Las autoridades del país exigen tal suma por costos asociados a la crisis. El conflicto es difícil de abordar dado que el incidente involucra a un barco de propietarios japoneses, operado por una empresa taiwanesa, y de bandera panameña; prometiendo años de batalla legal.
Sábado 3 de abril de 2021
El pasado lunes se dio término a la crisis que tenía con los pelos de punta al comercio mundial. El gigante navío Ever Given llevaba seis días encallado en uno de los costados del Canal de Suez, ubicado en territorio egipcio. Cerca del 15% del tráfico marítimo mundial transita por este canal. Una fuente de ingresos clave para Egipto. El encallamiento tuvo a más de 200 barcos de distinta envergadura a la espera de la reapertura del paso, que las autoridades temían que tomase semanas.
Finalmente, con el trabajo de decenas de trabajadores de distinta procedencia, se consiguió sacar la nave de su sitio y remolcarla a un lugar a la espera de su inspección. La reactivación del tráfico a través del canal está en curso. Sin embargo, los problemas no se acabaron. Autoridades de Egipto, representadas por el teniente general Ossama Rabei (jefe de la autoridad del canal) exigen indemnizaciones. Tiempo atrás el mismo Rabei declaró que cada día en que el canal estaba bloqueado, representaba un costo entre US$14-15 millones al día. Considerando estas cifras, además del costo de la operación de rescate, de la detención del tráfico y las cuotas por perdidas de tránsito, la indemnización exigida por las autoridades egipcias asciende a los US$ 1000 millones. Esta cifra es únicamente lo exigido por parte de Egipto. También se deben considerar los próximos reclamos de aseguradoras, fabricantes y puertos al rededor del mundo.
La crisis que se generó a partir de este incidente, tiene relación con el mecanismo que utilizan los grandes capitalistas para acumular capital: la globalización. En palabras del analista Raul Sohr a CNN Chile: “Este es un producto directo de la globalización, en el sentido que había una tercerización, una relocalización de fábricas, entonces es necesario mandar gran cantidad de piezas y repuestos a plantas en distintos lugares (…) Simplemente se coordinaba la llegada de los buques para ir armando los distintos productos”. A lo que se refiere Sohr, es al gran “secreto” de la globalización. Que no es otra cosa que el libre movimiento de materias primas a nivel mundial, desde un sector extractivista (como el petróleo de Medio Oriente) a un sector industrial de mano de obra barata (como China); para luego transportar la mercancía final a consumidores en el resto del mundo. Es decir, para el capitalismo globalizado, el planeta es una gran fábrica y las vías marítimas actúan de banda transportadora.
El Ever Given no estaba diseñado para pasar por el canal. Aunque estaba en condiciones de hacerlo, las dimensiones del barco lo sitúan entre los más grandes del mundo. Con capacidad para transportar 20.000 containers, o 200.000 toneladas, un tamaño impensado antes de la década del 2000. Los tamaños de este tipo de naves han estado en constante aumento, sin que la infraestructura internacional pueda seguirle el paso. Hoy, menos de la mitad de los puertos mundiales puede lidiar con este tamaño de barcos. Cuando el canal de Panamá terminó de expandirse hace más de una década, barcos más grandes seguían saliendo de las fábricas en Asia. Otra más de las irracionalidades del capitalismo.