La madrugada del pasado 29 de octubre fueron detenidos con lujo de violencia 4 maestros oaxaqueños por su participación en actos de protesta contra la reforma educativa, uno de ellos es Juan Carlos Orozco Matus.
Arturo Méndez Agrupación Magisterial y Normalista Nuestra Clase
Jueves 5 de noviembre de 2015
*Foto tomada de La Razón de San Luis
Juan Carlos Orozco es un maestro de 39 años de la escuela Siglo XXI, ubicada en el municipio de San Pedro Huamelula, en Oaxaca. Está comisionado para realizar labores sindicales, fungiendo como representante regional del Comité Ejecutivo de la Sección 22 en Salina Cruz.
Como parte de la campaña de linchamiento en contra de los maestros combativos que se oponen a la reforma educativa, los medios de comunicación al servicio del gobierno han difundido que el profesor Orozco ganaba sumas de cientos de miles de pesos en concepto de salario, sin embargo, según los datos del propio Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca, el maestro tiene registrado un sueldo de $6,318 quincenales.
La madrugada del 29 de octubre, el maestro Juan Carlos fue sacado por la fuerza de su domicilio, en el Istmo de Tehuantepec, por gente armada y vestida de civil. Se le acusa de los delitos de motín, daño en propiedad ajena y contra el consumo y riqueza nacional, en la toma de las instalaciones de la Junta Distrital Electoral en Tehuantepec, y de las instalaciones de la refinería Antonio Dovalí en Salina Cruz.
Ya desde el 2006, el profesor Juan Carlos se había hecho parte de la lucha de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca, que levantaba entre sus principales demandas la caída del asesino gobernador del estado Ulises Ruiz.
Los medios de comunicación presentan el activismo político de los maestros como actos vandálicos para justificar la represión, cuando se trata de medidas de lucha en defensa de los derechos del magisterio y de la educación pública.
Luego de su detención, Juan Carlos Orozco fue trasladado junto a sus compañeros Othón Nazariega Segura, Efraín Picazo Pérez y Roberto Abel Jiménez García al penal de máxima seguridad del Altiplano, en Almoloya de Juárez, Estado de México. Desde entonces, circula la imagen del traslado en donde los maestros, junto a un avión de la policía federal, son tratados como peligrosos delincuentes, dando así el gobierno un mensaje aleccionador con la intención de desanimar la lucha magisterial contra la evaluación punitiva y por echar abajo la reforma educativa.
La Procuraduría General de la República ha dado a conocer que a los maestros presos se les podrían imponer penas de entre tres y 40 años de prisión, en un proceso lleno de irregularidades en donde, por ejemplo, los maestros no fueron presentados al Ministerio Público sino hasta casi 24 horas después de su detención, como ha denunciado Edith Santibáñez Bohórquez, abogada de la Sección 22.
Así, mientras el gobierno chantajea con el “interés superior de la niñez” y se llena la boca hablando de “calidad educativa”, levanta órdenes de aprehensión, encarcela maestros y criminaliza la lucha magisterial. Esta es la reforma educativa de Peña Nieto y los partidos del Pacto por México (PRI, PAN, PRD).
Frente a esta nueva embestida del gobierno, es fundamental rodear al magisterio en lucha de la más amplia solidaridad. Desde la agrupación magisterial Nuestra Clase llamamos a fortalecer las acciones que se convoquen por la libertad de los maestros presos. En lo inmediato, la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación está convocando a una Asamblea Nacional Representativa Ampliada a todos los trabajadores de la educación básica, media superior y superior para este domingo 8 de noviembre a las 10:00 horas en la Sección 9 Democrática (Belisario Domínguez 32, col. Centro, Distrito Federal).
Es indispensable que las organizaciones sindicales que se reclaman democráticas atiendan al llamado del magisterio y convoquen acciones de solidaridad, asimismo, organizaciones políticas, populares, de derechos humanos deben hacer suya la exigencia de libertad inmediata, absoluta e incondicional a todos los presos políticos. Impulsemos una gran movilización en las calles y preparemos un paro nacional del todo sector educativo para exigir la libertad inmediata e incondicional de los maestros presos por luchar.