El Supremo condenaba hace poco a César Strawberry a un año de prisión por enaltecimiento del terrorismo. Hablamos con él para que nos de su visión de esta caza de brujas contra la libertad de expresión.

Arsen Sabaté Barcelona | @ArsenSabate
Jueves 2 de febrero de 2017
Hace pocos días el Tribunal Supremo sentenciaba a un año de prisión al líder y vocalista de Def con Dos, César Strawberry, acusado de enalteciminento del terrorismo por el simple hecho de escribir una serie de tuits.
Sin duda, la sentencia y todo el proceso judicial por el que está pasando Strawbwerry es una muestra más de la campaña represiva contra la libertad de expresión que está llevando a cabo el Gobierno del PP amparada en la principal amenaza que supone la Ley Mordaza. Una verdadera cruzada contra cientos de personas que ponen en cuestión la sacrosanta imagen del Régimen español.
Hablamos con el propio Strawberry para que nos explique de primera mano todo el proceso inculpatorio que ha sufrido y en que punto se encuentra su situación actual.
¿En qué punto está hoy el proceso?
En primer lugar, tras exponer la intencionalidad y el contexto de estos tuits, el caso fue archivado por el juez José de la Mata en la Audiencia Nacional. El fiscal Carlos Bautista, ex tuitero irreverente que fue amonestado por la propia AN, recurrió y reabrieron mi caso para llevarme a un juicio ante la sala primera de la AN de la que salí absuelto. La sentencia explicaba que los tuits sólo tenían “un contenido pacífico y cultural”. Carlos Bautista volvió a recurrir y, para sorpresa de todos, el Tribunal Supremo ha dado un giro total a la sentencia y me ha condenado a un año de prisión sin tan siquiera haberme permitido explicarme ante él, lo que contraviene flagrantemente la legislación europea en materia de supuestos delitos de opinión, que según dicta, han de ser necesariamente contextualizados por el acusado ante el tribunal.
El Supremo ha ignorado por tanto mis derechos constitucionales en el marco jurídico de la Unión Europea al impedirme explicar el contexto y la intencionalidad de esos tuits, y ateniéndose solo a la literalidad de los mismos a la hora de emitir su veredicto. Esto sólo se puede enmarcar en el concepto disparate jurídico.
En estos momentos estamos recurriendo ante el Tribunal Constitucional y en última instancia iremos al Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo.
Yo soy inocente y me considero víctima de una persecución ideológica y de un auténtico montaje político-judicial en torno a mí para ejemplarizar al margen de los hechos. Todo esto no es más que una caza de brujas del posfranquismo cutre y casposo.
Cierto, el Gobierno viene llevando a cabo una auténtica caza de brujas contra la libertad de expresión ¿Crees que tu caso puede servir para intentar amedrentar a los que cuestionan al Régimen y el orden capitalista establecido?
Yo, más que el orden capitalista, lo llamaría el orden rancio o franquista vamos. Lo que queda demostrado con esta sentencia y muchas otras que las han precedido, es que existe una estrategia deliberada de instaurar e institucionalizar la política del miedo que facilite la persecución y la criminalización arbitraria de opiniones disidentes con el poder.
Toda esta cruzada represiva tiene a la Ley Mordaza como principal amenaza, a la vez Fiscalía y poder judicial son sus brazos ejecutores ¿Que opinión tienes sobre todo esto?
En realidad no es solo la Ley Mordaza. Esto viene ya de la reforma del Código Penal anterior y además del pacto anti-yihadista en el cual se establece ampliar la definición de terrorismo. De tal manera que llega a abarcar cualquier comportamiento que no le guste al poder.
De hecho, el concepto de enaltecimiento del terrorismo es lo suficientemente ambiguo como para que yo esté sometido al criterio del juez que me toque. Eso es bastante triste porque queda claro que hay jueces más progresistas y otros más conservadores. Estamos sometidos a una parcialidad de la justicia porque la propia ley lo ampara al no definir claramente que es y que no es enaltecimiento del terrorismo. Existe una figura jurídica que se mencionó por primera vez en 1985 por parte de Günther Jakobs, el cual dice que es la figura del derecho penal del enemigo. Esto lo que hace es legitimar que a una persona se la pueda perseguir, se la pueda intentar encausar por lo que sea, solo por el hecho de que al poder no le guste su perfil. Es decir, aunque no hayas cometido delito alguno, tu perfil es sospechoso de poder cometerlos en el futuro. Eso es algo que va contra cualquier fundamento jurídico de un estado democrático.
Evidentemente existe un consenso social a favor de que el terrorismo debe combatirse con la mayor contundencia, pero no recortando las propias libertades civiles en las que se sustenta una sociedad mínimamente desarrollada. Pero lo que parece buscarse ahora es que el régimen de derechos y libertades que pueda haber en un país europeo se restringa lo máximo posible. Y es lo que desgraciadamente, al amparo de leyes antiterroristas de emergencia, echas con prisa, con histeria y al acoso de las alarmas sociales, está dando lugar a restringir las libertades de un modo arbitrario.
¿Cómo has intentado luchar contra todo el proceso inculpatorio?
Defendiendo mi inocencia, por supuesto, con todo el ahínco que me es posible y las vías legales que me son posibles. Soy inocente, lo he demostrado dos veces y lo voy a seguir demostrando. Además, no solo lo pienso yo, lo piensan también jueces de la AN, Jueces para la Democracia que han salido en mi defensa y otros magistrados de prestigio.
