Hace algunas semanas se dio a conocer una nueva perla de la contra reforma educativa impulsada por el gobierno. La ANEP se dispone a manipular el programa de historia para imponer la ideología trasnochada de la derecha sobre la historia reciente ¡No pasarán!
Miércoles 30 de noviembre de 2022
Hace algunas semanas las autoridades educativas avanzaron en imponer una nueva resolución escandalosa en el marco de la contra reforma educativa que impulsa el gobierno.
En concreto se disponen a manipular el programa de historia que recibirían les gurises, metiendo mano en la historia reciente, sobre la represión en los 70s y la dictadura cívico militar.
Para tal fin, han eliminado del programa libros de referencia de reconocidos historiadores uruguayos como Carlos Demasi, para imponer libros como el del periodista Alfonso Lessa, el historiador derechista Lincoln Maiztegui o el abiertamente defensor de la teoría de los dos demonios y cómplice del ascenso represivo Julio María Sanguinetti.
Operación de adoctrinamiento
Esta acción impulsada por el gobierno, en especial por el político del partido Colorado Robert Silva, es una burda operación de adoctrinamiento ideológico de las jóvenes generaciones. Intentando imponer una visión del pasado reciente que deslinde responsabilidades a los políticos de la época como Sanguinetti y a la clase social a la que responde: la burguesía.
También imponer la teoría de los dos demonios es una forma de manipular y esconder las verdaderas razones del golpe de Estado de 1973, y a su vez culpabilizar a los sectores de izquierda sobre los hechos sucedidos. Justificando implícitamente el golpe de Estado cívico – militar y la represión estatal contra el movimiento obrero y la juventud que se desplegó.
Las reales causas de la represión y el golpe de Estado residen en el objetivo de la burguesía nacional y el imperialismo de derrotar el ascenso obrero y popular que se estaba viviendo en la época. Siendo las acciones guerrilleras, acontecimientos secundarios dentro de ese marco y tomados como excusa para la represión sistemática. Además, para 1973 la guerrilla estaba derrotada, estando encarcelada su dirección para ese momento.
Agregado a todo esto, la responsabilidad de los políticos del régimen como Sanguinetti que era el Ministro de Educación y Cultura, de abrirle la puerta a los militares declarando el estado de guerra interno en 1972, fue determinante para los sucesos posteriores.
El señor Sanguinetti fue un ideólogo de la represión y responsable de la masacre desatada, donde ya desde los gobiernos que él mismo integró, hubieron decenas de estudiantes y obreros/as asesinados y cientos de encarcelados y torturados. La posterior represión dictatorial fue una continuación de esta política de violencia estatal que él mismo impulsó desde el principio.
Ellos fueron los que destruyeron conscientemente sus propias instituciones
La política de represión desbocada, con asesinatos políticos, cárcel y tortura. Fue impulsada tempranamente por políticos como Sanguinetti. El posterior golpe de Estado fue la continuación de ese plan hasta el final, para imponerle a la clase obrera y la juventud revolucionaria de la época la derrota física que le ponga fin al ascenso popular de la época y a la vez empezar a imponer el nuevo modelo económico y social que posteriormente se conoció como neoliberalismo.
La declaración del estado de guerra interno en 1972 y la posterior complicidad cívico militar en el golpe de Estado, no son hechos aislados, sino la continuidad de un proceso que buscaba imponer por todos los medios una salida clasista a favor de sus propios intereses y los del imperialismo norteamericano.
La destrucción de las instituciones de democracia burguesa de la época, no fue un rayo caído trágicamente del cielo por culpa del accionar de “grupos malévolos y desestabilizadores” sino que fue la elección consiente de la clase dominante y sus políticos a favor de la violencia contra su propio pueblo.
¡No pasarán!
Para tapar sus complicidades y responsabilidades en los crímenes cometidos en el pasado reciente, que fueron crímenes sistemáticos contra la clase obrera y la juventud revolucionaria, la derecha apela a todos los recursos a su mano, para manipular y adoctrinar en una visión de la historia que los exime de responsabilidades y tapa los principales motivos políticos y sociales que determinaron los sucesos históricos vividos.
La memoria de los que lucharon y de las causas por las que pelearon que eran por ejemplo la lucha por una sociedad más justa, deben ser la guía para pelear en las calles no solo contra esta operación que intenta atacar la memoria histórica, sino también por las luchas de hoy contra la reforma educativa que nos quieren imponer y los ataques sistemáticos que impulsa el gobierno contra las conquistas del pueblo trabajador.
Para derrotar esta operación ideológica hay que derrotar a la reforma de Robert Silva, luchando en las calles con los métodos de la clase obrera, luchar como así sucedió en el pasado en la huelga general de 1973 contra el golpe de Estado, o en la lucha por el boleto gratuito de los estudiantes en los 60s (de la que Sanguinetti era acérrimo enemigo) y otras tantas luchas obreras y populares. Para vencer a los dinosaurios, llevando en la memoria a todos aquellos que lucharon y hasta murieron por una sociedad más justa ¡No pasarán!