclipsó lo crítico y lo analítico de la participación de "Pico" en la represión y el rol que jugó”, explicó Mariano como punta de lanza del debate sobre la película.
Respecto al rol de los estudiantes dentro de la facultad, el director de la película dijo: “La Facultad de Arquitectura fue la que más estudiantes víctimas del terrorismo de estado tuvo dentro de la UBA y nosotros nos preguntamos por qué. El sentido común indica que las facultades más combativas suelen ser Filosofía o carreras más vinculadas al ámbito humanístico pero, trabajando en la película, indagando y profundizando, nos dimos cuenta que la construcción de viviendas populares articuladas con organizaciones sociales le da a todo un sector, que es el más vulnerable, la elevación de un piso de vida que es tener una vivienda propia. También nos llamó la atención que carreras como farmacia, bioquímica o enfermaría tenían un alto valor de combatividad. Para nosotros el valor que tiene es cómo podemos indagar y aprovechar de cada una de las disciplinas para lograr este cambio del perfil profesional. Poner en cuestión un perfil que en la actualidad está ligado al sector empresarial”.
La presentación contó con la presencia de Cristina Salvarezza, estudiante de arquitectura en los años 70, integrante del Taller Total y ex presa detenida en la cárcel de mujeres del Buen Pastor de la capital cordobesa.
Salvarezza reflexionó sobre la película y sobre la experiencia del Taller Total en la FAU-UNC, su paso por la cárcel y comentó: “Estuve presa y en la cárcel seguí trabajando en el taller total porque teníamos que diseñar el espacio y buscar nuestra salida porque el juez no nos quería dar la libertad y empezamos a construir nuestros espacios ahí adentro y ver porque puerta podíamos salir y encontramos esa salida, pero fueron largos días tratando de encontrarla con los conocimientos que nos dejo el taller total. Hicimos un plano, relevamientos y logramos la libertad”.
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También relató sobre su exilio después de fugarse de la cárcel de mujeres, al respecto comentó, “estuve exiliada en Méjico y ahí ingrese a estudiar a la UNAM en la carrera de Arquitectura, Investigación y Docencia en la cual hice mi tesis en Nicaragua en los 80, a un año de la revolución nicaragüense, e indagué sobre el hábitat, el entorno y la vida de lo que es estar colaborando dentro de una revolución, que era por lo cual había estado presa acá a comparación de lo que es estar en un país en búsqueda de la misma o en un país capitalista".