Lo que ha generado alarma social de este caso es que eso pueda estar pasando. Es como ampliar el espectro del delito a cualquier mención que se pueda hacer al margen de la intencionalidad. Hasta ahora había gente que todavía se creía al margen del ámbito de la represión. Sin embargo, lo que demuestra mi caso es que cualquier persona puede ser objeto de una persecución arbitraria simplemente por el hecho de que al poder se le ponga entre ceja y ceja.
Penas de prisión hacia los que cuestionan el sistema e impunidad para políticos y empresarios corruptos ¿Mucho contraste, no crees?
Bueno, es lo propio de una sociedad casi medieval. Una sociedad enormemente clasista en la cual hay una serie de gente que no tiene que responder ante la justicia y otros con los que la justicia parece estarse ensañando.
El problema está en que el propio sistema intenta mantener una apariencia democrática que en realidad no tiene ya; en muchos aspectos ya no tiene legitimidad. Vivimos en una especie de dictadura encubierta. Una dictadura en la cual vemos como el poder se inmiscuye en absolutamente todos los asuntos y todas las organizaciones políticas y sociales. Esa es la capacidad que tienen los poderes facticos de alterar la voluntad de la sociedad. Es lo que nos tiene que resultar preocupante. Si estamos en una dictadura que lo digan claramente pero que no jueguen más a ese rollo de que estamos en un estado de derechos y libertades. A mucha gente no nos mola eso y nos tendremos que ir a vivir a otro país. Pero que lo digan, que no se engañe a la gente de esta forma.
Pablo Hasel, los titiriteros y todos los acusados por las diferentes operaciones araña están en la misma situación que tú ¿Mantenéis algún tipo de contacto entre todos vosotros?
Curiosamente, a mí se me detuvo en lo que se llama Operación Araña 3 y quedó demostrado que no era más que un titular publicitario. No existe bajo ningún atestado policial una operación en la cual se intenta detener a gente que supuestamente está conectada o que es cómplice de algo indeterminado, pero es todo una gran mentira. Simplemente fue un titular publicitario. Dentro de esta operación se supone que detuvieron a diecinueve personas, yo he tenido conocimiento de cuatro que han llegado a la Audiencia Nacional. Trataron de infundir miedo en el electorado cinco días antes de unas elecciones municipales que se vaticinaban poco proclives al partido en el gobierno. Todo es un montaje para infundir miedo a la sociedad, miedo a pensar de un modo libre e independiente, y sobretodo, y lo que es más peligroso, miedo a hablar. Que se instaure de nuevo el concepto del crimen mental del que hablaba George Orwell y que nosotros nos convirtamos en nuestros propios fiscales Torquemada.
Volviendo a la pregunta, sí que vas viendo noticias por la prensa de otra gente encausada, pero en realidad no tengo trato personal con ningún otro imputado. No obstante, si es cierto que hay una cantidad enorme de condenas y de situaciones arbitrarias, como por ejemplo la situación que está viviendo Nahuel, en prisión preventiva desde hace un año y dos meses. Incluso salió hace poco un artículo en El País, es decir un periódico del establishment que lo denunciaba. Esta persecución está llegando a un punto escandaloso que está dando miedo a la gente que se sentía a salvo de esto.
¿Sientes que hay un gran movimiento de solidaridad detrás de tu caso?
Pienso que mi caso ha despertado miedo a la gente que jamás pensó que pudiera haberlo tenido, gente que se consideraba al margen. Es lo que dicen de “cuando las barbas de tu vecino veas cortar, pon las tuyas a remojar”. Pues hay gente que no las ha puesto a remojar. Es pensar simplemente que esto es cosa de otros, eso creo que lo hemos hecho todos. Por el miedo que te dan que ni te llegas a plantear que te pueda pasar a ti. La gente que jamás pensó que pudiera ser objeto de una persecución, ahora ven, con esta condena disparatada, que también ellos pueden recibir este trato discriminatorio y el tipo de criminalización preventiva contra cualquier tipo de ideas.
Cuento con público de todas partes, incluido internacional, que conoce perfectamente el carácter de mi grupo y gente lo suficientemente ecuánime que sabe leer esos tuits y ver que no son delictivos, que en ningún momento se está haciendo lo que pretende la fiscalía. Eso hace que la gente se sienta amenazada. Todo el mundo sabe que cualquiera en algún momento ha escrito tuits parecidos a los míos, con carácter sarcástico, irónico y político. Ese miedo es lo que yo creo que se ha despertado a raíz de esto y con él la solidaridad.
Por último ¿Qué mensaje enviarías a tantos jóvenes que como tú están siendo perseguidos simplemente por manifestarse en contra del sistema capitalista?
Lo que yo creo que hay que hacer en casos como este es combatir el miedo. Yo he pasado muchísimo miedo. Hay que intentar vencerlo porque la estrategia del miedo es implacable. El miedo es el arma que abre todas las puertas y que somete a todas las personas. Cuando se llevan a cabo estas estrategias por parte del Estado dirigidas claramente a institucionalizarlas, se necesita combatirlo a través de todo tipo de apoyo. Todo lo que sea un ejercicio mental de perder el miedo. Estamos en una situación muy compleja que atañe al futuro inmediato de los más jóvenes, que son los que ya están viviendo en un ambiente en el cual se cuestionan las libertades básicas que se suponían garantizadas en una democracia.
Quieren acostumbrarnos a que reprimir la libertad de expresión, la libertad de manifestación, el derecho de información, de reunión o el derecho a huelga, se convierta en algo socialmente admitido y que todos pensemos que las libertades son cosa del pasado. Ese es el peligro y eso se llama la vuelta a asumir los regímenes autoritarios.