El recuerdo de Laura Rimedio en palabras de una amiga y compañera de militancia. “Lograste que por fin yo decidiera ser parte de este gran proyecto que vos llevabas como forma de vida”.
Viernes 9 de junio de 2017 17:27
Tenía ganas de escribir algo por Laura. Y pensé que podríamos escribir todas las que más la conocimos. Estuve horas tratando de plasmar en papel algo de lo que sentía o pensaba pero el dolor que presiona mi pecho no deja que salgan palabras de mí.
Cuando ya estaba resignada a no poder escribir nada recordé El libro de los abrazos de Eduardo Galeano y en un párrafo que dice que “cada persona brilla con luz propia entre todas las demás. No hay dos fuegos iguales. Hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores. Hay gente de fuego sereno, que no se entera del viento, y gente de fuego loco, que llena el aire de chispas. Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman; pero otros arden la vida con tantas ganas que no se pueden mirar sin parpadear, y quien se acerca, se enciende”.
Vos, Lau, definitivamente eras de estos últimos. Porque contagiabas con tus convicciones de cambiar de raíz este sistema perverso que nos roba la vida y fue así que lograste que por fin yo decidiera ser parte de este gran proyecto que vos llevabas como forma de vida.
Hoy, con tu repentina y absurda, sí, absurda partida, nos dejaste a todos un trago amargo para digerir. Pero con los más lindos recuerdos, como tu hermosa sonrisa, los mates compartidos, las largas charlas, las reuniones de equipo - totalmente descontracturadas con tortas y risas pero con el compromiso que se merece-, tus retos (“no sean chantas, estudien, lean”); en fin, un montón de anécdotas que quedarán en nuestros corazones porque dejaste una marca insoslayable en nuestras vidas y la ferviente tarea de seguir levantando las banderas del socialismo que vos nos enseñaste a que sean nuestras también.
Por eso, con toda esta mezcla de sentimientos que nos estruja el pecho y nos quiebra la voz te gritamos bien fuerte ¡hasta el socialismo siempre querida amiga, camarada revolucionaria!