¿Quién nos representa en estas elecciones? Las y los trabajadores no tenemos opción.
Domingo 6 de junio de 2021
Abro los ojos, es 6 de junio, día de elecciones. Me levanto de la cama y mientras tomo un café miro en las noticias que continúan sacando los cuerpos de los 7 mineros que estaban atrapados en Múzquiz, Coahuila. Pienso en sus familias y me lleno de rabia y de tristeza.
Me limpio las lágrimas y levanto el teléfono. Tengo desde ayer un mensaje de los directivos de la escuela que en sábado a las 7 pm. envían información sobre la organización del regreso a clases que dicen "está próximo". Casi dan por sentado que ahora sí no se nos va a consultar y tendremos que acatar un regreso inseguro. Me hace acordar nuevamente a los mineros pues desde hace 8 meses denunciaron las condiciones inseguras y nadie escuchó. Hoy están sacando sus cuerpos mientras las primeras planas de los diarios las ocupan los comicios.
Pienso que eso nos pasará también. A pesar de las advertencias que docentes y madres de familia hemos hecho hasta el cansancio. Convertirán nuestras escuelas en fuentes de contagio y me vuelvo a llenar de rabia pensando en mis alumnos que quedaron huérfanos producto de la política que privilegió la reapertura económica en lugar de la vida de la población.
Me preparo para ir a la casilla electoral pensando que está vez tampoco hay ningún partido del régimen que me represente.
Mientras me baño recuerdo todo el esfuerzo que hicimos en diciembre para cumplir con los requisitos antidemocráticos que exige este régimen político para participar con la candidatura de mi compañera Flora Aco, despedida por luchar por sus derechos laborales.
Está demás decir que no lo conseguimos porque sin importar la pandemia y la situación excepcional que provocó no cambiaron ni una sola de las restricciones que tenemos las y los trabajadores que nos impiden, por la vía de los hechos, tener representaciones propias.
Voy rumbo a la casilla y en el trayecto encuentro una protesta de mujeres: te cambio mi voto por la vida de Karla. Y pienso en todas las Karlas, las Sofias, las Brendas, que no podrán ir hoy a las urnas porque les arrebataron la vida.
Me formo en la casilla y pienso que hoy voy a votar por un regreso verdaderamente seguro a clases, porque dejen de reprimir normalistas, porque dejen de usar la tortura y la violencia sexual contra las mujeres que luchan, por un alto a los feminicidios y la violencia contra las mujeres, por la prohibición del outsourcing y plenos derechos laborales. Porque paguen a mis compañeros de la UNAM que llevan meses sin cobrar.
Me faltan muchas demandas del pueblo y muchas necesidades de mi México, y pienso que todas ellas no caben en la boleta electoral.
Y es que esa es la verdad, nuestros sueños y nuestras luchas no caben en sus urnas.
De todos modos, las voy a poner porque es necesario visibilizar que nadie nos representa. Que es mentira que exista una democracia si millones no tenemos representación y nos obligan a votar por el mal menor, pues no nos dejan ninguna otra salida.
Un mal menor que hoy no existe porque luego de dos años y medio de un gobierno que fue votado por muchos con ilusiones de un cambio nos ha demostrado ya que el cambio no va a llegar por ahí.
Que debemos unirnos y construir nuestras propias organizaciones como trabajadoras y trabajadores, estudiantes, desocupados, minorías y todas las expresiones que no tienen representación de sus intereses en sus parlamentos, organizaciones donde podamos pelear juntos por nuestros derechos y que se propongan cambiar nuestro país de raíz.
¿Cómo ven, sienten lo mismo? ¡Construyámosla juntos!
Sulem Estrada, maestra de secundaria
Maestra de secundaria