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Red Internacional
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Magisterio. ¿Quiénes son flojos, los políticos que nos gobiernan o los maestros?

Para aplicar la reforma educativa, el gobierno y su séquito de comunicadores nos llaman a los maestros flojos, vagos y parásitos.

Sulem Estrada, maestra de secundaria

Sulem Estrada, maestra de secundaria Agrupación Magisterial Nuestra Clase y Pan y Rosas

Martes 15 de marzo de 2016

¿Qué hacemos las y los maestros?
Para imponer la reforma educativa han dicho millones de mentiras y han gastado mucho dinero en que las mismas se difundan. Como dice el dicho: “di una mentira mil veces y se volverá verdad”. Dicen que los maestros somos flojos, rijosos, corruptos y parásitos y que las Normales son “cuna de guerrilleros”. ¿Por qué tanta saña?

Soy maestra desde hace un año y estudié en la Normal Superior de México. La mayor parte de mis compañeros son de familias obreras y pobres y para ir a la escuela y cumplir con las obligaciones que el trabajo exige hacen grandes esfuerzos financieros y se desplazan kilómetros y kilómetros en un transporte caro y malo.

Todos los normalistas queremos ser profesores porque consideramos que la educación pública es un derecho y que nuestros niños y jóvenes han sido arrancados de cualquier perspectiva de futuro. Todos tenemos la esperanza de enseñarles algo para que salgan de la pobreza y la marginación. Es verdad estamos mal preparados. Pero no por flojos, sino porque el gobierno lleva años sacándole financiamiento a la educación, degradando la labor docente y atacando a las escuelas Normales.

Lo que calla el gobierno es lo que verdaderamente hacemos la mayoría de los maestros y las maestras, quienes somos además la mayoría del magisterio. En las comunidades rurales, las maestras laboramos en escuelas que se caen a pedazos. Muchas veces tenemos que poner tortillas a calentar en el comal antes de iniciar las clases porque los niños vienen sin nada en el estómago. Recorremos kilómetros de terracería para llegar a las escuelas que nos tocan y pasamos meses y meses sin ver a nuestras familias.

En la Ciudad de México, lidiamos con grupos saturados de niños, nos vigilan con cámaras en la escuela y nos enfrentamos a situaciones extremas: violencia intrafamiliar, maltrato, pobreza extrema. Tengo alumnas que a veces no van a la escuela porque viven en lugares donde el feminicidio y la trata están tan a la orden del día cosa que hace que les dé miedo salir a la calle. En general, contra todas las mentiras que dice el gobierno, ganamos en promedio 8,000 pesos al mes, trabajamos 9 horas al día, atendemos a 50 niños por grupo y tenemos horas de transporte todos los días. Somos nosotras y nosotros quienes movemos la educación en México, por más mentiras que diga el cínico de Aurelio Nuño, el títere de Peña Nieto.

¿Y los gobernantes que hacen?

Los gobernantes legislan a favor de los empresarios, por eso ganan tan bien, es su premio por garantizarles más ganancias. Votan todas las leyes que afectan nuestras condiciones de vida como la reforma laboral, la reforma energética y por supuesto la reforma educativa, diseñada por el grupo empresarial “Mexicanos Primero”. Viajan en helicóptero con artistas de Televisa, comen en lugares suntuosos, viven en barrios tan ocultos y en mansiones tan grandes que ni siquiera los vemos en el trajín que soportamos todos los días los capitalinos en el metro, el pesero y las calles. Son la mayoría corruptos, se asocian con el narco, están en el negocio de la trata como el “Gober precioso” o el ex presidente del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en la Ciudad de México, Cuauhtémoc Gutiérrez.

Ellos nunca acaban en la cárcel, pero nosotros sí. Porque los políticos que nos gobiernan, del PRI, del Partido Acción Nacional (PAN) y del Partido de la Revolución Democrática (PRD) también votan leyes para que ellos nunca vayan a la cárcel y si nosotros decidimos no dejarnos aplastar y salir a luchar, nos puedan reprimir libremente. Para eso es el artículo 362 del código penal de la Ciudad de México y para ello es el llamado “protocolo de control de multitudes”. Los parásitos son ellos, por eso, todos los funcionarios públicos de la Ciudad de México deberían ser revocables y ¡que cobren lo que una maestra!

Nuestra política, nuestra organización

Las maestras y los maestros que hoy nos organizamos en defensa de la educación y nuestro trabajo, sabemos que esto no es un ataque único para nuestro gremio, y que es la clase trabajadora la que paga las consecuencias de tener políticos flojos, parásitos y corruptos. Es necesario que salgamos a luchar por nuestros derechos y hagamos política desde nuestra clase.

Cuando los trabajadores, los jóvenes, las mujeres, las organizaciones obreras y populares queremos “inmiscuirnos” en política, nos ponen miles de trabas. Por eso, la próxima Constituyente de la Ciudad de México está armada para que ellos decidan por los 20 millones que vivimos y trabajamos en la Ciudad, sin tomar en cuenta nuestros intereses.

Y por eso con mi compañero Sergio Moissen vamos a dar la pelea para conseguir una candidatura independiente a la Constituyente, puedes conocer aquí nuestra propuesta.

Porque pensamos que nosotros, los trabajadores, las mujeres, y la juventud, tenemos que hacer nuestra política, que defienda nuestros intereses, y necesitamos una voz que nos represente.

Porque queremos tiempo en los medios de comunicación para contrarrestar las mentiras que despotrican sobre nosotros. No porque ahí en las cámaras vayamos a cambiar las cosas: sino para que miles nos escuchen y que la lucha que damos en la calle, tenga una voz amplificada.

Y también para decir ante muchos trabajadores, jóvenes y mujeres que requerimos una organización política propia, que nos represente, integrada por obreros, maestros, mujeres, jóvenes estudiantes, que acompañe todas las batallas cotidianas y que sea independiente de los partidos de los empresarios y las trasnacionales.

¡Nos piden 75 mil firmas! Con tu lucha y tu apoyo podemos lograrlo para que se oiga bien fuerte ¡Abajo la reforma educativa! ¡Libertad a los presos políticos del magisterio! ¡Basta de despidos a maestros!